Capítulo 11.

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Bajo las tibias sabanas de la habitación Wei Ying iba abriendo sus ojos lentamente. Parpadeó tratando de acostumbrarse a la luz y giró su cabeza para poder ver a su alrededor. En efecto, se encontraba es la habitación que compartía con Lan Zhan. Pero estaba solo.

Lo último que recordaba era que su celo había llegado y terminó en una cueva con el alfa y después...

Varias imágenes de ambos uniéndose una y otra vez, la mordida de su cuello y su voz haciendo eco mientras pedía piedad llegaron a su mente.

Mientras más recordaba más rojo se ponía su rostro.

Con calma empezó a sentarse. Sentía todo su cuerpo quejarse, incluso en partes que no sabía que podían doler. Ya sentado se percató que una túnica interior lo cubría y aparentemente estaba aseado. Sin duda era obra de su ahora pareja.

Con algo de valor se puso de pie con la intención de buscar a Lan Zhan. Justo cuando dio el primer paso el dolor en su cadera aumentó y terminó cayendo. En ese instante la puerta de su habitación fue abierta por un omega gruñón.

—¡Pero que carajos haces fuera de la cama! ¡Regresa ahora!— con rapidez lo sujetó de los hombros y lo devolvió al mullido lecho. Una vez que lo logró acomodarlo tomó asiento para empezar a reprender a su hermano.—¿Me puedes explicar cómo lo logras? Sólo fueron cinco días ¡Cinco días! ¡Y mira en que estado te encuentro! Apenas ayer volví y me llevo con la gran sorpresa de que estabas inconsciente, casi te secuestran, tu celo llegó y ahora estás enlazado con Lan WangJi. ¡Quiero una explicación! ¡La merezco!

Wei Ying sólo sonreía incómodamente mientras escuchaba los gritos de Jiang Cheng. Después de que su hermano pareció calmarse empezó hablar.

—Supongo que ya sabes que varios lobos se infiltraron y justo cuando iba de regreso fui emboscado...—Jiang Cheng asintió con su entrecejo fruncido. —Gracias a que Lan Zhan llegó a tiempo estoy aquí, pero... en medio ataque llegó mi celo. Después una tormenta de nieve inició, fue imposible regresar por mi estado y luego...—dejó de hablar al volver a recordar esa noche. Fue ahí cuando analizó las palabras de Jiang Cheng. ¿Dijo que se fue hace cinco días? Prácticamente duro inconsciente todo ese tiempo ¡¿Pero qué pasó?!

Su rostro pareció explicarle sus pensamientos a su hermano. Quien más relajado respiró profundo y habló.

—Aparentemente enfermaste por la exposición al frío y sumado a tu celo... tu cuerpo simplemente no lo soportó. Pero ya estás bien, y que mejor porque Lan WangJi ha estado de un pésimo humor. Ayer que volví parecía otra persona, incluso Lan Huan no quería acercársele.— al escuchar eso Wei Ying no pudo evitar sonreír. Por lo menos sabía que Lan Zhan estaba bien.—Ahora explícame por qué terminaste rechazando los supresores.

Wei Ying se rascó la cabeza con algo de nerviosismo.—Verás Jiang Cheng, después de pensarlo mucho y hablar con la doctora terminé aplicándome la inyección en vez de consumir los supresores.— en realidad no lo pensó tanto, sólo sabía que quería estar con el alfa, entonces se fue por el camino más obvio.

Inconscientemente llevó su mano a su nuca donde empezó acariciar su marca. Aún estaba algo hinchada y dolía un poco, pero se sentía bien. Ahora que ponía atención podía sentir cierta ansiedad y preocupación, aunque no era suya, era del alfa con el que ahora compartía un vínculo. Con eso en mente su sonría sólo creció, parecía que podía alumbrar la más oscura bruma.

—Bueno pareces estar mejor y Lan WangJi te cuidó bien, por lo menos te tuvo compasión.

Wei Ying pensó "yo no lo creo así" pero eso era algo que se lo guardaría para él. Recordaba cómo pedía un descanso y el alfa parecía que le entraban las palabras por un oído y le salían por el otro. Tenía que hablar seriamente con Lan Zhan.

Noche de CaceríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora