El sábado que viene es el cumpleaños de Alex y sus amigos han preparado un fiesta "sorpresa" en la sala privada de un pub muy conocido de San Francisco. Ni siquiera sabía que era su cumpleaños y algo me dice que él no me lo hubiese dicho. Me he pasado toda la noche pensando con qué puedo regalarle, pero no se me venía nada a la cabeza. Hasta que esta mañana, mientras hablábamos y tomábamos el café ―con chocolate en mi caso―, se me ha iluminado la bombilla cuando ha mencionado que es seguidor de Los Lakers desde bien pequeño.
Juego con la ventaja de que el hermano de una de mis mejores amigas, Mona ―la cual se mudó a Los Ángeles tras acabar la uni―, es jugador de los Lakers . He pensado que, a lo mejor, ella podría conseguirme un balón firmado por el equipo. Y no solo me lo ha confirmado, sino que su hermano ha sido el que me ha dicho que se encargará personalmente de mandarme el balón en dos días. Los adoro.
También he decidido comprarle los tres libros de la siguiente saga de Cazadores de Sombras que se quiere leer Alex, para que no se quede todo con un simple balón.
Llamo al timbre del piso de Alex sobre las siete de la tarde. Me ha invitado a cenar y a dormir con él. Aunque yo espero que no solo cenemos y durmamos, sinceramente. La puerta se abre y me recibe un Alex al que solo le cubre las caderas una toalla blanca.
―Hola ―saludo sonriendo un poco.
―Hola ―dice él atrayéndome por la cintura y dejando un beso en mis labios―. Deja la bolsa directamente en la habitación, si quieres.
―Vale.
Mientras él cierra la puerta, yo voy hacia su habitación. Huele a pizza por toda la casa. Dejo mi mochila en la silla del escritorio. Encima de éste veo unos papeles que llaman mi atención.
"TDAH y cómo tratarse."
"TDAH en pareja."
"Ansiedad."
Entonces recuerdo cuando me dijo que le gustaba investigar sobre las cosas. ¿Ha investigado sobre el TDAH, sobre cómo debe tratarme y sobre la ansiedad? El corazón me da un vuelco y hasta me entran ganas de llorar.
«No puedo llorar más, coño, que últimamente soy de lágrima fácil y nunca lo he sido.»
Salgo de la habitación con mi móvil en mano y voy a la cocina. Dejo mi móvil en la barra mientras lo veo sacar la pizza del horno. Se ha cambiado la toalla por un pantalón corto de deporte. Inspiro con fuerza y las tripas se me remueven haciendo ruído. Alex se ríe y se gira para mirarme.
―Tienes hambre, ¿eh? ―dice mientras comienza a cortarla.
―Sí, muchísima. Aunque yo tengo hambre de pizza siempre.
Lo escucho reírse y yo sonrío mientras lo miro. Coloca la pizza en dos platos diferentes y los coge para venir hacia aquí. Yo agarro uno de los platos. Nos sentamos en el suelo como siempre, Alex enciende la tele y dejamos un canal en el que hacen un reality de baile bastante entretenido.
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IMPULSIVE ©
RomanceBeth-Anne nunca ha destacado por su paciencia y su autocontrol. De hecho, ha destacado por todo lo contrario. Es una chica bastante inestable que lucha por controlarse a sí misma desde que es una niña. Muy pocas cosas hacían que se mantuviera establ...