Capítulo XXII:|Killing Me Softly With His Song|

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Sonríe, no quieres que ellos vean tus debilidades. Sé la seducción de sus más bajos placeres, sé el arlequín del rey y así podrás ganar el trono.

...

Izuku sabía que no podrían contra Chisaki, un hombre capaz de manipular su cuerpo a voluntad era peligroso para cualquier idiota que lo mirara dos veces. Aún así, no era del todo un dios divino e invencible. Su particularidad tenía debilidades, las mismas de todos los seres humanos sobre la tierra. El gen de su don no podía ser anulado por completo pero si podía hacerse más débil durante unos momentos. Sin los prime cerca, atacar con todo al alfa era la única ventaja que poseían. Con Denki quemando a nivel celular su sensibilidad a la energía, se haría más torpe sin siquiera notarlo internamente. Desde la punta de sus dedos, hasta el límite de sus cabellos, la energía lo había recorrido todo. Esos rayos debieron matarlo pero había modificado su cuerpo antes de que la electricidad lo hiciera, estaba débil por ese proceso y su límite ahora era más cercano. Izuku todo lo había planeado, Katsuki no lo sabía pero lo intuía. Chisaki debía morir por una bala en la frente, no había otra forma. 

Una vez que Denki se marchó de la escena, Shoto sacó las llamaradas azules para distraer los sentidos de Chisaki, con un anillo azul a su alrededor, potenciado con el aire de Inasa, formaron un torbellino de fuego azul, perfectamente fusionado con el viento. Izuku podía verlo, la muerte de su enemigo cercana. El remolino azul se alzó en el centro de la calle, una perfecta jaula que estaba quemándolo lentamente. Katsuki observó como Izuku subía hasta la cornisa de un edificio cercano, haciendo que el alfa de ojos limón lo perdiera de vista. Con el arma en sus manos, y las balas calientes de hallar un trozo de carne, el alfa explosivo se movió hasta el tornado azul. El calor lo hizo sudar más de lo normal, mantuvo la nitroglicerina en sus manos. Acumulándola hasta que sus dedos gotearon, podía hacerlo, podía crear una explosión certera que destruyera sus piernas para que no pudiera huir. Solo tenían una oportunidad, la idea era que Inasa creará una pequeña grieta en el aire para darle el espacio suficiente y apuntar la explosión de sus manos. Sin sus piernas, el tornado abandonaría la escena, les daría el tiempo suficiente para interrogarlo y al final, Izuku terminaría el trabajo desde el cielo. 

Todo iba como lo habían planeado. 

—¡Hazlo calvo, estoy listo para volarle las piernas!—Inasa frunció su ceño, igualmente creó la hendidura en el tornado. Katsuki no poseyó tiempo de reaccionar, las llamas lo cegaron y un Chisaki enojado aprovechó ese mínimo segundo para salir. Fue cosa de un momento para que las manos quemadas se aferraran con fuerza hasta el cuello contrario. Izuku y Shoto perdieron el aliento cuando Katsuki tocó el suelo con su espalda. 

Izuku con el lazo quemando por su nerviosismo, apuntó. Solo un movimiento y podría matar a Katsuki que estaba forcejeando con Chisaki en el suelo. Shoto se intentó acercar pero la bala se apresuró y penetró la carne enemiga, no lo mató pero los ojos limón alcanzaron la mirada rusa. El hombro derecho de Chisaki estaba sangrando, Izuku no tenía miedo de las consecuencias. Frunció sus ojos y en un momento se arrojó de la cornisa del edificio, con ayuda de sus látigos cayó cerca y sonrió. Nadie tocaba a su alfa sin obtener una probada de su propio veneno. 

—Lo volvería a matar, rasgaría la garganta de Borja sin dudarlo dos veces—fue lo único que susurró antes de que Chisaki estallara en una ira dispersa. Lo suficiente para volverlo torpe en sus movimientos. Katsuki vio con pánico como Izuku forzaba uno de sus látigos, volviéndolos tan delgado que atravesaron los brazos de Chisaki. La sangre saltó y todos quedaron estupefactos con la escena. Izuku forzó al alfa a qué se arrodillara ante él, las lágrimas corrían por las mejillas contrarias y eso sólo aumentó su ego. Desearía hacerlo sufrir mucho más de lo que estaba haciendo ahora pero la policía estaba cerca y Shoto no podía comprarles todo el tiempo del mundo. Lo acercó hasta su lado, rasgando el brazo derecho de Chisaki, formando un charco de sangre bajo sus zapatos negros—. No tengo tiempo para tu mierda insignificante, ¿dónde están los prime?

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