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El cura no hablo, permitiendo al del piercing seguir hablando.

-Bien, pues yo sí traicione a alguien, a mi buen amigo Luzu.-  Dijo en un tono triste recordando lo sucedido. Pequeñas lágrimas se acumulaban es sus ojos pero las seco rápidamente pasando la mano, no iba a llorar, y menos delante de alguien.- Quería evitar que la política la le corrompiese y por eso vote a Lolito. Pero nunca imagine que le sentará eso tan mal, lo suficientemente mal como para encerrarse en su casa y poner lava al rededor de la muralla. En verdad me siento mal tras lo sucedido, desearía cambiar el pasado... o tan solo que él me perdonará.-

El cura escuchó atentamente las palabras del contrario. En un momento pensó que eso parecía más un consulta del psicólogo que un confesionario. Pero no podía culpar al chico, él era el psicólogo, escuchaba a la gente en un entorno profesional, también merecía ser escuchado de la misma manera, aunque fuera por el cura del pueblo.

Una vez terminada la confesión el rubio habló.

-Dios perdonará la traición que hiciste y probablemente su amigo también, ya se puede ir hijo.-

-Gracias padre...- Dijo el contrario saliendo de la iglesia, haber comentado todo lo que sentía le hizo bien.

Al salir de la iglesia se encontró a los policías, los cuales patrullaban el pueblo a ver si encontraban algo que hacer.

-Buenos días- Saludó Alexby al del piercing.

-Buenos días chicos- Saludó Auron a los dos, notando que Fargan no le hacía caso, parecía perdido en su mundo- ¿Estás bien?

El de la máscara de búho reaccionó a la pregunta saliendo de sus pensamientos. 

-No, no es nada solo que -Y no pudo terminar la frase pues fue interrumpido por su compañero.

-Lleva de bajón todo el día porque Willy no le responde los mensajes, es un maldito exagerado.- Dijo el más bajo.

-No soy exagerado, es que él nunca tarda en responderme- Se notaba al de la máscara algo irritado.

-Bueno, mejor me voy- Y así Auron huyó de allí, dejando a los dos chicos en lo que pensaba que sería el inicio de una pelea.

~Con Willy y Luzu, en la tarde de ese día~

Después de casi un día entero en aquella caminata decidieron buscar un lugar donde quedarse esa noche.

-Hagamos una pequeña cabaña- Dijo el peliblanco mientras sacaba los materiales empezando a crear una pared. Sin dudarlo el castaño le empezó a ayudar, haciendo que en 30 minutos finalizarán aquella mini cabaña donde se alojarían esa noche. Entraron a esta y cerraron la puerta, solo había 2 antorchas en el centro que servían para iluminar perfectamente el reducido espacio.

-¿Cuánto queda para llegar?- Preguntó Luzu, llevaban como 9 horas de viajes excluyendo el tiempo de descanso, esperaba llegar pronto a su destino.

-Si vamos a buen ritmo mañana sobre el mediodía llegaremos.- Respondió el menor, ambos estaban sentados uno al lado del otro y con la espalda apoyada en la pared. Por lo que recargo su cabeza en el hombro del contrario. -Que mala faena el no habernos traído las camas.- Comentó algo molesto con si mismo, por olvidarse algo tan importante.

-Ya ves, pero bueno, no se puede hacer nada.- Comentó el castaño recordando el maldito momento en el que vio el saco de dormir en un cofre pero lo pasó por alto.

-Solo espero que dormir en el suelo no sea incómodo.- Suspiró el contrario, no le hacía gracia dormir en mitad del bosque, en una mini cabaña y encima en el suelo. Lo único bueno que podía sacar de allí es que estaba con Luzu.

-No lo será, Manolo duerme en el suelo, y mira lo feliz que es.- Dijo el de los ojos castaño señalando a su mascota, la cual estaba en una esquina de la construcción. El cerdo hizo un sonidito de felicidad, cosa que causo risa en ambos.

-Tienes razón, si él puede nosotros también.- Dijó entre risas Willy.

-Sí- Comentó el mayor para luego bostezar- Que sueño por Dios.- Se tumbó en el suelo a un lado de la antorcha.

-Cierto, mejor durmamos- Comentó el peliblanco mientras se incorporaba para ir al otro lado pero fue detenido por el agarre del castaño.

-Quedate aquí... por favor- Dijo este medio dormido.

-Pero... - Y paró de hablar al ver como el mayor cayó rendido ante el cansancio sin soltarlo aún.

Suspiro levemente y se tumbó al lado de su amigo, contempló durante unos minutos su rostro, cada facción de su bello rostro. Sus labios rosados, sus cachetes, su fina nariz... todo era perfecto, o casi todo. Las ojeras que lucía era la muestra de que no era el mismo, era un ser diferente y malvado, o eso aparentaba. No pudo evitar abrazar al contrario acercando sus cuerpos considerablemente.

~En casa de Willy, aquella misma noche~

Su móvil sonaba una y otra vez, recibía varios mensajes de la misma persona, la cual llevaba todo el día intentado comunicarse con él con preocupación por el echo de que ni leyera los mensajes. Aquello era algo preocupante.

¡Vámonos! (LuzuRex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora