Cuidado

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-¿Interrumpo algo?- observo a Frank en el umbral de la puerta, mirándonos como si nada.

-Lo siento- me separo de Leo, y salgo con la cabeza abajo de ese lugar.

¿Qué mierda fue eso?, ¿por qué quería besarlo?, ¿por qué ni siquiera lo pense?.

Acomodo mi uniforme y estoy por dar un paso cuando Frank me interrumpe.

-No tan rápido señorita Emily- cierro mis ojos con fuerza mientras escucho sus pisadas hasta sentir su mirada frente a mi. Abro mis ojos temerosa- la invitó a dar una caminata por lo jardines.

Asiento y salgo junto con él del lugar.

-Yo puedo explicarlo- es lo primero que sale de mi.

- La escucho.

-Realmente estábamos abrazados.

-Eso no fue lo que me parecio- me freno para observarlo.

-Pero llegaste en el peor momento, yo, no se que estaba pasando.

-En el momento indicado, mejor dicho- lo observo confundida- señorita Emily, ¿usted sabe lo que un beso significa verdad?, y todos los sentimientos y problemas que puede traer consigo.

-No señor- bajo la cabeza apenada.

-Emily, pequeña, no es por mal, pero ambos sabemos como son las cosas aquí, Leopoldo es un principe, a punto de ser Rey a causa de la ausencia de su padre, y todo Rey, necesita de una Reyna la cual seguro ya debe de estar designada al muchacho, y nosotros- hace un ademán con sus manos- nosotros somos parte exterior a todo esto, que Leopoldo sea un buen joven, y tu seas su íntima amiga, no quita que el sea un principe, y nosotros sólo encargados de la limpieza y el servicio.

Auch, por más que lo ignore, Frank sólo me dijo la verdad. Yo sólo soy una plebeya, y Leo un principe.

-Lo comprendo- trago grueso. Un nudo se forma en mi garganta y un cosquilleo recorre todo mi pecho.

-No te lo digo a mal Emily, sólo, no quiero que tengas problemas, y que termines mal por algo imposible.

-Lo se Frank, gracias- le doy una sonrisa triste- y Frank.

-¿Si?- detiene su caminata. Le doy una mirada suplicadora y lo capta- tranquila señorita, yo soy una tumba.

-Gracias- el sigue con su camino y yo me quedo ahí, parada, sola literalmente, rodeada de mucha naturaleza.

Recuerdo el incidente de esta mañana y mi corazón se acelera, camino un poco más ignorando este sentimiento hasta sentarme en una fria banca.
Leo no puede gustarme, no puedo sentir nada por Leo que no sea una amistad. Él es un principe, alguien con su vida ya planeada desde antes de nacer hasta su muerte, un principe que no tarda en ser Rey, y casarse con alguien de la realeza, y yo, bueno, yo sólo soy una chica que no sabe ni siquiera lo que va a comer mañana, o si seguiré trabajando aquí.

Me pongo de pie y vuelvo al castillo para continuar con mis deberes. Las horas pasan y mientras estoy sumida en mis pensamientos veo a Susan indicarme que me acerque con la mano. Cosa que hago.

-Me manda el Príncipe a preguntarle si ya abrió su regalo- recuerdo el regalo de Leo y por completo se me olvidó leer la carta.

- No he tenido tiempo.

-Oh vamos Emily, dale un vistazo aquí, al cabo a la cocina nadie entra.- saco la carta de uno de mis bolsillo e inició a leerla mientras Susan se asesora de que nadie entre.

Feliz, Feliz, Feliz cumpleaños señorita Emily.
Realmente está carta pretendía ser más extensa pero sabes que no tengo tiempo libre y la estoy escribiendo antes de mi práctica de esgrima.
Antes de seguir leyendo, necesito que subas a tu habitación y ahí termines de leer, pero espera, yo te indicarme cuando puedas entrar a tu habitación.

-Parece ser algo como pistas o indicaciones para una sorpresa- observo a Susan.

-¿Y qué esperas para seguirlas?.

-No podría Susan, estoy trabajando.

-Anda ya, yo me encargo de eso- la observo sorprendida.

-¿Hablas enserio?- asiente muy segura y no tardo en abrazarla con fuerza- gracias Susan, te quiero tanto.

-Y yo a ti niña- me corresponde el abrazo- pero anda ya a continuar, que ya iniciaste tarde.

Corro por los pasillos hasta llegar a mi habitación, me detengo en la puerta y continuó leyendo.

Gracias por seguir las indicaciones señorita. En fin, ahí adentro está todo lo necesario para que te alistes y prepares para tu siguiente sorpresa, la cual te espera en nuestra guarida, espero y todo lo que está ahí dentro sea de tu agrado, que por cierto, Susan me ayudó a escoger todo, yo soy un novato en esas cosas.
Feliz cumpleaños Emily, sigo sin poder creer los cumpleaños que llevamos juntos. No te demoró más, entra ya.
Con cariño, Leo.

Entró a mi habitación y no puedo creer lo que está frente a mi. Un precioso vestido rojo escarlat, está frente a mi, con unos tacones bajos color beige, de correa y descubiertos, más una nota sobre el vestido que dice "Feliz día".

Sonriente, me ducho, y luego de secar mi cabello lo ondulo ligeramente con una risadora que Leo me regaló en mi cumpleaños pasado.
Me hago un maquillaje sencillo, si, me se maquillar, tener prohibido maquillarse durante horas laborales, no me prohíbe hacerlo en mis tiempos libres.

Terminó de arreglarme y luego de ponerme un saco y meter el regalo de mamá en uno de los bolsillos de este, salgo de la habitación y me escabullo hasta estar en la puerta que me saca directo a los jardines.

Abro la puerta y choco contra alguien.

-Lo lamento- levanto mi vista para ver a Hans observarme sorprendido.

-Que linda se ve esta noche señorita.

-¿Crees?- me observo a mi misma.

-Sin duda alguna, ahora corra, que el joven principe la espera.

-Aguarda un momento, ¿tu sabías de esta sorpresa?

-Muchos lo sabiamos- se encoje de hombros y me pasa por un lado.

Continuó con mi caminata hasta detenerme estática cuando veo la capilla iluminada, y el camino que me lleva a ella también. Camino por el iluminado lugar con velas. Hasta llegar a la puerta del lugar, misma donde un sonriente Leo me observa...

Enamorada de un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora