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"Mientras sueño con las películas que no harán sobre mi, cuando muera"

-¿Nada?-negué hacia mi hermano con la cabeza mientras colgaba el teléfono que no había sido contestado. Ya llevaba contando cincuenta días, el teléfono de la chica me llevaba al buzón de voz, y mis mensajes si quiera le llegaban-

Oí decir a Guadalupe que había visto a Roma, en su escuela, nerviosa leyendo y releyendo unos papeles, dedujo que el problema de comunicación se daba a la época de parciales, siempre apagabas tu teléfono en estos tiempos Romi, o eso quería pensar antes de aceptar que no querés saber nada de mi.

Llevaba todos estos días escribiendo canciones tristes, inspiradas no en ella, sino en su ausencia.

La primera vez que se había alejado de mi, no me dolió tanto, pero esta vez, caía un pedazo de mi cada hora que pasaba.

Por lo menos la primera sabía que estabas bien, te cruzaba a la salida de la escuela, en la plaza, en las compes, pero esta, no sé nada, nadie te ve, nadie te busca, sólo yo, él unico que pone en duda tu coartada de pareja feliz.

Los últimos cuatro días me desperté de un sueño en el que estabas conmigo, estabas feliz, dibujando, cantando, hablando un montón, así sonriendo como siempre lo hacías cuando me veias sonreir a mi.

Una vez me habías dicho que yo era una de las mejores cosas de tu vida, pero al primer chico que te presumió ante todos me cambiaste.

Ese fue uno de mis más importantes desastres amorosos, bueno, el que más dolió. Me habías dicho que tu novio sospechaba de nuestra inocente relación de amistad y cada día te veía menos, al final del 2015 te vi feliz con él y me alegró haber aceptado tu decisión.

Pero ahora, siento que está ocurriendo lo mismo, y el Valentin de 17 años me pide a gritos que no te vuelva a perder, que no te suelte, que no te olvide.

Creo que me lastimaste muchas veces sin querer, las mismas veces que yo a vos, sin darme cuenta, pero cuando nos besamos en la terraza del edificio, a finales de este verano, sentí que me querías tanto como antes, tanto como yo te quiero a vos Roma, ese dia me di cuenta de que sé amar y lo puedo hacer, y quiero amarte a vos.

Cerré la ventana, dejando ese clima húmedo afuera, por hoy me había rendido y acepte que rogarte en susurros no iba a hacer que vuelvas a mi.

Rosas • wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora