Capítulo 6: Descenso

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Dicen que cuando te estás divirtiendo y pasándola bien es cuando más rápido pasa el tiempo, y sin dudas es verdad. Mirando atrás, mi relación con Adriano parece apenas un soplo de brisa en una tarde calurosa: magnífica pero muy corta.

Los 10 meses correspondientes al curso escolar pasaron corriendo y antes de darme cuenta, ya estábamos en el punto de inicio: mes de junio, inicio del verano, lo cual significaba que nuevamente y como cada año me iría a USA para visitar a mi familia.

Los días antes de irme, recuerdo a Adriano muy melancólico.

-Te voy a perder- me dijo con los ojos un poco cristalizados mientras me abrazaba fuertemente contra su pecho, recostados en la cama luego de ver una película.

-No me vas a perder tonto.

-Si, tú te vas a ir, sé que en algún momento te quedarás en Estados Unidos y no vas a volver.

-Adriano no te pongas así, yo no me voy a mudar de país, al menos no por ahora. Tranquilo.

El no estaba convencido, pero igual me abrazaba como si le diera terror perderme.

La visita a mi familia como siempre resultó más que feliz. Estaba tan alegre de pasar tiempo con mi familia, sobretodo con mi papá y mi hermana. Estar con la gente que amo después de un año, es simplemente magnífico.

En el tiempo que pasé en USA, hable varias veces con Adriano, aunque no fueron todas las veces que quisiera.

Realmente antes de yo irme habíamos tenido varias discusiones, más de las normales. Creo que llegó el momento en el que nuestras diferencias abrieron una pequeña brecha que las discusiones ensancharon, y los problemas que teníamos no nos dejaba cerrar.

Aunque yo sentí que el punto en el que comenzó todo a descender fue con ese mensaje:

~¿Estás aquí? Es que te veo conectada todo el tiempo~
         -mensaje de messenger de Miguel-

~Si, estoy visitando a mi papá. Cómo estás tú?~

Y así fue como comenzó un incesante intercambio de llamadas y mensajes de texto con Miguel, el primer chico que me había gustado y que se había ido del país.

Resulta ser que Miguel se iría a Cuba de visita una semana antes de que yo regresara, y estaba muy emocionado por volver a reunir a la "pandilla"

No les voy a decir que en ese momento sentía cosas por Miguel, pero es que realmente hablábamos mucho, y me encantaba el ambiente despreocupado que nos rodeaba.

Nuestras conversaciones siguieron hasta que él se fue a Cuba, unas semanas más tarde regresé yo.

Como era de esperarse, Adriano acompañó a mi mama al aeropuerto. Yo estaba feliz de verlo, pero también un sentimiento de que ya nada era lo mismo invadió mi pecho.

Pensé que era solo porque no lo veía hacia meses, pero cuando llegué a mi casa y apenas una hora después llegaron todos mis amigos y Miguel a darme la bienvenida, en ese momento, lo supe: ya no estaba enamorada.

Al inicio me resistí a aceptar la idea, en mi corazón sabía que lo quería, y aunque los problemas fueran en aumento, yo no quería separarme de él. En agosto teníamos planeado un viaje de casi un mes a Varadero(una zona turística de Cuba en la que vive una arte de mi familia), y estaba convencida de que en ese tiempo todo se arreglaría.

Así que en las semanas que restaban en Mi Pueblo, salimos varias veces de fiesta, y compartimos mucho con todos mis amigos en los carnavales, traté de mantenerme al margen de Miguel, pero él era parte del grupo, y yo realmente no quería apartarlo.

Así fueron marchando las cosas, hasta que un día planeamos una reunión solo para la gente del grupo, sin amigos ni novios que no  hubiesen compartido curso con nosotros, pues era el cumpleaños de una amiga y nos quedaríamos a esperar a la media noche para felicitarla.

Estábamos todos juntos en el parque central del pueblo, habíamos bebido un poco, y juro por Dios que no sé cómo pasaron las cosas, pero terminé rozando mis labios con los de Miguel. Y si, leyeron bien, fue apenas un roce ridiculo, pero instantáneamente odié lo que me hizo sentir.

Esa noche fue realmente caótica, los tragos de más se nos acomunaron en la cabeza, y Manuel, mi amigo y compañero de puesto por años, tuvo que elegir esa noche precisamente también, para confesarme que sentía "cosas" por mi.

¿Que tipo de "cosas" puedes sentir por una chica con la que te llevas sentando por 3 cursos, que tiene novio, y que ahora está borracha?.

Pues si, resulta ser que hasta Manuel sentía algo por mi, y ya que en esa noche me sentía como una horrible traicionera, deje que él me besara, y este no fue un roce, sino un beso en toda ley.

El beso era bueno, pero se sentía horrible, no quería hacerlo, yo estaba más que segura de que estaba muy mal. Así que cuando mis labios dejaron los suyos, le dije que eso nunca había pasado, y simplemente corrí a casa.

Ahora lo tenía muy claro, yo era de la política que decía que si engañabas a alguien es porque ya no lo querías: pues era muy tonta porque todo no es a blanco y negro, había traicionado a Adriano, pero no sabía cuanta traición podía ser un beso que no disfruté o un roce inútil, cuando al final de toda tenía la misma idea en mi cabeza; lo quiero y no quiero dañarlo.

Al otro día fue la fiesta de cumpleaños de mi amiga Fernanda, y todos fuimos a su casa. Miguel había decidido pasar su tiempo como "novio" temporal de Amy, y sobre Manuel, pues no vino a la
fiesta. Esa noche todo transcurrió en paz, y a los dos días nos fuimos de vacaciones.

Justo como yo pensaba, el viaje me hizo sentir mejor y reconectar con él, al menos mis ideas de dejarlo se habían ido por el caño, y en ese viaje hicimos muchos de nuestros mejores recuerdos.

Al regresar a casa, Adriano iría a la universidad que quedaba en Santa Clara, y yo, pues comenzaría el Preuniversitario.

Pero no se puede tapar el sol con un dedo, y aunque al regresar de la universidad la primera semana yo me moría de ganas de verlo, los problemas no tardaron en llegar, y una discusión estupida lo terminó todo.

En ese momento no pensaba que esa discusión le daba fin a lo que habíamos tenido, pero si lo hizo. Un ciclón tropical azotó a la isla y Adriano no pudo regresar a la universidad, estuvimos una semana incomunicados, y cuando la tormenta pasó, recibí una llamada de Manuel, diciéndome que al parecer Adriano, había salido con otra chica a la cual besaba y tomaba de la mano.

Fue así como en mi relación, yo fui la última en enterarme de que había terminado. Todo cayó al vacío de un momento al otro, sin explicaciones de " por qué ", sin argumentos, sin ruptura oficial.

Luego de un tiempo, en concreto un año después de pelearnos, Adriano y yo volvimos a ser amigos, y por su propia boca supe, que esa pelea fue la excusa que empleó para romper conmigo, pues mientras yo estuve fuera del país, el me engañó por esos dos meses con la chica que ahora era su novia.

Pero en ese momento yo no sabía nada y mi ruptura fue como un balde de agua fría que cayó sin aviso, sin razón y sin sentido.

Razones por las cual odio al amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora