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Una semana.

7 malditos días habían pasado desde que el castaño perdió las elecciones y su modo Evil nació. Durante estos días procuró aislarse del resto de gente, es más, pusó lava al rededor de su casa para intimidar a cualquiera que quisiera ir a verle.

El castaño había terminado esa mañana de poner las torretas por todos los teritorrios de su casa, la seguridad ante todo, además que eso mantendría a raya a cualquiera que no tuviera miedo a la lava.

Se encontraba sentado en un sillón de su sala de estar mientras acariciaba la cabeza de Manolo, el cual estaba en el suelo. Todo era paz y soledad hasta que escucho un grito, aquel sonido despertó su curiosidad y salió fuera para asomarse por las escaleras que conectaban su casa con el pie de la montaña, a mitad de estas vió al peliblanco que había sido herido por las torretas. Pensó seriamente en irse pero el contrario empezó a hablarle.

-Luzu, dejame subir, quiero hablar contigo, me preocupas.- Sí, eso le habían dicho muchos, pero a diferencia del resto si creyó a Willy. Él fue su único votante, el que se acercó a preguntarle que tal estaba el día que se hundió, el parecía sincero.

Luzu desactivo las torretas permitiendo a Willy subir hasta su casa.

-Venga, entremos.- Dijó abriendo la puerta de su hogar, una vez los dos entraron cerró la puerta y ambos se encaminaron al salón para tomar asiento en el sofá.

-Luzu, me preocupas.- Comentó el ojiverde mirando a su amigo, el cual había cambiado bastante. Ya no quedaba rastro de aquel chico carismático que amaba ayudar a sus amigos. -No quiero verte más tiempo así-

-¿Cómo quieres que este después de sufrir traiciones por parte de varios amigos?- Dijo algo molestó, en verdad le dolían esas traiciones de la gente que más quería y no sabía como diablos debía de sentirse tras lo sucedido.

-No sé, no sé como deberías sentirte. Pero de lo que estoy seguro es que no debiste explotar el ayuntamiento- Ante aquella frase el castaño se sorprendió, miraba al contrario sin poder creer que supiera eso.

-¿Tú como sabes eso?

-Tengo mis fuentes.- Respondió de manera enigmatica el ojiverde. -Luzu, necesitas otro giro en tu vida, ¿no crees?-

-Lo veo díficil, ver todos los rostros que me hirieron no es precisamente la mejor manera para tomar otro camino.- Dijo mientras se acomodaba más en el sillón observando por la ventana mirando parte del jardin de Auron, lo unico de su casa que se veía desde allí.

-Karmaland te trae malos recuerdos ¿no?- Preguntó Willy, la respuesta de Luzu fue mover su cabeza en un gesto afirmativo. -Bien, pues vamonos de aquí.- Dijo sonriente el chico mientras se levantaba de un salto del sillón.

-¿Irnos? ¿Estás loco o qué? ¿A dondé iremos? ¿No se preocuparan por nosotros si nos vamos así sin más?- El castaño hacia las preguntas con bastante rápidez ante la loca idea de su amigo.

-Si, nos iremos al pueblo de al lado, tengo una prima allí que nos puede dar un lugar donde quedarnos. Respecto a lo de si estoy loco la respuesta es que sí, y por último, tú tranquilo. Todo el mundo esta centrado en sus cosas, además entenderán si te vas un tiempo.- Respondio tranquilamente observando a su amigo, en verdad deseaba ayudarle y pensaba que un respiro seria lo mejor.

-Pero ir al pueblo de al lado es ilegal.- Dijó el castaño pensando en la bronca que recibiría por parte de Vegetta si se enteraba de aquello, si es que llegaba a realizar aquella idea.

-Para empezar, nadie tiene porque enterarse de a donde fuimos, perfectamente podríamos haber estado en el bosque. Y  si se enteran como dije antes, entenderán que necesitabas tu tiempo.- Dijo restando importancia a aquel asunto.

-Vale... Ellos entenderán si yo me voy, ¿pero qué pasa contigo?-

-La que te dará un techo donde dormir es mi prima, tengo que ir para asegurarme que no pase nada, que nos conozemos.- Bromeó el peliblanco observando a su amigo con una sonrisa, el contrario le observó devolviendole una leve sonrisa.

-Vale, no me viene mal un descanso de todo- Dijó finalmente el castaño, la idea era loca pero creía que un poco de emoción en su vida le distraería de todo.

-Bien, pues me voy a casa a agarrar todo lo importante, tu haz lo mismo. Y antes de que lo preguntes te puedes llevar a Manolo.- Dijó Willy mientras andaba hacia la puerta de la casa acompañado de Luzu.

Aquella última frase hizó que la idea le pareciera la mejor decisión que tomar en la vida, un descanso en el pueblo de al lado junto a su amigo y única persona en la que se fiaba y su mascota.

-Bueno, pues adiós- Dijo abriendo la puerta de su casa, el ojiverde salió y antes de empezar el camino a casa se dio la vuelta para decir al mayor la hora y el lugar en el que se encontrarian para emprender su loco viaje.

¡Vámonos! (LuzuRex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora