Aunque estés con el. (lutteo)

Celos.

Matteo.

El día siguiente llegó, el estúpido ensayo de la boda de Benicio y Luna.

Emilia se había comunicado conmigo anoche y quedamos de vernos en la mansión.

Me vestí con pantalones negros pegados, una camisa color durazno, mis mocasines y un saco negro.

No estaba listo para todo este plan y mucho menos para ver a la mujer de mi vida irse por siempre de mi lado si el plan no funcionaba.

Mi celular sonó sacándome de mis pensamientos era Gastón.

- Hola hermano.- salude sin muchos ánimos.

- Vaya Balsano, si vas a estar así todo e día mejor no salgas de tu casa.- dijo bromeando.

- Sabes que no estoy de ánimos para estar en el ensayo de la boda de Luna.-  gruñí.

- Lo sé, pero si todo sale bien, ella volverá a ti.- dijo seguro.

- Lo he estado pensando, si Luna me amara realmente ya hubiera dejado a Benicio.- ambos nos quedamos callados.

- Tu mismo lo dijiste, Luna se siente en deuda y de alguna gorma presionada por sus familias.- habló mi amigo después de unos segundos.

- Lo sé, solo que siento que no puedo más.- dije suspirando.

- No fallaremos, tranquilo amigo.- Gastón siempre tan positivo.

- Ya veremos.- dije con una pequeñas sonrisa.

- Bueno, te hablaba para saber a que hora llegaras a la mansión?.- pregunto.

- Salgo en diez minutos.- contesté.

- Bueno, te veo a fuera con Emilia de acuerdo?.

- Nos vemos en un rato.- colgamos.

Termine de bañarme prácticamente en loción y mande mensaje a Emilia avisándole que iba saliendo.

Salí de mi hogar y subí a mi carro, comencé a manejar hacía la gran mansión Benson y llegue en menos de veinte minutos, mande mensaje a Emilia y a los pocos minutos salió, baje del auto al verla y me dio una sonrisa preciosa, íbamos vestidos del mismo color, su vestido era color durazno largo con tirantes delgados dejando ver sus hombros y un pequeño escote en el pecho, su cabello recogido dejando ver su cara y sus ojos cafés claros.

- Woow.- exclame cuando se acerco a saludar.

- Lo mismo digo Matteo.- se sonrojo.

- Te ves hermosa Emilia.- le sonreí y nos saludamos con un beso en la mejilla.

- Gracias.

A los segundos llego Gastón en su carro, vestía un traje gris oxford y una camisa blanca, sus mocasines y su cabello revuelto como siempre.

- Lo sé, lo sé, estoy guapísimo.- dijo cuando bajo de su auto y giro para que lo admiráramos.

- No cambias.- dije divertido.

- Solo digo la verdad.- sonrió.- Woow Emilia, estas hermosa.

- Gracias Gas, tu también estas muy guapo.- le sonrió divertida.- Seguro un motivo debes tener, será acaso Nina?.

- Que?!, no, no.. nada que ver.- dijo nervioso.

- Oh claro que si, no mientas!!.- ahora yo me burlaba de él.

- Bueno puede ser posible.- dijo totalmente sonrojado.- No me quiero rendir con ella. la extraño.

- Créeme Gastón, ella aun te ama.- dijo la rubia enternecida.