⋆Capítulo 6.

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("La serenata privada.")

[Vie/6/90 18:32]

—Siempre vengo a estas horas, los supermercados no están tan llenos. ¿Sabes? Odio hacer filas. — dijo Damon, mientras entraban en el supermercado.

Damon y Jade decidieron hacer algunas compras para la cena que habían programado esa noche. Tenían que comprar algunas cosas para la velada, y otras indispensables para Damon.

Ambos caminaron hasta el departamento de Damon, quien había insistido en que fuera en su casa. Según él, todavía no había invitado a nadie y le entusiasmaba que ella asistiera.
Los supermercados estaban algo lejos del edificio departamental, por lo que tuvieron que caminar bastante; lo que hizo que los pies de Jade comenzaran a dolerle.

—Podríamos haber usado mi bicicleta, no sé porqué dijiste que no. — respondió Damon a las quejas de Jade por haber caminado tanto.

—Porque, ¿cómo lo haríamos? No es como una motocicleta, no podríamos viajar ambos a la vez.

—No tengo tanto presupuesto, Jadie. — dijo Damon mientras buscaba sus llaves en el abrigo que tenía puesto. —Pero sí podríamos haber ido juntos, ya sabes, como en las películas; tú irías apoyada en el tubo, yo manejaría.

—Eso suena super incómodo. — Jade no pudo evitar en aquella tierna imagen, pero no romanticamente, ellos solo eran amigos.

Pararon frente a un edificio mostaza, ese era el lugar en el que se estaba alojando su amigo. Era algo viejo, pero no estaba necesariamente en mal estado. Ambos entraron.

•••

Al entrar en el departamento de Damon, luego de que él abriera y le diera el paso; pudo ver un recinto sorprendentemente agradable. Estaba algo vacío, dado que era bastante nuevo y algunos muebles faltaban, pero no era muy destacable dado al pequeño tamaño del lugar.
Se mantenía iluminado con algunas lámparas, y se veían algunas prendas fuera de lugar. Jade expresó lo agradable que le resultó.

—Lo ordené un poco antes de que vinieras. Por lo general es un gran desorden de basura y ropa. — respondió Damon, desacreditándose.

Luego de quitarse los abrigos y ponerse cómodos ambos comenzaron a cocinar.
Ambos reían por la falta de técnica que tenían, no sabían muy bien lo que hacían.

—Tuviste que haberme dejado ayudarte con las bolsas de compra. Estabas cargando muchas.— dijo Damon, mientras se mantenía cortando las verduras.

—Tú ya tenías suficientes. No tienes que actuar como un caballero conmigo. — Jade rió.— No soy tu madre.

—Aún así. Eres mi invitada, no deberías cargar con mi leche y galletas.— siguió argumentando Damon. Jade pensó que era genuinamente adorable la manera en la que se preocupaba por esas cosas. Terminó accediendo a que la próxima vez sea él quien lleve la mayoría de bolsas.

•••

Mientras Damon servía la comida en los platos, Jade acomodó los cubiertos y vasos en la mesa ratona que utilizarían esa noche. Ya que entre los muebles que aún Damon no compraba, estaban la mesa y sillas. Eso le recordó a sus primeros meses viviendo sola; estuvo varios meses comiendo y durmiendo en el piso, hasta poder amueblar su casa.
Él le indicó que prendiera algunas velas que había comprado, para darle un cierto ambiente al lugar.

—¿Así que eres vegetariano? — preguntó Jade, mientras comenzaba a comer.

—Así es, me duele mucho el estómago si como carne. ¿Entiendes? — respondió Damon desde el baño, mientras terminaba de lavar y secar sus manos.

—Pensé que tendrías una razón mucho más sensible, como la mayoría de vegetarianos.

—Oh, claro. Amo a los animales, y si los ayudo no comiéndomelos me alegra por ellos. Sin embargo, no es que me haya quedado opción. — dijo mientras salía del baño, para luego sentarse en el piso.

—Puse unos almohadones en el piso, para estar más cómodos. Espero no te moleste. —explicó Jade, luego bebió algo del vino que habían comprado.

