Capítulo 27.

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Ike no dejaba de pensar en cuando el príncipe despertaría. El mercenario era un hombre orgullos, pero si tenia que agradecerle a alguien lo hacía, y pensaba mostrarle su gratitud al de Altea.

Estaba cansado de hacer nada, por lo que caminó hasta su habitación para dormir, pero un extraño sonido le impasiento.

Grandes suspiros y sollozos se oían de un dormitorio. El dormitorio de Marth. Las habitaciones eran elegidas por universo, por lo que el mercenario dormía en el cuarto de al lado por regla.

—¡Príncipe Marth! —llamó él, pero nadie contestó— ¿Príncipe Marth? —los sollozos aumentaron—¡Voy a entrar! —abrió la puerta de golpe.

Ante sus ojos estaba el de Altea retorciéndose y gimiendo en la cama, tratando de escapar de una oscura pesadilla. Ike se acercó rápidamente, cerrando antes la puerta, y se sentó en la orilla del colchón.

—Marth ¡despierta! —lo  sacudió—. ¿Me oyes? ¡¡Despierta!!

Sabía que era de mal presagio despertar a alguien con pesadillas atormentando su cabeza, que lo mejor que podría hacer era acompañarlo, pero no podía quedarse sin hacer nada. Jamás pensó ver al príncipe de duro corazón en ese estado, débil y vulnerable, que cualquiera podría controlarlo o lastimarlo con tan solo tocarlo. Se partía en mil pedasos por verlo así. El sufrimiento del cabello celeste era su sufrimiento también.

—¡¡MARTH!! —le gritó ya desesperado, sin tacto.

Vacío. {Marth x Ike}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora