Necesito ayuda

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-Leo deberías de descansar, yo cuidaré de ella.

- No me iré hasta que ella se despierte.

-¿Estas seguro, sabes que esto a tu madre le molestara?.

-Lo sé, y no me importa, mejor ve a descansar ru Susan, yo me encargó.

-Pero conste que te lo adverti- escucho antes de abrir mis ojos. Lentamente inició a ver mi panorama y me doy cuenta que estoy en el castillo. Mis extremidades se sienten intumidas e inició a moverla poco a poco.

-Emily- de inmediato Leo está frente a mi, observandome con un brillo inquietante en sus preocupados y cansados ojos.- creí que no te iba a encontrar, te busque toda la noche sin importar la lluvia o el frío, mi madre pidió de entraremos al castillo pero minutos después de cambiarme volví a salir junto con mi primo hasta que te encontramos.

-Gracias Leo- llevo una de mis manos para acariciar su rostro en señal de agradecimiento.- pero... ¿qué fue lo que me sucedió?.

-Entraste en una cueva, se vino el frente frío y tu temperatura bajo, mucho, tenías hipotermia Emily, y te quedaste inconsciente minutos antes de llegar al castillo, llegando aquí se te cubrió con mantas y se te llevo a mi cuarto pues es el único desocupado en este momento, y el único con lo necesario para que estés caliente.

-No tengo palabras para agradecérselo Leo y en cuanto esté mejor te dejaré tu habitación, lo prometo.

-No tienes que agradecer, yo fui quien provocó todo esto, yo debería pedirte disculpas- camina en dirección a la gran ventana de su habitación y se queda de espaldas a mi. Inició a hacer memoria de lo ocurrido la noche anterior y mi corazón se rompe al recordarlo.- creo que será mejor que yo te lo diga antes de que lo haga alguien mas.

Mis nervios se ponen de punta y me espero la peor de las noticias. Ambos nos quedamos en silencio y las lágrimas inician a acumularse en mis ojos. Ninguno de los dos parece hablar así que me atrevo a hacerlo yo.

-¿Lo hiciste?- pregunto con un nudo en la garganta que aumenta con su silencio.- Leo, ¿lo hiciste?.

-No tenía opción Bailey- se gira para observarme mientras mi alma me abandona, es como si toda esperanza se volviera nula, todo sentimiento hacia él se guarda, todo sentir por él se retrae, y consigo lo único que tal vez me mantenía bien, la única persona que me mantenía viva espiritualmente y firme, ahora será tal vez un desconocido.- y... Perdón por todo lo que dije, sólo fue parte de un impulso.

-¿Sólo fue eso?, ¿un impulso?- mi labio inferior inicia a temblar y lo muerdo un poco para disimular. Peleó contra mi misma para no llorar,es como si todo ahora dependiera de un hilo que está por romperse.

-Si- suspira- sólo un impulso.

-Esta bien- intento ponerme de pié.

-¿A dónde vas?- me observa.

-A mi habitación, no creo que sea buena idea estar aquí.

-Yo pedí que estuvieras aquí.

-Mientras yo estaba inconsciente, ahora quiero irme.- camino lentamente hacia la puerta aún sintiéndome muy débil. Estoy por salir de la habitación cuando me giro para ver a Leo.- Una duda Leo.

-Dime.

-¿Tú madre sabe el porque yo estaba escondida?.- baja la cabeza y todo empeora.- Te estoy hablando Leo.

-Tube que contarle, de esa forma ella sabría que fue mi culpa y querría mandar a algunos hombres a buscarte, todo para que no quede manchado mi nombre con tu desaparición.

-¿Y tú fuiste a buscarme sólo por eso?- vuelve a bajar la mirada y es todo, el hilo se ha roto y yo caigo sin paracaídas, sin siquiera algo que amortigue la caída. Se que todo va a empeorar, estoy segura de ello.- en ese caso hubiese sido mejor que no me buscaras.