—Lamento no tener una mesa y sillas. — comentó apenado Damon, Jade le hizo un gesto expresando que se despreocupara por eso. — Por cierto, tengo una sorpresa para ti.

—¿De verdad? ¿Qué es? — preguntó emocionada Jade.

—Tendrás que esperar, ahora come. Es importante, estás muy delgada. — bromeó Damon.

Al terminar de comer, ya llenos y con alguna que otra copa de más —porque ambos se habían terminado dos botellas de vino.— se sentaron en el sillón, aún sin haber recogido los platos. Jade se impacientó por saber cuál era la sorpresa, incluso trató de adivinar qué era durante la cena, pero Damon se mantenía firme ante la idea de no decirle de que se trataba.

—En realidad no solo toco la guitarra, toco otras cosas también. — respondió a Jade, quién había preguntado por el teclado que estaba en la otra punta de la habitación.

—¿Sabes? Yo también toco el teclado. Bueno... no toco desde hace una eternidad, pero creo que se hacerlo aún.

—Increíble, ya podemos tener una banda. — bromeó Damon.

—Tú tocarías tu guitarrita y cantarías, yo podría tocar el teclado, podemos convencer a alguien de que toque la batería.

—¿Por qué tendríamos que convencerlo?

—Vamos a ser terriblemente malos, ¿quién querría tocar con nosotros? — ambos rieron, seguían tomando y para ese momento ya estaban bastante embriagados.

Jade paró en pensar sobre aquél momento, no sabía si era por lo ebria pero se sentía como si no quisiera estar en ningún otro lugar, estaba perfectamente cómoda allí, ¿sería porque estaba juntó a él?. No se sentía como si tuviera que proteger, sino que protegida; a pesar de que él fuera más chico que ella. Se quedaba hipnotizada en sus comentarios joviales y opniones espontáneas, era alguien de verdad interesante. Aunque ella ya sabía eso. Lo supuso desde que lo vio por primera vez, tocando en el parque.

—Bien, voy a mostrarte mi regalo. — dijo finalmente Damon.

—¿Tengo que cerrar mis ojos o algo así? — se carcajeó Jade.

—Sí, mejor hazlo. Será mucho más fácil. — Jade obedeció, a pesar de estar extrañada por el comentario de Damon.

Escuchó cómo él se levantó y movió algunas cosas al hacerlo, probablemente se habría chocado contra algo al estar mareado por el alcohol. Damon se sentó frente a ella en la mesa, Jade rió nerviosa por la situación.
Percibió cómo él carraspeó un poco, soltó algunos comentarios e hizo una cuenta regresiva, lo que hizo reír nuevamente a Jade.

—No los abras hasta que termine, ¿e-entendido? — escuchó a la grave y nerviosa voz de Damon, que a pesar de tartamudear era seria. Ella obedeció.

Trastabilló por unos minutos, hasta decidirse. En ese momento, dejó escuchar a Jade la melodía de la guitarra. Ella sintió como su corazón se aceleraba al escuchar la voz de Damon. Esta vez lo escuchaba desde cerca, sin miedo a que él la viera; en este caso era todo lo contrario, él parecía tener el miedo a ser visto.
Parecía tan acostumbrado a que los demás lo vieran tocar en el parque, extrañó terriblemente a Jade que a pesar de eso le pidiera que cerrara los ojos. ¿Por qué se sentía así? Prefirió no abrirlos a pesar de sus dudas, la canción seguía deleitandola, y temió que al abrirlos él parara. No tenía intención de que eso sucediera, porque a pesar de no verlo, podía sentir cómo él trataba de expresarse con aquello.

—Puedes abrirlos si quieres. — dijo al terminar. Jade abrió lentamente los ojos, y pudo verlo rascándose la nuca. — Sé que no fue muy buena, pero pensé que sería lindo. Espero que no pienses que soy un fenómeno que trae chicas para que escuchen sus canciones. — Jade rió, interrumpiéndolo. El sonrió, ella lo hizo a la par.

—La próxima vez me gustaría verlo.

Espero este capítulo sea de su agrado, si es así no olviden comentar y votar. Siempre se agradece. Cuidense y hasta la próxima.

—A.⋆

THE OFFICE. (Damon Albarn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora