Capítulo 83

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Cameron Dallas.

Lo único que pinches faltaba.

—Pero, ¿Porque no me avisas desde antes de venir?

Estaba peleando con la directora de la gira.

Al parecer, todos se pondrán en cuarentena por lo del virus, por ende, la mayoría de las cosas cerrarán y otras se van a cancelar.

Como el resto del tour.

Estábamos a dos meses de terminar Latinoamérica y después nos iríamos a Europa. Pero ahí hay un gran brote y ya cerraron todo.

Tenemos 2 opciones, quedarnos toda la cuarentena en Argentina, tomando el riesgo de que duré mas de cuarenta días o mañana después del show tomar un avión e irnos a Los Ángeles, en la casa que rentamos antes y quedarnos ahí.

No lo he hablado con los chicos, pero asumo que la mayoría va querer regresarse a Los Ángeles.

—Se muy bien que estamos todos jodidos—le conteste, estaba molesto y ella asustada—. Lourdes, se perfectamente lo que está pasando, ¿Pero porque mierda no avisaste? Si la recepcionista no nos dice, nosotros ni en puta en cuenta y nos quedamos varados en Argentina sin lugar donde estar, ¿Entiendes la gravedad del asunto? O ¿Te lo explico con manzanas o las mierdas que tengo cerca?

Escuché que trago saliva, ella me tiene hasta la madre.

—Entre en pánico—dice, rodeé los ojos—. Pensé en mis hijos y lo olvidé, lo siento.

—¡Por una mierda, Lourdes!—grite, escuché que aguantó un sollozo—. Escucha, no eres la única con familia, nuestros padres estaban preocupados porque hay un jodido virus y nosotros estamos viajando y conviviendo por gente, cancela todo de inmediato y no te preocupes en comprar los boletos porque eres una inútil y no podrás con dos cosas a la vez.

Le colgué, después me tiré a la cama, con las manos en la cara.

Los chicos hablaban con sus familiares en sus habitaciones. Cada quién en su pedo.

Escuché un golpe en la puerta y después como la abrían.

Sabía que era Dayana, era la única que tenía valor de vernos a mí y a Bart cuando nos poníamos en este plan.

O sea, ositos gruñositos, como ella nos llama.

—¿Cómo estas?—pregunta, tirándose a un lado de mí.

—Estresado como la mierda—le respondí, sin moverme—. Puse en riesgo nuestra salud y la de mi nuevo sobrino

Recibí un golpe de su parte.

Sabía que no estaba embarazada, pero me gustaba molestar.

Se acostó en mi pecho, baje mis manos de mi cara.

Tenía sus manos en mi pecho y su cara recargada en sus manos, viéndome.

—Eres un tonto, sabes que no hay bebé—dice, rodando los ojos

—Lo sé—respondi, con una sonrisa, rodó los ojos—. Deja de hacer eso, le hace mal al bebé.

Me dió un golpe, haciéndome reír.

—Oh, jódete.

Le dí un beso en la frente, después la miré fijamente.

¿Porque deje de sentir algo por ella? Es perfecta.

Cuando hice que nuestras narices rozaran, ella hablo.

—No nos podemos besar, hay un virus.

Y se fue. Reí negando con la cabeza.

𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐂𝐎𝐍 ━ Old Magcon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora