Capítulo 113

789 55 39
                                    

Dayana Monroe. últimos capítulos.

La verga nos trajo y la verga nos va a llevar.

Amo esa frase, perdón.

Hoy, es un día especial.

¿Por qué? Oh, por qué estamos en Italia.

Lo sé, Italia.

ITALIAAAAA.

Si mis pocos y casi nulos conocimientos de la geografía y cultura no me fallan. En Italia está la torre de Pisa. Ya saben, la inclinada.

Pero no sé.

Google nos dará la respuesta.

Tras varios segundos de investigación descubrí que la torre de Pisa si está en Italia :D

So, ahí es a donde iremos.

— ¿¡QUIEN ESTÁ LISTO PARA COMER PIZZA!?—grito Matt, cuando ya estábamos todos fuera del hotel.

— ¿Eh?...—balbuceo Johnson. Algo me dice que está drogado.

— Vamos a la torre de Picza, ¿No?—pregunto Matt, el rubio asintió—. Pues vamos a comer pizza, es verdad eso de que los rubios son tontos.

— Matt, cariño...—toque su hombro, sonrió—. La torre de Pisa es la que está inclinada, no la que está echa de pizza.

— ¿No comeremos pizza?—pregunro, haciendo un puchero.

— Podemos comer pizza después de ver la torre—le dije, con una sonrisa. El brinco de alegría.

— Vámonos perras.

Le hicimos caso a Caniff y nos fuimos.

[…]

— Es real, siempre creí que era edición.

Solté una carcajada cuando escuché a Gilinsky.

— Pido una foto con Dayana—dijo Carter, segundos después, todos estaban gritando y peleando por quién se tomaría fotos conmigo.

— ¿Y si todos se toman una con ella y ya?—dice Bart, totalmente estresado.

Anda más estresado que nunca. Con eso de que es el último mes de gira. Todas las fans quieren que volvamos por Estados Unidos.

Y eso sería más dinero, más trabajo y Bart ya está cansado.

Cómo todos nosotros.

Pero eso sí, éramos felices conociendo a las fans.

Pero, ¿Otra gira? No, no lo creo.

Y con el nacimiento de el pequeño placebo lo dudo todavía más.

Aunque bueno, no conozco el futuro. Que sea lo que dios quiera, amén.

— Miren, un perro inclinado.

Giramos hacia donde estaba apuntando Nash y en efecto, era un perro inclinado.

Que de echo, era cojo y se veía que tenía hambre.

— Oww, bebé...—camine hacia él y con mucho más esfuerzo de lo normal me agache y lo tome.

— Está llendo de bacterias...—chilló Johnson, lo mire mal.

— Tiene hambre—les dije, Nate saco unos cuantos billetes de su cartera.

— Vamos, debe de haber alguna tienda por aquí.

Paso su brazo por mis hombros, mientras tenía al perro entre mis brazos. Estaba cómodamente acostado en mi barriga.

[…]

𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐂𝐎𝐍 ━ Old Magcon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora