Misterios en París (Lukadrien)

Pareja Enajenada

18

Advertencia: Contenido +18, no apto para cardiacos. No culpen a su servidora si salen traumados de aquí xd

Apenas el mayor le comunicó que se irían, Adrien tomó sus pertenencias y procedió a despedirse de ambas mujeres. 

La expectativa de lo que se avecinaba le tenía muy ansioso, tanto que se sentía como niño después de consumir demasiado azúcar. 

Se acercó a la matriarca Couffaine para mostrarle una brillante sonrisa que a la mujer le pareció de lo más adorable, provocándole el deseo de estrujar sus mejillas con sus manos y terminando por sucumbir a él, incomodando al rubio que no se atrevió a negarse. 

—¡Oh, cariño, eres tan lindo! —comentó Anarka con una sonrisa—. Por favor, cásense pronto, me muero por presumirte a mis amigas como mi hijo. 

El ánimo del menor aumentó al escucharle, por supuesto que deseaba contraer nupcias con Luka, era su mayor anhelo pero... se deshizo del pensamiento antes de que llegara a él. No era momento para pensar en ello, no quería que nada arruinara su perfecto día. 

Asintió en dirección a la mujer con una sonrisa, ella le abrazó y el rubio se sintió satisfecho de saber que la familia del azabache le apreciaba tanto. 

Se dirigió hacia la más joven de los Couffaine, quien le mandó una sonrisa extraña que Adrien conocía, eran ese tipo de gestos que la chica solía poner cuando estaba preocupada. Su experiencia como su mascota le hizo conocerla lo suficiente. 

—Espero que nos veamos de nuevo, salúdame a Rose, por favor —comentó, no deseando presionarla para obtener respuesta a su semblante. Ella asintió antes de echarle una mirada a su hermano que guardaba las maletas en el auto. 

—Adrien, te lo pido de todo corazón, cuida de Luka —la petición tomó por sorpresa al chico pero asintió de todas formas—. Yo sé cuanto lo quieres pero... Lo he notado muy alterado, lo de anoche no me parece una actitud normal en él. Sé que eres alguien de buen corazón pero no me gusta ver así a Luka —suspiró—. Quiero creer que todo saldrá bien pero si no es así... no quiero ver sufrir a mi hermano, ¿entiendes a lo que me refiero?

El menor agachó la mirada, con cierta tristeza, por supuesto que lo entendía. Juleka no quería que Luka sufriera por su muerte y, si era completamente sincero consigo mismo, él tampoco lo deseaba. Lo que ella le estaba diciendo, eran pensamientos que habían rondado su cabeza desde hacía un rato y esperaba que no se hicieran realidad. 

—Lo sé, gracias Juleka. Te prometo que seré precavido.

[...]

Incluso si le había dicho aquello a la chica, no podía estar seguro de cumplir su promesa. 

Por más que lo deseara, no podía controlar los sentimientos de Luka para que el chico no sintiese nada. Era algo cruel sólo suponerlo pero no quería hacerle pasar por el dolor de la pérdida, no otra vez. 

Se volvió a verlo mientras el chico conducía. Le quería tanto pero deseaba no lastimarlo. Sabía que estaba ignorando el verdadero sentir del chico, lo supo desde aquel día del caso de Marinette: Luka ya no le veía como al principio, Adrien podía ver el amor en sus ojos cuando le miraba y, aunque le hacía muy feliz, también le producía un amargo sentimiento. 

Si pudiese volver el tiempo atrás, ¿podría renunciar a Luka para que él fuese feliz? La sola idea le desagradó. Era egoísta, lo sabía, pero prefería una vida corta a su lado a disponer de más años sin él. 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el inesperado tacto del azabache que tomó su mano de imprevisto, entrelazó sus dedos con los del menor y Adrien se sorprendió al advertir el pequeño beso que dejó en el dorso de esta. Suspiró por aquello sin apenas percatarse.