Extra #2

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Observó la casa a lo lejos con el miedo y la aprensión dominando su semblante. 

Era tarde y las calles de París se hallaban solitarias y oscuras, la luz de los edificios apenas se colaba por las ventanas y puertas para darle un poco de brillo a tan abrumadora negrura del exterior. 

Vio un par de figuras acercarse al marco de la ventana que había vigilado por dos horas. La silueta más pequeña veía al horizonte con tristeza y preocupación, buscaba una respuesta en la noche para sentirse tranquila y poder dormir como hacía meses no lograba. 

Ella le vio con impotencia, deseando salir corriendo y acurrucarse en sus brazos. Extrañaba tanto su calidez pero aun se sentía insegura, asustada de poner en peligro aquello que más valoraba y amaba. 

La presencia de una segunda silueta confortó a la primera, ambos se abrazaron y compartieron el dolor que se hallaba en sus corazones. 

Sin poder evitarlo un segundo más, se echó a llorar. Verlos tan abatidos y en un intenso dolor le hizo sentir culpable. No quería exponerlos pero no soportaba esa triste visión de ambos llorosos y apesadumbrados, lamiéndose las heridas cuales perros heridos. 

Tomó una gran bocanada de aire y juntó valor para enfrentarlos. Prefería mil y un veces que le gritaran, se enfadaran y le castigaran a verlos en ese lamentable estado. 

Caminó a paso dudoso, temeroso, dispuesta a afrontar su error y enmendar lo que ella misma creó. Debía hacerlo, por ellos. Por sus padres. 

Un sonido silbante, proveniente de su espalda le hizo detenerse y volverse. Recorrió las calles sin encontrar nada extraño, más la sensación de un infortunio cercano le instó a ser cuidadosa. 

El corazón se le aceleró ante la expectativa del peligro, correr a casa no era más una opción. No cuando sus padres se hallaban tan vulnerables. 

Esperó pero nada fuera de lo normal apareció. 

Suspiró con pesadez, creyéndose loca y con delirio de persecución. 

Retomó su camino pero la presencia de un diminuto roedor le cortó el paso. Sonrió enternecida por el animalillo hasta que se sintió derrumbar por un peso que le atacó por la espalda. 

Al verlo de reojo notó la familiaridad de aquella criatura pero al mismo tiempo la diferencia que había entre ese y del que logró escapar hacía unas horas. 

—Fascinante, ¿no te parece? —La voz le hizo dirigir la mirada al ratón que ahora tenía forma humana—. Es un invento de mi autoría. Esta tarde capturaste a uno pero tengo a cientos de ellos persiguiendo a metamorfos como tú. 

Sus ojos se agrandaron por la sorpresa de ver a aquella persona pero al escudriñarlo con atención supo que no podía ser quien creía.

—¿Quién eres? —Inquirió con el ceño fruncido y el rostro tan enfadoso que se le había coloreado de un leve rojizo. 

Él rió con una frialdad que le caló en los huesos. 

—Eres la primera persona que me pregunta eso. Todos al verme, asumen disparates y cosas sin sentido. Pero veo que no eres tan estúpida como ellos. 

Marinette le vio con desconfianza. Tenía miedo pero sabía que no debía dejarse llevar por él o terminaría acabada. 

En contra de su razonamiento y buen juicio, tomó la decisión de transformarse en una catarina y huir de ahí pero un par de manos se lo impidieron, capturandola en el aire. Volvió a cambiar en un gato pero, de nueva cuenta, fue capturada y sometida. 

El frío tacto de un objeto en su cuello le sorprendió. Intentó transformarse otra vez pero fue inútil. 

Pasó saliva con miedo, reconociendo el aparato que había visto ese mismo día en el cuello de alguien más. 

—¿Te gusta tu nueva correa? Cortesía de Gabriel Agreste, aunque mi versión tiene mejoras impresionantes. Si me da la gana, puedo enviarte una descarga eléctrica, así que mejor ten cuidado con lo que haces, ¿te parece?

Ella le vio con un odio profundo al tiempo que se dejaba atar por la enorme chica que seguía al sujeto que le veía con superioridad. 

—Esto no se va a quedar así —advirtió cuando la musculosa mujer se la cargó en el hombro. 

Él rió de nuevo—. No, claro que no. Tu me serás de gran ayuda para deshacerme de la serpiente que protege al minino. Luego de que lo capture será más fácil atrapar al resto de metamorfos  que hay en la ciudad. No dejaré que ninguno se me escape. 

Marinette se asustó por sus palabras. Mientras la vida de Adrien estuviese en peligro, la de Luka también se hallaba comprometida. 

¡Debía asegurarse de hacérselos saber lo más rápido posible!

Misterios en París (Lukadrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora