03

282 39 8
                                    

—Sabes que puedes decirme lo que quieras sin miedo, ¿verdad? —preguntó el alfa al notar como que la boca del menor se abría para decir algo y la volvía a cerrar inseguro.

Jimin era un manojo de nervios.

Lo sé

Es solo que…

—Nunca pensé que pasaría esto...

"al menos no ahora" se dijo Jimin en su mente.

—Me estás asustando, bebé. ¿Me dirás qué es lo que ronda en esa hermosa cabecita? —cuestionó nuevamente el mayor al sentir como el aroma del menor se volvía agrio.

Namjoon no apartó la mirada de los ojos de Jimin, intentando transmitirle toda la seguridad que podía. Si bien estaba comenzando a sentir una leve desesperación ante el silencio de su pareja, entendía y trataba de ser comprensible.

No entendía lo que ocurría verdaderamente pero quería saberlo ahora más que nunca.

—Esperame… —susurró el otro y empujó despacio un poco su cuerpo—. Debo ir a buscar el bolso.

El alfa lo miró confundido mientras dejaba salir al menor de la cama.

—¿Tu bolso?

—Ahí está la sorpresa, Joonie. No me tardo —dijo suave pero por dentro sentía que moría debido a los nervios.

Como pudo se levantó de la cama y salió corriendo por la puerta. Jimin se paseó por todo el departamento de su novio, hasta llegar a la entrada donde ahí reposaban su bolso y sus zapatos. Estaba confundido porque no recordaba haberse quitado sus zapatos hasta que sintió el suelo con sus pies.

Se agachó llegando a la altura del bolso y lo abrió con rapidez.

En cuando sus dedos se rozaron con la caja blanca con detalles en plateado su respiración se detuvo por unos segundos. Si bien podía fácilmente tomar sus cosas e irse sin que el alfa pudiera detenerlo, no lo haría. No iba a ser un cobarde huyendo de su destino.

No iba a escapar.

Tomó la caja entre sus manos con delicadeza y emprendió su camino devuelta a la habitación de su amado. Sentía que cada vez que avanzaba un paso, retrocedía dos y nunca llegaba al lugar donde su alfa lo esperaba.

Pero tan pronto ese pensamiento apareció, se fue y él se encontraba en el umbral de la puerta como si pudiera permiso al acceso.

—Entra, Minnie.

Namjoon lo esperaba sentado en el centro de la cama con sus piernas cruzadas y con los ojos puestos en él.

Tomando una profunda respiración, sus pulmones se llenaron del aroma de su pareja logrando que sus miedos se dispersaran y encontrando la satisfacción en la rica fragancia.

Entró despacio, como si estuviese tanteando el terreno donde se estaba metido.

—Estás actuando raro —admitió el contrario viendo como este entraba sigiloso y con terror hasta que sus ojos se toparon con la caja que reposaba en las manos de su omega—. ¿Qué es eso?

Jimin sintió su pulso ir a mil por hora. Era impresionante que no se desmayara en ese momento.

Un suspiro salió de sus labios y colocó entre las manos del mayor la pequeña y delicada cajita. Esta era blanca con detalles en plateado que formaban figuras a su alrededor.

Era simple, pero le gustaba.

Y esperaba que también le gustará a Namjoon.

El tiempo pareció detenerse en cuanto su pareja algo desorientado abrió la parte superior de la caja dejando ver el contenido en su interior.

Serendipity [Nammin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora