Capítulo 20.

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Nadie entendió, pero ahí estaban de nuevo.

Estaban esperando a que Isabela decidiera quienes serían los 7 luchadores que entrarían y salvarían el mundo. Ella ya conocía todos los movimientos de su enemigo y era buena escogiendo quien sería el luchador de la ocasión. Explicó que si entraba más de él número dado, podría ser más fácil para Tabuu eliminarlos y la habitación no podría con todas las personas. Sería como una sobredescarga.

—Ya lo tengo —rompió el silencio—. Ness, Lucas: ustedes son buenos luchadores y más si están juntos; sus potentes ataques serán de ayuda. Kirby, Sonic: son muy rápidos y saben controlar sus combos, úsenlo a su favor, y si necesitan alguien que potencie sus ataques, la princesa Zelda también estará. Y por último y lo mejor, Marth y Ike: ustedes se encargarán de dar los ataques de gracia. ¿Están de acuerdo?

Link, el Héroe de Hyrule, no estaba seguro en dejar a su princesa a tal campo de batalla. Y era comprensible. Su deber era protegerla y cuidarla, si algo malo le llegase ocurrir, no sabría como reaccionar. 

—Créeme, yo iría en ves de ella, pero mis heridas no me dejarán luchar con todo mi resplandor —trató de convencer la niña.

Finalmente accedió.

—Ahora, no peleen a la fuerza bruta. Nuestro enemigo es muy veloz, por lo que tendrán que estar atentos a sus movimientos, sobre todo usted señor Ike, es el más pesado de todos. Lo mejor seria que no se separe del lado del príncipe Marth, ustedes son la convinación perfecta.

《Ustedes son la convinación perfecta》. Esa oración se repetía mil veces por la cabeza de Ike. Se escuchaba muy bien. No quería dejar al príncipe solo, no quería que lo lastimaran. Sentía que Marth era su preciado tesoro, y debía de cuidarlo como uno. Protegerlo de Tabuu no valió la pena, pero no se arrepentía de haberlo hecho... Sentía que debía darlo todo, solo por él.

Mientras éste pensaba sobre el príncipe de azul, escuchó un susurro a su lado.

—Despierta y pon atención, Cabeza de Dona —sintió un escalofrío al oír la voz de Marth cerca de su oído—. No quiero que te maten tan rápido.

El príncipe... ¿se preocupaba por él? Sintió como su cuerpo se llenaba de alegría y nerviosismo con tan solo pensarlo... ¿Cabeza de Dona? ¿Qué clase de insulto es ese?

Cuando sus pies aterrizaron, ya Isabela había terminado de explicar. Se lo perdió todo.

Vacío. {Marth x Ike}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora