Voló por los cielos con dificultad. Su brazo sangraba, haciéndole zigzaguear en su perfecto despegue.
Apenas entró por la ventana, deshizo la transformación y rebuscó en los cajones por la jeringa que no tardó en encontrar e inyectarse.
Suspiró aliviado al sentir los efectos de la vacuna. De no ser un metamorfo, pudo no correr con la misma suerte.
Se desplomó en la silla contigua y rememoró su fracaso con la ira fluctuándole.
Arrojó la jeringa al piso con fuerza, donde se quebró en mil pedazos.
Tantos planes, tanta investigación, tanto tiempo invertido, todo se había ido al traste por culpa del estúpido Adrien.
Lo odiaba, detestaba su vida perfecta y esa boba sonrisa que tenía siempre. Le restregaba su felicidad y se mofaba de tener todo lo que él deseaba y no podía.
En definitiva, se desharía de él sin importarle nada más, incluso si llegaban a odiarlo.
—Vaya, al fin regresaste —rio burlón, encendiendo más la ira del rubio que amenazaba con explotar—. ¿Estas consciente de que arruinaste todo? No sólo no pudiste traer a Adrien, ahora todos saben tus intenciones. Eres un idiota, fracasado.
Se volvió a verlo con ojos coléricos que no asustaron ni un poco a su acompañante. El más alto sonrió con esa altanería que Félix odiaba.
—No importa. Todavía puedo utilizarte para acercarme a ellos —dijo, desviando la mirada y provocando una carcajada en el castaño.
—Muy bien. De todas formas no esperaba nada de ti. Tan sólo me eres útil para conseguir a Adrien.
Su furia estalló con aquellas palabras. Estaba harto de escucharle mencionarlo siempre. Adrien. Adrien. Adrien. ¡Quería tanto matarle!
Le miró, cegado por la ira e intentó pegarle con el brazo, mas el mayor detuvo su acto con agilidad, advirtiendo sus intenciones.
Movió el índice frente a él en forma de negación, le asió de la cintura para acercarle más a sí y le tomó el mentón para que le viese a los ojos.
—Recuerda tu lugar. Tenemos un trato y tu estabas de acuerdo con él desde el principio. Así que no te hagas el digno ahora —rio para enfado del menor.
El rubio se soltó de él con enfado. Su respiración se volvió errática por la ira y su pecho subía y bajaba por la misma.
No quería seguir con esa inusual relación. Si no podía tenerlo todo, lo mejor era dejarlo ir pero ¿estaba dispuesto a ello?
—En ese caso deberías de ser el primero en cumplirlo —expresó, serio—. No vuelvas a usarme más que para atrapar a Adrien. Comienzo a cansarme de ti.
El muchacho sonrió con malicia antes de acercarse al más bajo de nueva cuenta y susurrar en su oído.
—¿Estás seguro de eso? Porque no pareces inconforme en lo absoluto cuando estoy así de cerca. Recuérdalo, tú te buscaste esto.
Félix sintió escalofríos al advertir su aliento chocar contra su oreja. Apretó los puños con fuerza antes de que su compañero soltara una risa al notar su estado.
Le gustaba provocarlo a ese punto. Quería quebrarlo y que sintiese un poco del dolor que él experimentaba.
La ira disfrazada de tranquilidad que mostraba a su alrededor no era más que un invento para que el rubio cayera en sus redes.
Una forma de venganza que le sabía tan dulce como ese ponche en que derramó el éxtasis.
—Al menos —susurró alto para que el otro le oyera—, al menos usa tu verdadero rostro conmigo.
Le observó con indiferencia para soltar otra risa después. Ese pequeño idiota realmente estaba cayendo. Solo le utilizaba pero ahí lo tenía, a sus pies.
Era tan patético.
Se alejó de él para darse la vuelta y caminar hacia la salida.
—Deja la puerta abierta esta noche, es un fastidio tener que entrar a la fuerza si de todos modos no opones resistencia.
El menor se sonrojó por aquello y le vio marcharse sin volverse.
A veces le odiaba tanto, quería que él también sufriera lo mismo que sufría. Que se retorciera del dolor y le rogara por detener su suplicio.
Viró a la ventana de nuevo, viendo la negrura de la noche y devolviendo sus pensamientos a su primo.
Adrien tenía que morir antes de que pudiese acercarse al castaño.
Tomaría su tiempo de vida y se encargaría de que no pudiese joderle nunca más. Él mismo le enterraría de ser necesario.
'Maldito Adrien. Lo mataré antes de que puedas tocarlo. Y entonces, no tendrás más alternativa que conformarte conmigo'.
La noche fue la única testigo de ese juramento que cumpliría, así tuviese que llevarle al infierno por él mismo.
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Misterios en París (Lukadrien)
Fiksi PenggemarUniverso alterno sin miraculous. Los teriomorfos son aquellos animales capaces de adoptar una forma humana, algunos incluso poseen habilidades extraordinarias. Se mezclan entre los humanos y pueden vivir su día a día sin que sospechen de su estado...