("Cerveza para maduros.")
[ lun/11/90 12:35 ]
— ¿Cómo es posible que aún no sean novios? Salen juntos hace 4 meses. — dijo Brendan.
Los meses habían pasado, y Damon ya era algo más que un simple interés romántico en la vida de Jade. Eran una linda pareja, y a pesar de no parecer nada serio, ambos lo tomaban así. No querían estar con nadie más, ambos sabían lo que sentían por el otro y era hasta difícil para los demás no notarlo.
Jade guardaba sus papeles, terminando por despejar su escritorio. — No veo cuál es el problema, supongo que no es necesario.
— Tal vez es una de esas relaciones en las que no se necesitan etiquetas, es romántico. — agregó Julie.
— Yo creo que es estúpido. Ambos se quieren y no paras de hablar de él y lo increíble que es, solo dile que quieres ser su novia. — siguió Brendan, consternado.
•••
Esa misma noche, ambos habían decidido volver juntos a casa de Jade. Era algo que normalmente hacían, tratando de pasar el máximo tiempo juntos.
— No entendí la película. — se quejó Damon.
Ambos se encontraban en la cocina, luego de ver una película decidieron preparar la cena. Ella solía encargarse de la mayor parte, ya que Damon no era un gran cocinero. Sin embargo, él ayudaba con detalles menores.
Jade, que estaba cortando vegetales, río por aquél comentario. — Eso es porque no prestaste atención.
— ¿Cómo podría? Solo quería verte a ti, no a Al Pacino.
Él se acercó por detrás, abrazando la cintura de Jade. Al no conseguir su atención, Damon movió sus cabellos para tener acceso a la nuca de la chica; comenzando a dejar besos en esta.
Jade se giró divertida, enredando sus brazos en el cuello del apuesto rubio. — Si no me dejas seguir, no habrá cena.
Besó con todo el amor que tenía esos labios, porque él sentía que gritaban por su cariño. — No tengo hambre.
•••
[01:23]
Toda su vida Jade creyó que el vino era para gente madura, porque así se lo habían indicado los mayores ingleses. Pero Damon, a quién no le importaba, opinaba que la cerveza era más adecuada; además de barata.
Él abrió dos latas, y para darle un gusto a su amada, la sirvió en copas.
En el balcón ambos bebían y compartían juntos la música. Damon tocaba la guitarra y Jade — que después de un par de copas, se sentía menos pudorosa — cantaba las canciones que él ejecutaba maravillosamente.
Pasando de un acorde a otro con rapidez, Damon rompió una cuerda. — Mierda. Creo que fue mucho que aguantar para estas cuerdas de segunda.
Jade, sonrió encantada por la molestia de su compañero. — No importa. — se acercó y lo tomó de la mano, para acercarse al borde del balcón. — Ven.
Podían haber pasado horas y horas juntos, pero el tacto del contrario siempre la hacía estremecer. Hasta la suavidad de las toscas manos de Damon le parecía encantadora; y como si este supiera disfrutar de lo que le causaba, se aferró a sus caderas con ambas manos mientras miraban las calles.
Los sentidos primitivos parecían agudizarse cuando él estaba cerca de ella. El alcohol le daba a Jade una seguridad que no era como la que normalmente fingía tener.
Damon rió al sentir las manos de Jade entrando sin permiso por debajo de su camiseta. — ¿Qué estás haciendo?
— ¿Qué? Solo estoy toqueteando a mi amigo. — lo que le causó aún más gracia al chico.
— ¿Somos amigos?
— No lo sé, tal vez. De una manera diferente. — contestó tranquila, acariciando su espalda.
Él que la miró confundido, preguntó: — ¿Diferente?. Ella que ahora reía, respondió: — Sí, no siempre diferente es malo. Porque yo amo este diferente.
— Jade, creo que te amo.
Ella lo besó, para comprobar si él solo lo creía o si realmente lo hacía. Damon, queriendo confirmarlo, apretó gentilmente la mandíbula de Jade, abriendo paso a su boca.
Se abalanzaron contra la barandilla. Él acariciaba su figura con delicadeza, sus manos frías dejaban escalofríos en la piel de Jade. Profundizaron el beso, buscando más el uno del otro.
Abrió la camisa de la chica, porque ahora estaban en un transe; no temían que alguien los viera, que pudieran decir algo. Si alguien los veía, verían a dos personas que se amaban, y ya ninguno tenía miedo de amarse.
Él sacó la camisa, sus pantalones, la dejó desnuda, y allí en el balcón, sin ningún ritual ni preparación, sin tiempo para explotar la situación hasta el cansancio; lo hicieron.
Cuando pararon, orgullosos de no haber fingido, y de no seguir las reglas que se habían instalado para tener sexo; Damon pasó delicadamente las manos por el cabello de Jade, quien miraba el reflejo de la escena en el puerta de vidrio.
Se vio los labios hinchados, el cabello revuelto, y notó por primera vez como él todavía seguía con ropa. Era para Jade una atmósfera tan extraordinaria, tan llena de amor.
Girándose para verlo, Jade propuso: — Podríamos ser novios, ¿no lo crees?
Él sonrió.
•••
Hola! Espero estén bien. Disculpen por la inactividad, y lo breve del capítulo. De todos modos, voy a intentar volver a actualizar con más regularidad. Esperen próximas actualizaciones! <3
—A.⋆
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THE OFFICE. (Damon Albarn)
Fiksi Penggemar"Es un chico, no sé su nombre. Un rubio, alto, toca siempre en el parque. " » A; ⋆