𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐂𝐎𝐍 ━ Old Magcon.

capítulo 78

Cameron Dallas.

Lo que menos me gustaba de ser uno de los directores de Magcon, era que cuando hay un invitado tengo que despertarme temprano a recibirlo.

Pase por las literas, viendo como todos dormían, quisiera estar como ellos.

Salí del autobús y me acerque a la camioneta del equipo, ahí estaba Wesley, si Tucker.

Dayana se desmayo cuando se enteró.

O sea, se desmayo.

Imagínense como se pondrá cuando se entere que Hayes logro que Joey Birlem viniera unas cuantas fechas al tour.

Literalmente morirá.

Después va a revivir para acostarse con Joey y agradecerle a Hayes.

Espero que no lo haga de la manera en la que estoy pensado.

—Hey, bro—salude, con una sonrisa al ojiverde—. ¿Cómo andas?

—Todo cool, hermano—dice, correspondiendo mi abrazo de macho—. ¿Cómo vas?

—Lo sobrellevo—encogi mis hombros—. ¿Emocionado?

—Bastante—responde, con una sonrisa—. No te burles, pero ya quiero conocer a Dayana...

dOu.

Bueno, chicas, les presento como a Dayana se la van a meter cinco veces o incluso tal vez seis.

Wesley ahora es un chico de paz, amor y todas esas cosas hermosas que sube en su Instagram, pero antes de todo eso, él era Nate.

Fumaba, se acostaba con mujeres, fumaba.

Cada fin de semana había una fiesta en su casa, eran asombrosas.

Luego recapacitó, igual que Nate y le bajó a todo eso.

Claro que Nate no está tan involucrado, el simplemente dejo de fumar tanto y desde que se enamoró de Dayana solamente piensa en ella.

Irónico, ¿No?

En fin.

—Vamos al tour bus...—anuncie, con una sonrisa

Le ayude con sus maletas, y subimos.

—Espero que Dayana no se desmaye al verte...—mencione, en un murmuro, para no despertar a los chicos

Wesley frunció el entrecejo, pero aún tenía una sonrisa. Y si me permiten decir, una linda sonrisa.

Hasta tierno se veía.

En la sala ya estaba Taylor, con Carter grabando un vídeo.

—¿Tan temprano?—pregunte asombrado, ellos asintieron y siguieron en su pedo

—Hola Wes—saluda Dayana, tallando su ojo y aún en pijama

Se detuvo a medio pasillo, y giro lentamente.

Observo a Wesley con detenimiento y después grito.

—¡ESTAS AQUÍ!—grita, corriendo hacia él

Brinco a su cadera y giraron. Vaya, estaba emocionada.

—No sabes cuánto te admiro, en serio—murmura, con su cabeza en su cuello—. Admiro tu voz, tu manera de pensar...

Su pene.

Wesley rió, y apretó más su cintura.

—Yo también te admiro tanto Dayana—dice él, con una sonrisa