Capítulo 26.

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Marth no sabía donde se encontraba. Solo veía un largo pasillo negro, oscuro, que no existía ninguna antorcha que alumbrara. Intentó retroceder, pero había una pared que no se lo permitía. Solo le quedaba avanzar, y eso hizo.

Estaba con nervios de acero, hacía mucho tiempo que se ponía nervioso por algo, y no rompería su "racha" por estar perdido en un lugar que no podía ver. Se preguntaba cómo llegó hasta allí, y donde estaba Ike. Ojalá se encuentre bien y a salvo...

 El sitio parecía no tener fin, pero no le importaba mucho. Hacía tiempo que quería desaparecer, él pensaba que si eso ocurría podría liberarse de toda culpa. Deseaba más que nada liberarse de su tortura.

El corredor no era tan largo como el pensaba. Se detuvo en un gran salón de café que esta vez si estaba iluminada por pocas antorchas. Algo le tocó el hombro mientras examinaba el lugar, y se horrorizó al ver a su mujer, con sangre en sus ojos, el pecho abierto que se le veía sus órganos vitales, piel putrefacta y una horrible expresión de tristeza, locura y rabia.

—¿Por qué lo hiciste? —lamentó ella, colocando su huesuda mano en su mejilla.

Sintió otra mano agarrando su pie, y se arrepintió de ver. Una Tikki, que le faltaba una pierna y un brazo, con la cara destrozada y se le asomaban los huesos, lloraba sin soltarle.

—¿Por qué nos odias? —comenzó escalar su tieso cuerpo.

Poco a poco, en la habitación comenzaron a abundar los cuerpos de personas muertas en la guerra que no pudo salvar. Personas que cargaban el peso de sus vidas en su espalda. Shiida estaba muy cerca y la dragonita arropaba su cuello. Marth estaba quieto, tenso, sin poder controlar que las lágrimas que salían por la culpa de sus ojos.

Vacío. {Marth x Ike}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora