Capítulo 4

898 108 32
                                    

Al día siguiente, el estado de humor de Tanjirou y el de Zenitsu eran polos apuestos. El primero estaba extremadamente feliz, ya que su hermana se incorporaría a la academia Kimetsu la semana siguiente. Sin embargo, el último no abrió la boca en casi todo el día, tenía la mirada perdida y una fina bufanda alrededor del cuello.

Y a la semana siguiente, la joven Nezuko acompañó a su hermano a su nueva escuela. La chica estaba un poco abrumada por el hecho de haber empezado el curso una semana después.

-¡Imagínate si hubieses empezado a la mitad!-le decía su hermano para consolarla.

Las clases pasaron rápido. Nezuko se llevó una sorpresa cuando se dio cuenta de que en su curso era bastante popular, sobretodo por sus extraños ojos rosados, aunque la joven contestaba una y otra vez que era algo familiar. Al llegar la hora del patio, Tanjirou se fue deprisa a la clase de su hermana.

-¡Nezuko!¿Quieres que te presente a mis amigos?-la pregunta que hizo el mayor de los Kamado se ganó la atención de los estudiantes de la clase de la azabache. La gran mayoría pensaba en lo apuestos que eran los Kamado, además de ser muy amables y honestos. Ya que en poco tiempo, el mayor también se había vuelto popular.

-Sí.-Respondió la chica con su habitual tono de voz dulce, se giró a una pareja de hombres idénticos, los dos tenían un pelo largo azabache terminado en puntas de color celeste, sus ojos eran del mismo color.-Vuelvo en cinco minutos, chicos.

Los hermanos se fueron a la clase del chico mientras conversaban tranquilamente sobre las clases. En la puerta les esperaban los tres amigos más recientes del pelirrojo junto a una nueva incorporación, Kanao Kochou, la más pequeña de las hermanas, cómo la gente les solía llamar por su belleza, mariposa.

-¡Ya estamos aquí! Esta es Nezuko, mí hermana.-Tanjirou exclamó, señalando a la joven. Los amigos del pelirrojo no sabían cómo reaccionar ya que este les había dicho que llegaba en unos momentos pero no les había dicho el porqué. Y ahora se presentaba con su hermana menor, que estaba en un coma.- Estos son Genya, Zenitsu, Inosuke y Kanao.-señaló a sus compañeros de la forma en la que estaban en línea.

-Un placer, gracias por cuidar a mí hermano.-sonrío la azabache. Pero nadie contestó.

-...¿chicos, estáis bi-el pelirrojo no pudo terminar su oración ya que fue interrumpido por las exhaustivas preguntas de sus amigos.

-¿¡Pe-pero pero, no estaba...ya sabes!?-gritó cierto rubio, señalando a la más joven.

-La semana pasada se despertó.-respondió con tranquilidad Tanjirou, cómo si fuese lo más normal.

-¿¡Y por qué no nos lo dijiste!?-esta vez el que preguntó era Genya, se sentía ligeramente ofendido porque su amigo le hubiese ocultado algo tan importante. Aunque rápidamente se arrepintió, sabía lo delicado que era su familia para el muchacho.

-Era una sorpresa.-dijo con una expresión divertida en su cara. La espera había valido la pena.

-Me alegro mucho que hayas conseguido despertar, Nezuko.-empezó a hablar Kanao, quien solía ser taciturna pero amable. Ella también sabía la condición de la joven Kamado.

-Gracias pero ahora me tengo que ir.-respondió Nezuko, excusándose para volver con los gemelos Tokitou.

La ojirosa se despidió de los chicos y se fue corriendo de vuelta a su clase. El grupo de cinco se fue a su lugar de reunión habitual, la azotea. Allí hablaban de muchas cosas, cómo los exámenes, sus familias, sus planes...En fin, temas de la juventud, pero algunos de ellos no sentían esa emoción de vivir y experimentar tan propia de los adolescentes. Un claro ejemplo es Kanao, la única chica de ese grupo tan extraño.

~En otra vida te haré feliz~GenTan/InoZenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora