En cuanto el omega tocó la puerta del departamento donde vivía el mayor supo que el momento había llegado.A medida que los segundos pasaban, sentía sus pies pesados y sus pensamientos comenzaban a abrumarlo en demasía.
Otra vez.
Tenía miedo al rechazo de su pareja. Era a lo que más temía ante todos los escenarios habidos y por haber.
En su bolso tenía la sorpresa que quería entregarle al alfa para que al abrirlo se enterara de la situación en la que estaban involucrados los dos.
No había sido fácil para él hallar la mejor manera de decirlo, Jimin quería algo sencillo y simple, y cuando una idea llegó a su mente se puso manos a la obra. Había encontrado la forma y esa reposaba dentro de una cajita blanca escondida en su bolso.
Cuando oyó unos pasos comenzar a acercarse a la puerta desde el otro lado, los nervios empezaron a consumirlo.
La puerta delante suyo se abrió y una imponente presencia apareció frente a sus narices. Pero él jamás se dió cuenta, ya que tanto los ojos como la mente del omega estaban perdidas en un sinfín de pensamientos.
Y si…
si dice que es un error…
si no me acepta.
—¿Minnie? —dijo el alfa delante de él preocupado al no obtener ninguna reacción del menor. Tomó la mano del otro y buscó su mirada.
Y cuando la encontró, sonrió.
Jimin miró con fascinación como los hoyuelos se marcaban en sus mejillas y un suspiro enamorado salió de sus labios. Anhelaba con fervor que su cachorro tuviera las mismas facciones que su pareja.
—Hola, cariño… —volvió a hablar Namjoon al ver que finalmente tenía la completa atención de su amado.
El alfa reforzó sus manos entrelazadas y tiró de él haciéndolo chocar contra su pecho.
—Hola, Joonie —musitó con una pequeña sonrisa sobre la tela de la remera.
Su pareja cerró con una mano la puerta y acto seguido sus amplias manos tomaron su pequeña figura y lo envolvieron en un abrazo apretado.
Se sentía cálido y sobretodo correcto el permanecer juntos, el permanecer en los brazos del otro. Jimin podía escuchar claramente como el corazón del alfa latía bajo la remera, llenando de regocijo su interior.
En cuanto lo soltó, el omega alzó su mirada y su ojos rápidamente conectaron con los del alfa, trabandolos ahí sin poder alejarla. Perdiéndose a sí mismos en el contrario.
Sintió como el mayor empujaba de él hasta chocar su espalda con la puerta, logrando atraparlo entre ella y su cuerpo, dejándolo sin escapatoria.
El menor dejó caer su bolso haciendo un ruido seco, pero ellos no podían dejar de mirarse en todo momento.
Ambos se habían extrañado y cuando se reconocieron no habían podido evitar que sus lobos despierten de su letargo. Mientras el aroma a coco y vainilla se hacía presente y se colaba por su nariz, captando como el lobo de su pareja llamaba al suyo, su lobo reaccionó de la misma manera, dejando ir su aroma de forma suave. Provocando que estos se mezclaran de forma perfecta.
El omega respiró profundamente ahogándose con el aroma a dulces orquídeas del mayor intentando hundirse en el.
El aroma a vainilla, coco y orquídeas inundaba por todo el lugar haciéndolos sentir completos en su burbuja.
Namjoon fue el primero en caer ante los encantos y no perdió tiempo en saborear los labios que tanto había echado de menos, siendo correspondido al instante.
El beso había comenzado dulce, buscando reconocerse y mostrando lo mucho que se habían deseado este último tiempo, pero en cuanto Jimin le permitió la entrada de la lengua del alfa, este se había convertido en una lucha por tener el control.
Chasquidos y jadeos se escuchaban por todo el departamento. El calor empezaba a sofocarlos y la lujuria daba indicios de aparecer.
Las manos del mayor habían tomado su cintura para acto seguido levantarlo sobre sus pies, haciendo que el omega terminara enredando con sus piernas la cadera del otro.
Cuando el aire empezó a fallarles, ambos se separaron mirándose con ojos vidriosos y anhelantes de más. Tomando bocanadas de aire e intentando recuperarse, se volvieron a abrazar.
—Te extrañé tanto —susurró el alfa de voz entrecortada sobre su oído.
Namjoon hizo un recorrido sobre su cuello, deteniéndose en donde el aroma del menor se concentraba y mordió juguetonamente, sacándole un chillido.
—Amor, yo igual —jadeó mientras la lengua del contrario jugaba en su cuello sensibilizando la zona.
—Mhm, puedo notarlo.
Con pasos torpes el alfa emprendió su camino a la habitación principal, chocando sin querer con algunos objetos en el trayecto y sacando risas al menor, debido que no podía orientarse cuando la tentación que eran los labios del omega estaban prácticamente devorándolo.
Al llegar colocó con toda la suavidad del mundo a su pequeño ángel en el centro de la cama y en cuanto se enderezó encima del otro no pudo evitar admirarlo. Todo en él era perfecto, desde sus labios rojizos hasta sus ojos dilatados por deseo.
Jimin era la definición de etéreo. Tan delicado y frágil, pero a su vez tan inquebrantable.
—Alfa... —le llamó con voz insistente y Namjoon acudió a él de forma inmediata tomando cartas en el asunto.
Sus manos se perdieron debajo de la tela de la camisa, erizando la piel a medida que se paseaba con parsimonia y el tacto ardía con gusto. Una de sus manos en el recorrido de su cuerpo rozó el vientre del omega logrando que este sintiera un escalofrío agradable y soltará un suspiro gustoso. Pero en cuanto intentó quitar la prenda, unas manos más pequeñas lo detuvieron.
Entre la bruma del placer y la exitación el mayor lo miró fijamente, confundido.
—¿Jimin?
—Espera —dijo con timidez, se sentía diminuto ante la mirada intensa, como un pequeño cachorro mojado—, tengo algo que decirte. Es importante.
El mayor al notar como en los ojos del omega se veía un brillo de determinación, observó expectante a lo que iba a anunciar.
Sin darse cuenta que aquello cambiaría su vida.
Y lo haría para siempre.
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Serendipity [Nammin]
Fanfiction♥︎• Nuestra felicidad fue planeada, porque me amas y te amo. 🍬 Nammin. 🍬 Namjoon top; Jimin bottom. 🍬 Omegaverse. 🍬 M preg. 🍬 Capítulos cortos. 🍬 Fluff.