-Será mejor que dejemos de tratarnos como amigos- detiene mi caminata y toda mi piel se eriza, las lágrimas se acumulan en mis ojos y no las ocultó cuando él las nota.

-¿Qué?.

-No será bueno y menos para ahora que este casado, ya sabes, no será bien visto.

-Tienes razón principe, olvidaba que sólo soy una plebeya, y tu un heredero al trono- me quito la pulsera que me obsequió y se la doy en la mano- espero y algún día entiendas porque cambie tanto contigo.

-Emily- busca aquel porque en mis ojos pero no lo va a encontrar. Me acerco a él y lo abrazo conntabta fuerza como se me permite, lo abrazo sin querer soltarlo nunca, un abrazo que sólo grita ser el último.

-No olvides que te quiero y mucho Leo, y que siempre serás mejor rey que tu padre, estiy segura que mejor esposo también, y no se diga como padre y amigo.

Sus ojos inician a cristalizarse pero de inmediato se vuelve duro. Me separo de él y salgo de su habitación. Mis pierna sabían las escaleras automáticamente, pues yo no tengo cabeza para nada mas que para él en este momento. Y aquello que siempre temi, aquello que todos me advertían pasó, y duele más que congelarte en una cueva.

Estoy por entrar a mi cuarto cuando el consejero real me detiene.

-Emily- seco mis lágrimas de inmediato.

-A sus órdenes señor- se acerca a mi con las manos detrás de él y esto sólo me pone alerta.

-Por órdenes de la reina, usted a culminado su servicio para la realeza.

-¿Qué?- me inició a alterar mienttas mi respiracion se agita.- no... No entiendo, no hice nada malo, hice todo lo que me pidió, y lo que tu me pediste, me aleje de Leo a pesar de ser lo último que tenía.

-No fue así, te dije que no te acercaras a él, y la noche del baile pareció ser todo lo contrario, y debo decirle señorita, que le felicito por no dejarse llevar ante aquella tentadora pedida de mano, cualquier chica en su lugar diría que si.

-Puedo explicarlo.

-No necesito de sus explicaciones, la desicion ya se tomo y usted tiene veinticuatro horas para salir del palacio- me muestra un sobre blanco- aquí tiene una suma monetaria que la ayudará a llegar donde su familia, misma dirección que esta ahí dentro, sus familiares pidieron le entregemos el boleto que ellos mismo compraron, el cual encontrará en el sobre.

-No es justo, mi madre sirvió aquí hasta su muerte, y yo lo haría.

-Aquí tiene, y antes de que se retire, si alguien pregunta el porque se va, es porque recibio una carta hace dias de sus familiares lejanos, pidiendo que usted vaya a vivir con ellos, por ello su acrirud fue extraña y lejana a todos durante estas semanas, al final, decidio marcharse y es por eso que mañana usted ya no estara mas en este catillo, ¿entendido?.

- Si, señor.- me entrega el sobre y me quedo obsevandolo sin poder creer lo que acaba de pasar, ahora estoy amenazada a callar, y a marcharme. Me meto a mi habitación y no puedo hacer nada más que implorar que esto no esté pasando que esto sea sólo una mala decisión de la cual se retractaran pero mientras más pasan las horas, esto parece doler más. Observo los jardines desde la ventana de mi habitación y veo como la noche inicia a caer, veo a un par de personas charlando y cuando pongo más atención veo a Susan tirarse al llanto mientras habla con Leo, quien niega repetidas veces hasta salir corriendo. Me quedo ahí para ver como Susan parece querer detenerlo, pero el toma un caballo y sale eufórico. Me retiro de la ventana y me quedo sentada en la orilla de mi cama mientras llegó a una sola conclusión: El rumor de que me iré con mis familiares se corrió ya, para que todo sea más creíble, y ahora que lo sabe Susan, se lo comunicó a Leo, al ser que no quiero lejos de mi, pero que no podré tener cerca, uno de los únicos seres que me quiere a pesar de todos y de quien me alejo.

Enamorada de un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora