Tanjirou se fue recuperando del golpe poco a poco. Todavía le queda mucho camino por delante pero él ha conseguido renacer al igual que un Fénix.
El chico había conseguido abrirse a Urokodaki, su tutor legal. Al principio, el joven tenía unos cuantos reparos pero el mayor le demostró que no había nada que temer, su hogar pasaría ahora a ser el suyo y no tendría porqué sentirse mal. Y así es como el verano pasó, con Nezuko postrada en su cama, todavía en un sueño profundo y sin interrupciones. Su hermano le hablaba todos los días, sin excepción alguna, muchas veces le contaba lo sucedido en el día, otras cuánto la echaba de menos y en menos ocasiones aún, le contaba sus problemas. Compartían sangre y también en muchas ocasiones los pensamientos. Cuando Tanjirou le contaba alguna anécdota divertida o alegre a su hermana, ella conseguía un poco de paz en sus sueños. Escuchaba su voz cálida, al igual que uno siente los rayos del Sol. Sin embargo cuando el chico le contaba algo triste, sus pesadillas volvían al ataque, con los recuerdos de la muerte rozando la piel. Y eso hacía que se removiera internamente. Aunque jamás culparía a su hermano de ello, porque él conseguía traer el Sol a los días de lluvia.
Hay que reconocer que Tanjirou no hizo mucho en el verano, ya que no tenía amigos de su zona, además, no le apetecía ir a ningún parque de atracciones ni a la piscina el sólo. Ese tipo de cosas es mejor disfrutarlas en compañía.
Y tan rápido como el verano se presentó en la puerta de su casa, se marchó, dando paso a un nuevo ciclo escolar.
Tanjirou estaba hecho un manojo de nervios, sabía que su primer día en la Academia Kimetsu no iba a ser nada excepcional pero su tripa era un nudo. El joven no paraba de repetirse que todo saldría bien, no hay nada de qué preocuparse, la gente va a ser muy agradable contigo...
Pero se le hacía difícil tener que enfrentarse al mundo sólo, o por lo menos, sin Nezuko.
Se acercó a su cama. Seguía igual que el primer día que cayó dormida, con su respiración acompasada y sus músculos relajados.
-Nezuko, hoy va a ser mi primer día de clases, deséame suerte, ¿vale?-susurró a su hermanita.
Salió de su habitación y se despidió de su tutor, quien le volvió a infundir tranquilidad con sus frases. Tanjirou salió de su casa rumbo a su nuevo instituto.
Mientras caminaba, el muchacho prestaba mucho atención a las calles para no perderse y memorizarlas, aunque muchas veces había salido de paseo junto a Urokodaki para conocer el vecindario, no quería perderse. Sacó su teléfono para comprobar la clase que le tocaba: 1 de secundaria-Clase de la raíz.
Miró una vez más la lista de sus compañeros, aunque no conocía a ninguno era entretenido leer sus nombres:
...
-Agatsuma Zenitsu
-Hashibira Inosuke
-Kamado Tanjirou
-Kochou Kanao
-Shinazugawa Genya
...
Se preguntó si sus compañeros se conocerían entre ellos, es lo más probable, seguro que llevan varios cursos juntos, se dijo el mayor de los Kamado.
Quedaban muy poco para poder llegar a su instituto y a medida que se acercaba, podía ver a estudiantes más variopintos. Había jóvenes con apariencia normal por supuesto, pero le llamó particularmente la atención un dúo de jóvenes: una chica albina con puntas verdosas y el cabello largo y un chico con el cabello negro recogido en una coleta alta de donde brotaba su pelo en todas direcciones, además de tener unas manchas negras muy llamativas en todo su rostro. El chico estaba sentado encima de una moto que suponía que era suya, mientras la chica estaba a su lado levantada y charlaba con él.
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~En otra vida te haré feliz~GenTan/InoZen
Fanfic"La vida no es justa, pero te prometo que cuando renazcamos en este mundo, te haré la persona más feliz." ·Gakuen Au! ·Parejas principales: GenTan/InoZen ·Kimetsu no Yaiba y sus respectivos personajes pertecen a Koyoharu Gotōge. ·La foto de InoZen p...