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~En peaceland~

Al día siguiente los dos volvieron a despertarse en esa tienda de acampaña, ya era una costumbre dormir abrazados, por lo que ninguno se sorprendió al ver al contrario nada más despertarse.

-Buenos días.- Dijo Luzu aún medio dormido, mirando a Willy, el cual se había despertado un poco antes que él.

-Buenos días dormilón.- Sonrió al ver como su compañero cerraba nuevamente sus ojos, le sacudió un poco para evitar que se volviera a dormir. -Tenemos que levantarnos.- Dijo a la vez que se sentaba, observando al castaño.

-Vale...- Al igual que el otro, el mayor se había sentado, quedando los dos uno al lado del otro. Como el día anterior sus miradas volvieron a encontrarse, provocándoles un sonrojo a ambos. Esta vez Willy se acercaba lentamente hacía el rostro de Luzu, mientas este solo lo observaba, quieto y con un notorio sonrojo.

Sus respiraciones se mezclaban, sus labios estaban a escasos centímetros, sus manos entrelazadas y sus ojos perdidos en la belleza del contrario. "A la mierda con todo", fue lo que pensó el peliblanco antes de besar al castaño.

Era un beso lento, tranquilo, un acto que transmitía amor. En primer momento el de ojos azules se sorprendió pero no tardo mucho para corresponder el beso a la vez que abrazaba al contrario, acercándose aún más. Los dos disfrutaban aquello, el sentir los labios del otro sobre los suyos les llevaba al mismísimo paraíso.

Pero todo buen momento acaba, y este acabo por la falta de aire. Al separar sus labios se miraron, estaban confundidos, algo avergonzados pero no sentían ni el más mínimo arrepentimiento.

-Ha s-sido maravilloso.- Fue Luzu quien rompió el silencio que se había creado tras ese momento.

-La verdad es que sí.- El ojiverde sonrió, ambos se volvieron a mirar. Sabían en lo que estaba pensando el otro por lo que volvieron a unir sus labios en un beso más corto que el anterior para luego empezar a prepararse para ese día que había empezado de la mejor manera posible.

~En Karmaland~

Los dos policías estaban en la comisaria, no tenían trabajo que hacer, por primera vez el pueblo estaba totalmente tranquilo.

-¿Cómo crees que les estará yendo?- Preguntó el más bajo de los dos.

-Esperemos que bien, aunque me inquieta un poco el echo de que no se hayan puesto en contacto con nosotros.- Respondió el mayor, el cual miraba a traves de  una ventana las calles del pueblo, no solo ellos estaban preocupados, si no los aldeanos también. El miedo se sentía en cada rincón, el echo de que solo 2 de los héroes este en el pueblo implicaba que si pasaba algo había menos defensa. Pero por suerte todo se mantenía tranquilo.

-Se habrán olvidado, o que sé yo. Solo espero que estén bien y vuelvan todos pronto.- Dijo el menor de los dos, su tono de voz era flojo y lento, amenazando con que podría romperse a llorar en cualquier momento. -No quiero que vuelva a pasar...-

-¿Pasar el qué?- Preguntaba el de la máscara de búho mirando con preocupación a su compañero, el cual no llevaba su típico casco, por lo que podía ver como en sus ojos se acumulaban lágrimas.

-Hace un tiempo los dioses mandaron una misión a un héroe, era fuera del pueblo por lo que salió a realizarla. Al principio todo iba bien, nos informaba todos los días de como le iba, todo iba de maravillas.- Soltó un suspiro pesado a la vez que la primera lágrima caía por su rostro. -Pero un día simplemente no respondió, no nos informó, creíamos que se había olvidado, pero paso una semana así. Preguntamos a los Dioses que sucedía, pero no nos dieron una respuesta clara, solo nos dijeron que nos olvidemos de él. Nunca volvió al pueblo, no supimos más de su paradero, no sabemos si sigue vivo o muerto... le perdimos... perdimos a Staxx...- Terminó de decir aquello para llorar desconsoladamente,  sus ojos eran un mar de lágrimas, su respiración era agitada y descontrolada.

Se sorprendió al sentir al mayor abrazarle, correspondió a aquel acto ocultando su cabeza en el hombro del contrario para tratar de silenciar los sollozos. Fargan acariciaba la espalda de su amigo intentando calmarle, estaba procesando toda la información que el menor le dijo, no podía comprender porque los dioses nunca volvieron a decir nada sobre aquel chico desaparecido. En ese momento algo en su cabeza hizo un clic, tal vez por eso la preocupación por Luzu y Willy, tal vez los que vivieron aquel trágico suceso pensaban que esos dos habrían pasado el mismo destino que el otro, un secuestro, aunque no había nadie que lo confirmará, pero como tampoco se desmentía aquello les parecía los más lógico. Aunque la idea la dio Lolito ,al azar probablemente, 2 de los otros chicos tenían una razón para creer en esa opción ciegamente.

-Me da miedo... miedo pensar el que a Willy y Luzu les haya pasado lo mismo, que les pueda pasar a los otros, o que nos pase a nosotros lo que sea que le haya sucedido a Staxx.- Dijo Alexby levantando su rostro para observar al mayor.

-A nosotros no nos pasará nada, te protegeré, lo prometo.- Fargan limpió las lágrimas del contrario, para luego volver a abrazarse, el mayor abrazaba al pelinegro de manera protectora mientras este solo buscaba refugio es sus brazos calmándose poco a poco.

¡Vámonos! (LuzuRex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora