Emilia.

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Luna.

Lo tuve una vez mas, quisiera decir que lo que vivimos en Italia solo fue pasión, el clima, el lugar, las ganas, pero no.

Matteo entro directamente a mi corazón desde el primer momento en que lo vi, guapo, perfecto, dulce, carismático, divertido, inteligente y solo con un beso prendió mi cuerpo.

Salí al jardín después de mi momento con Matteo, el último al parecer,  me senté en mi mesa y las miradas de mis cuatro padres fueron a mi.

- Donde estabas Luna?.- pregunto Monica, mi madre adoptiva.

- En el baño.- conteste seca, ni siquiera la mire.

- Segura?.- me pregunto Lily analizándome, Lily es mi verdadera madre.

- Esto siempre va a ser así?.- pregunte ya molesta.- Siempre intentaran manejarme o cuidar cada paso que de para no huir de mi compromiso con Benicio?.

- Cariño, tranquila.- dijo sorprendida Monica.

- Que sucede?.- esta vez fue Lily.- Algo esta mal Luna, llevas varios días rara.

- Les importa de verdad lo que me pase?.- dije sarcástica, creo que el momento con Matteo me había despertado un poco.- Por que ustedes.- señale a mis padres adoptivos.- Solo han estado todo el tiempo hablando de mi boda con Benicio y ustedes.- ahora señale amis verdaderos padres.- Me encontraron pero jamas se han interesado  en conocerme!!.

Los cuatro me vieron impresionados por mi actitud y después bajaron la mirada, se que los hice sentir mal, pero es la verdad, todo este tiempo solo me he dedicado abajar la mirada y decir "si" a todo lo que piden, me siento una niña de quince años que aun tiene que rendir explicaciones por llegar tarde y obedecer todo lo que digan sus padres para no meterse en problemas.

- Ese es Matteo?.- pregunto mi madre cambiando de tema, mi mirada fue enseguida a donde se encontraba. sentí el sentimiento de los celos subir por mi cuerpo, estaba bailando con Emilia.

Estaba con ella después de acostarse conmigo?!, dolió de verdad.

- Disculpen la tardanza.- llego Benicio a sentarse a mi lado, no lo miré.

Después de la pela de anoche, realmente no quiero saber nada de él.

- Tardaste hijo.- hablo mi madre Monica-

- Si, había gente.- le tembló la voz.

Y si, voltee a verlo por primera vez en toda la velada, cuando Benicio miente le tiembla la voz, lo analice de inmediato y lo note, su traje estaba arrugado, olía a mujer un perfume que se me hacía muy conocido pero en este momento no lograba distinguir donde lo había olido antes, el cabello algo despeinado y los labios hincados. 

Ni siquiera hizo el esfuerzo por disimular un poco o arreglarse ya por lo menos.

Él al sentir mi mirada volteo a verme e intento darme una sonrisa, salió una mueca.

Regrese de inmediato mi vista al italiano y la mexicana que se encontraban bailando muy juntos, entonce lo note, Matteo se acerco lentamente a Emilia y ocurrió, la beso.

Mi cuerpo sintió como si hubiesen tirado un balde de agua fría encima y la copa que tenía en la mano se rompió por la fuerza que hice contra ella.

- Luna!!.- Monica grito asustada al escuchar el sonido del cristal estrellarse en mi mano y al ver salir la sangre.

- Mierda.- reaccione al dolor que sentí y vi mi mano, una abertura de un lado al otro se veía sobre ella y vidrios enterrados en ella.

- Cariño, que paso?!.- dijo asustado Benicio intentando tocarme, que asco me daba.

Aunque estés con el. (lutteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora