Capítulo 9: Tres pasos para romper un corazón.

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Edmon....ese nombre se saboreaba siempre en mis labios. Dios, no tengo palabras para describir como el me hacía sentir. Era una mezcla entre deseo y locura. Sentía la necesidad de besarlo, soñaba con estar junto a él cada día.

Paso 1:

El era súper atento, jamás olvidaba algo que yo decía, se preocupaba por mí, y no paraba de buscar excusas para verme o hablarme.

Solo había un problema: el aún no dejaba a su novia.

Sé que puedo sonar como la mala de la historia, y como la chica que se metió en el medio de una hermosa relación; pero la verdad es que yo no me metí, fue el quien me metió. El era quien se apegaba a mi cada vez que quería escapar.

Sus besos se convirtieron en mi droga, estar con él era mi momento feliz, pero a pesar de que todo estaba marchando bien, yo me sentía más que incomoda con la situación, así que como chica de armas tomar que soy, decidí dejarle las cosas más que claras:

-Tenemos que hablar- le dije cuando terminó la tutoría.

-¿Que sucede?

-Edmon, lo siento, pero yo no puedo seguir así, en serio me parece muy mal que la engañes a ella, y aunque sé que no es mi problema, me siento incómoda.

-Lici, dame tiempo ¿si?- pidió con sus ojos verdes clavados en mi- mi relación con ella es de dos años y aunque ya no la quiero, realmente no quiero dañarla.

-Okay, hagamos lo siguiente: la próxima semana sabes que me voy a pasar la navidad a Varadero, y cuando regrese, aun quedará una semana de vacaciones, más o menos son unos 20 días. Tomate ese tiempo para pensar, y cuando yo regrese, me comunicas tu elección.

-De acuerdo, hagamos eso.

-¡Lici!- interrumpió Amy, con su alegría de siempre- está noche salimos de fiesta!!! Gaby me llamó para decir que si saldríamos hoy!!- dijo refiriéndose a su novio.

Edmon apartó la vista, y como que yo en serio necesitaba una fiesta para sacarme todo lo que sentía del sistema, le contesté afirmativamente.- Me parece genial Amy.

Esa tarde, llegué a casa y comencé a elegir ropa, hasta que mi teléfono sonó. Como de costumbre la sangre se me congeló al ver su nombre en el identificador de llamada.

-¿Vas a salir hoy?- preguntó Ed.

-Si, ese es el plan.

-Cuando llegue a la fiesta te llamo para que salgas a la entrada y encontrarte.

-Espera ¿que?¿Vas a venir acá a una fiesta conmigo? ¿Y tú novia?

-Hablamos cuando llegue Lici, nos vemos.

Y así colgó la llamada. ¿Qué hice yo? Pues lo que toda chiquilla tonta: comenzar a dar, literalmente, saltos de alegría.

No lo podía creer!!! El venía a estar conmigo!!!

Paso 2:

Cuando llegué a casa de Amy y le conté todo, ella también se emocionó muchísimo. Era como vivir en un sueño, luego de meses todo se había acabado, íbamos a poder estar juntos.

A los pocos minutos de llegar a la fiesta recibí su llamada y rápidamente salí a la entrada de la fiesta. Mi corazón latía desbocado al verlo. Lo acompañaba su prima Mel, a la cual ya conocía, y otras amigas suyas.

Apenas me vio fue a mi encuentro, y cuando casi lo saludo con un beso en la mejilla, como acostumbraba a hacer cuando estábamos en público, el frenó mi impulso para estampar un beso en mis labios.

Su boca se movía sobre la mía como si llevara años sin verme.

-¿Qué sucedió?- fue lo único que logre articular luego del beso.

-No necesito tiempo para pensar, te necesito a ti.

Está de más decir que esa noche yo estaba tan feliz que no cabía en mi persona. Luego de un rato en la fiesta, decidimos salir a conversar a un lugar más tranquilo.

Edmon aún estaba lleno de dudas, el simple hecho de que viviéramos lejos le resultaba un impedimento para estar conmigo  y a pesar de que esa noche vino, no estábamos juntos.

Pero eso no me molestaba, hacía tiempo que yo pasaba de las etiquetas. A mí no me importaba ser su novia, no tenía que existir una formalidad tan extenuante, yo solo lo quería él, mientras estuviese conmigo y con nadie más, no me interesaba construir una fachada para la gente.

Esa noche regresé a mi casa con Amy, llevaba una sonrisa en el rostro que amenazaba con partir mi cara a la mitad.

A la mañana siguiente apenas desperté, una llamada suya apareció en mi teléfono. Hablamos durante toda la mañana, y al día siguiente llamo para despedirse de mi, pues ya me iba a Varadero.

Paso 3:
Apenas llegué a mi destino recibí una llamada suya preguntándome qué tal estaba. Pero después de eso nada. Algunas veces nos hacíamos llamadas perdidas, solo para saber que estábamos allí.

Cuando llegó navidad, llamé yo para felicitarlo a el y a su familia; pues él había ido a pasar el día con la familia de su madre que vivía en otra ciudad.

Antes de fin de año regresé a mi casa, y como él no había llamado, pues yo tampoco lo hice. Quizás estaba ocupado, o simplemente no quería hablarme, así que le di su espacio.

Ya cuando comenzó enero y por primera vez en el año íbamos a tutoría, lo vi de nuevo. Otra vez esos escalofríos que me hacían sentir descargas eléctricas en el interior, me ponía nerviosa, pero mi rostro se mostraba imparcial e invariable; y cuando se dispuso a saludarme, lo hice con la mayor frialdad posible.

Ese día supe que durante las vacaciones de invierno, el mismo chico que me había dicho que por ahora no quería una relación formal, estaba con alguien más.

Ese día tuvimos una gran discusión. Sus argumentos siempre fueron los mismos: que no vivíamos en el mismo pueblo, que él era súper celoso.....en fin, puras excusas. Solo dos razones tan simples como la distancia y los celos, lo hicieron rendirse conmigo.

Y esa fue la primera vez que Edmon me rompió el corazón,  y como si el puñal no se hubiese clavado lo suficientemente hondo, debía verlo cada fin de semana.

Razones por las cual odio al amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora