Capítulo 38.

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En el interior de la montaña se podía apreciar una agradable tranquilidad, faltaba poco para que el sol saliera, pero como ya era costumbre de los últimos meses unos ojos grises se abrieron de forma lenta.

Wei Ying pestañeó tratando de adaptar su visión a la oscuridad en la habitación, la poca luz que se filtraba le ayudaba a delinear siluetas. El omega se encontraba recostado de lado, podía sentir la suave respiración de su pareja a espaldas suyas, además de que un fuerte brazo le sujetaba, la mano del Lan terminaba justo en su abultado vientre. El aroma a sándalo le reconfortaba, causando que quisiera permanecer más tiempo acostado.

Con calma Wei Ying empezó acariciar su barriga, le faltaba poco para llegar a los ocho meses y apenas había podido sentir a su bebé moverse, si A-Yuan había sido tranquilo en definitiva este lo era aún más.

Sólo pasaron unos minutos cuando la mano del Lan también se empezó a mover para después tomar la mano del omega. La respiración del alfa rozó el cuello de Wei Ying provocando que este riera.

—Me haces cosquillas Lan Zhan—dijo el omega con una sonrisa.

Lentamente el Lan empezó a repartir pequeños besos y mordidas por la suave piel. Wei Ying intercambió las risas por pequeños suspiros.

—La-Lan Zhan A-Yuan no tardará en llegar—le recordó Wei Ying. Aún no entendía como su hijo pudo adoptar ese terrible hábito de levantarse tan temprano—No queremos que nos descubra... otra vez.

Sin muchas ganas el alfa se alejó, pero si quería evitar otro accidente debía escuchar al omega. Acarició por última vez el vientre de su pareja y depositó un beso en la frente de Wei Yign. El tiempo que le tomó al alfa arreglarse fue lo que tardó la puerta en ser abierta y revelar un pequeño niño con las ropas mal acomodadas.

—Buenos días—dijo sonrieren el infante mientras se acercaba a Wei Ying quien estaba sentado en la cama.

—Buenos días—dijeron ambos padres al unísono.

De un brinco el niño subió a la cama y se acercó a su madre, Wei Ying lo jaló para darle un fuerte abrazo.

—¿Cómo amaneció mi bebé?—preguntó llenándole la carita de besos.

La mejillas de A-Yuan se volvieron rojizas—Ya no soy un bebé mamá—dijo con un puchero.

El omega lo besó por última vez—Para mi siempre lo serás.

—A-Yuan ven aquí—pidió el alfa para acomodar las túnicas del menor de forma correcta y peinarle.

En lo que el Lan se encargaba del niño, Wei Ying también comenzó a cambiarse, le faltaba poco para terminar cuando Lan WangJi le acercó la túnica exterior, Wei Ying sonrió y con ayuda del alfa se la colocó, después el Lan tomó la mano del omega para besar el dorso.

A-Yuan veía atentamente la relación de sus padres con una sonrisa. Sólo cuando notó como su madre tomaba el rostro del Lan para besarlo el pequeño cerró los ojos con fuerza mientras cubría su cara con ambas manos.

—¡Mamá!—gritó provocando que Wei Ying riera.

—¿De que avergüenzas? Un día harás lo mismo con tu pareja. ¿Verdad Lan Zhan?

El alfa se aclaró la garganta—Ven para cepillarte—fue lo único que dijo.

Wei Ying volvió a reír cuando notó las orejas rojas del alfa. Aún no podía creer que Lan WangJi se avergonzara de eso. ¡Tenían dos hijos!

Veía el rostro rojo del menor y la seriedad del al mayor. "De tal palo tal astilla" pensó Wei Ying.

Sin más dejó que su pareja cepillara y peinara su cabello, de reojo vió como A-Yuan jalaba las ropas de su padre para decirle algo en voz baja, WuXian no alcanzó a oír pero vió como Lan WangJi asintió, después de eso su hijo salió rápidamente de la habitación.

Noche de CaceríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora