Prólogo

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No se sabe cómo ni cuando los animales evolucionaron a este punto en que adquirieron tales habilidades que les brindaron una forma humana y, algunos, hasta desarrollaron capacidades más allá de la mortalidad. 

A estos seres se les llamó Teriomorfos.

Pueden vivir su día a día con normalidad, sin ser siquiera percibidos por los ojos humanos que no logran advertir su estado. Sólo un teriomorfo es capaz de distinguir a otro en su misma circunstancia, algunos incluso pueden saber la especie de sus allegados. 

En este mundo tan diverso, hay humanos que discriminan a estos seres por el temor que les causa su naturaleza. 

Han existido asesinos, secuestradores y ladrones que buscan herir o eliminar a los teriomorfos. De igual modo hay animales que no soportan a los humanos y buscan igualmente su extinción. Se trata de una batalla sin fin entre ambos bandos. 

Aunque también existen tanto humanos como teriomorfos que conviven en paz y no discriminan a uno u otro. 

Sin embargo, hay otra clase que coexiste escondido entre ambos estados. Aquellos que son capaces de vivir su vida como humanos pero pueden transformarse en cualquier animal que se les ocurra. Pasan desapercibidos por la sociedad y los humanos los tratan como sus pares. No temen de ellos porque no pueden verlos como lo que son, nadie puede.

Esta especie es muy escasa, no se sabe por qué nacen. Pues han existido registros de padres teriomorfos, padres humanos o uno de cada uno que logran engendrar a esta clase de seres.

A ellos se les conoce como Metamorfos.

Misterios en París (Lukadrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora