Está aquí

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-Emily, ¿todo en orden?- me doy cuenta de que estoy apretando el hombro de James mismo que no sé cuándo tome y relajo mi agarre.

-Creo que sí- me examina algo desconfiado y sonrió apresurada.

-Emily no te ves bien, estás muy pálida, ¿quieres agua o algo?

-Sólo son los nervios- miento y continuamos caminando, cuando nos acercamos a la entrada de la escuela siento un nudo apretar mi estómago, intento ignorarlo y centrarme en lo fabuloso que es este lugar.

Observo todo como si fuera una niña pequeña en una juguetería. El lugar es gigante, hay demasiados salones y todo es tan moderno, hay casilleros y grandes ventanales de cristal que dejan ver los campos verdes. Escaleras minimalistas pero elegantes dan paso al resto de los pisos. Los uniformes son los mismos, pero todos tienen su toque especial, ya sea un broche, zapatos diferentes, medias de largos distintos, algunos sólo usan el chaleco y dejan de lado el blazer etc...

-Oye- James se pone frente a mí- ¿ya te dieron tu casillero?

-¿Me darán uno?- lo observo ceñuda.

-Claro que sí Emily, es lo más básico que el colegio puede ofrecerte, es más- apresura el paso- vamos a la dirección para que te instalen, te den tu lap y tu tablet con tus libros virtuales, y tu horario.

-Está bien, aún que no sé siquiera su nombre.

-Eso no es problema alguno- vamos camino a la dirección cuando de pronto se vuelve un pasillo de murmullos, y muchas personas observando sus móviles.

-Sí es él, Dios, es guapísimo.

-Está a punto de ser coronado.

-¿Te imaginas ser su futura esposa?

Estas y más cosas resuenan por los pasillos, observo a James confundida y él a mí.

-¿De quién hablan?- cuestiono a James y se encoje de hombros. Un grupo de chicos entran jugando con un balón de aparente futbol americano vienen entrando y James se pone nervioso.

-Un segundo.- Va a donde los chicos y estos lo saludan de apretón de mano y choque de hombros. Inician a juguetear con el balón y a reír. Sus ojos caen en mí e inician a zambullir a James mientras parecen mofarse. Ignoro la escena para no suponer que hablan de mí y me centro en los comentarios mientras miro mis zapatos.

-¿Todo en orden?.- cuestiono cuando llega a mí.

-Sí, a parecer e un niño mimado y rico más, y.... la mala noticia es que la directora parece estar en junta con personas importantes, así que no podemos interrumpirla.

-Está bien James, puedo esperar- le doy una sonrisa segura.

-Yo también

-Oh, claro que no, tu si sabes tú horario y tienes tu libro y casillero.- me pongo frente a él y mi altura me da una excelente vista a su corbata desordenada. Por inercia hago el nudo de está y veo como James me observa extrañado.- Perdón, solía hacerlo antes.

-Está bien, solo que... nadie había hecho mi corbata antes, pero está bien.

-Lo siento- bajo la mirada apenada.- no volveré hacerlo.

-Está bien, incluso me agrada la idea de desordenarla para que tu lo hagas nuevamente.

Me detengo en seco y lo observo.

-¿Qué?

-Fue broma.- me observa apenado y asiento.- Te mostraré las instalaciones.

Toma mi mano y algo extraño recorre mi cuerpo, lo sigo ignorando esto y en segundos estoy haciendo carreritas con James en las escaleras para llegar al laboratorio.

Enamorada de un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora