-Franmalth-

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Una vez más, la oscuridad estaba siendo presente en el Reino. Rayos y centellas se podían escuchar. Las personas entraban a sus casas con el pensamiento de que una fuerte lluvia vendría. De un mal presagio que muy pronto llegaría a sus vidas.

Pero esa no era realmente la verdad de lo que vendría. Un nuevo demonio estaba a punto de nacer, objetos cayéndose al suelo y su vínculo, el libro estaba presente. Un mago oscuro utilizando el poder del Etherias, crearía a un demonio más con una sola misión, resguardar por el momento el Etherias del cuerpo de su pequeño hermano.

Todo estaba listo, las últimas palabras estaban siendo puestas en el libro. Pronto, un rayo cayó y todo oscurecio, las velas se apagaron por la ventisca que había entrado a la habitación. El momento había llegado, el libro empezó a brillar y con ello las hojas empezaron a sacudirse.

Las letras volvían aparecer y una gran esfera había aparecido frente a el. Extremidades, una cabeza y un ojo apareció en el momento antes de tocar el piso.

Una armadura cubría su piel. Cuando volvió a regresar la luz el ser abrió su único ojo. Varias sombras estaban presentes.

-Es bueno que no tarde en crearte Franmalth

Zeref hablo. Este sólo prestó atención a su entorno. Los demás demonios aparecieron a su alrededor, el demonio de nombre Franmalth sabía el porque había sido creado.

-¿Es hora de empezar?

Fue lo primero que dijo. El sabía el porque había sido creado y estaba dispuesto a lo que su creador ordenara.

Natsu se encontraba aún en cama, una toalla suave y fresca se encontraba en su frente. Con duras y penas podia abrir sus pequeños ojos llorosos. Era en ese momento en el que queria a su mamá a su lado.

Quería escucharla cantar mientras le acariciaba sus cabellos. Quería escuchar reír a su padre, curiosamente podía recordar que cuando enfermaba su padre siempre le gastaba una que otra broma para que mejorará. Y si, realmente se sentia bien cuando su padre le sacaba carcajadas hasta que su estómago doliera.

Necesitaba a su hermano a su lado, leyendo historias de misterios y demás, no le gustaba leer pero le encantaba escucharlo hablar, hacia la lectura mucho más divertida. Sus manos las hizo puños hasta tomar sus sábanas y hacerse bolita, realmente quería a su familia, odiaba estar sólo.

-¿Natsu?

Escucho una suave voz, abrió sus ojos para ver una silueta similar a la de su madre. Veía su cara preocupada, veía la preocupación en la cara de su madre.

-Mamá...

Hablo con voz gastada, las lágrimas querían salir de sus ojos. Sentía el suave tacto de su mano en su cabello, sentía el fresco de la toalla al ser cambiada. Soltó un suspiro de satisfacción, se sentia fresco y se sentia bien.

-No llores mi pequeño, todo mejorará, te lo prometo...

Una suave nana escuchó. Sus ojos pesaron antes de ver uno ojos de color rojo. Su cuerpo se sintió liviano y empezó a soñar una vez más, esta ves con una sonrisa en su rostro. El primer paso para evitar el dolor en Natsu estaba completo.

-Seilah dice que pudo dormir al joven Natsu, ahora sólo será cuestión de preparar todo y extraer el Etherias

Kyles hablo, a su lado se encontraba Zeref quien había empezado a preparar todo. Todos los demonios se encontraban rodeandole hasta el momento en el que Seilah entró con Natsu entre sus brazos.

Con mucho cuidado lo dejó en la mesa ya lista. Todos los demonios empezaron a rodear la mesa, el nuevo demonio se encontraba a los pies de Natsu. Esperando el momento indicado para poder ser utilizado.

Zeref se acercó a la mesa. Acarició con ternura sus rosados cabellos hasta desordenarlos.

-Recuerden, extraer la mayor energía Etherias de su cuerpo, sólo el mínimo debe quedar en su cuerpo para mantenerlo con vida

Todos asintieron. De un momento a otro, un círculo mágico se creo bajo sus pies. Zeref tocó el pecho de Natsu. Dos luces emergian de él. Una blanca y una negra. Kyles había alzado su báculo para mantener la escencia blanca en el mismo lugar. Tenían que separar aquella oscuridad de su alma pura e inocente.

Una fuerte presión empezaron a sentir cuando empezaron aquel acto. Todos estaban soportando la fuerza que contenía aquella escencia. Era sorprendente lo que aquel niño estaba cargando. Un grito grupal se escuchó y pronto la presión dejo de ser pesada, al fin lo habían logrado.

Las escencias se habían separado.

-Dejen ese uno por ciento en el alma de Natsu, es necesario para que su alma entre a su cuerpo

Fue lo que dijo Zeref. El sudor empezaba a resbalar por la frente de los demonios. Era muy pesada aquella magia. Dudaban realmente del poder que aquel sexto demonio pudiera soportar.

-¡Ahora Franmalth!

Ordenó Zeref. El indicado abrió su pecho para poder absorver aquella escencia. Su cuerpo estaba hecho del material más fuerte creado. Todos los demonios hicieron su último esfuerzo para encerrar aquella magia en el cuerpo de él. Una vez instalada, el cerró aquella coraza.

Kyles al mismo tiempo se encargó de ingresar el alma de Natsu a su pequeño cuerpo. Todos cayeron rendidos de rodillas. Trataban de recuperar el aire perdido. Todo ya estaba hecho pero había sido realmente agotador.

Alzaron su rostro para ver que el sufrimiento marcado en el pequeño se había desvanecido. Sus mejillas ya no estaban rojas y el sudor ya no bajaba de su rostro. Justo ahora debería tener dulces sueños.

-Ya está hecho Zeref-sama, ahora procure no tardar en crear el vínculo del libro

Mard Geer ayudó a levantar a su creador. Este acepto su mano.

-No, descuida, eso será lo de menos

Todos se volvieron a levantar. Franmalth bajo una de sus manos a su pecho. Podía sentir la perturbación de aquella magia, era realmente grande y muy poderosa.

-¿No saldrá de control y tomará mi cuerpo?

Preguntó un tanto dudoso Franmalth. Zeref tocó aquella coraza para hacerla transparente y ver en su interior. El Etherias chocaba entre aquellas paredes, necesitaba salir de ahí. Sentía que aquel poder necesitaba estar con su original cuerpo.

-Tu cuerpo resistirá ante todo, sólo será mientras creo en libro pero por si acaso, ya tengo un plan de emergencia

Todos miraron a donde Zeref señalaba. Un séptimo libro estaba cerrado, un par de ojos oscuros vieron cerca de la esquina.

-Todo está fríamente calculado

Escucharon una voz profunda de aquel ser. Zeref suspiro para volver a caminar a la mesa y tomar el cuerpo de Natsu. Salió de su laboratorio seguido de aquellos demonios.

-¿Será que estaré listo para dejarte ir con ellos?

Soltó al aire. Aún había algo en mente que no le dejaba. Pego su frente con la de su pequeño hermano. Al menos tenía un objetivo en mente pero las dudas seguían invadiendo su interior.

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