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"Mientras una banda sigue marchando con su propio ritmo en mi cabeza mientras hablamos"

Una semana después de no insistir más te encontré en la puerta de mi departamento, despeinada y acomodando un vestido floreado que tenías abajo de una vieja campera mía y sobre unas oscuras cancanes abrigadas, algo así como aquellos raros conjuntos que solo vos usabas.

Me diste un beso cerca de los labios y entraste sin dejarme salir de mi estado de sorpresa

-¿Todo bien?-pronunciaste empezando a golpear con tus deditos los adornos que mamá había dejado por ahí. Te veía feliz, acomodando cada tanto un mechón de pelo que caía tapando tu cara-

-¿Yo?-asentiste acercándote para acariciar suave mis cachetes-

-Parece que no dormis hace dos meses-dijiste graciosa tirando de mi mano para guiarme hacia mi habitación, donde me obligaste a recostarme mientras enredabas tus finos dedos en mi pelo-

-¿Qué haces acá?-murmuré intentando no caer en el sueño recibiendo una risita de tu parte-

-Te extrañaba-cuando susurraste eso, como si fuera tan íntimo, me levante para abrazarte. Ante esas palabras una pequeña llama de esperanza se había prendido en mi pecho y escucharte reir por las cosquillas que sin querer hacia en tu cuello, me daba más razones para seguir luchando por vos-

Sabia que si estabas acá era por algo, siempre fuiste muy decidida, esto significaba que era verdad aquello que balbuceabas a la madrugada sobre mi pecho cuando no podías dormir, tantos te amo escondidos, tantas caricias camufladas, tantos sentimientos apretados.

Acepté que todo lo que había pasado no era en vano y que si tenía que esperar el momento indicado para hacer una buena jugada y que termines en mis brazos, iba a esperar paciente.

-Valentin, quiero hablar con vos-dijiste apoyando tus manos en mi pecho para alejarme un poco- Me fui unos días, ¿te diste cuenta?-asentí viendo tus ojos brillar, no sabía específicamente que transmitían, pero no estaban tristes- Yo... estaba confundida

-¿Estabas?

-Te tengo que decir algo-jugabas con los bordes de tu vestido como si estuvieras tan nerviosa como yo- Nahuel me pidió matrimonio, adelante de mis padres-escupió haciendo que mi alma toque el piso- Ellos de verdad quieren eso, sabes como son, seguro fue su idea-Roma bufó como si estuviera molesta y agarró mi mano para acariciarla, sentía sus deditos temblar entre los mios-

-Felicidades-susurré con la mayor felicidad que pude transmitir, o sea, ninguna-

-Pero Valentin yo no quiero eso, yo te quiero a vos...

Yo te quiero a vos...

Yo te quiero a vos...

Veía los labios de Roma moverse pero no podia oír lo que estaba diciendo, mi cabeza se encargaba de repetir una y otra vez aquellas cinco palabras hasta que la escuché sollozar y acurrucarse en mi pecho.

-Y-yo no puedo decir que n-no-dijo con dificultad secando sus lágrimas y mirándome con un poco de pena en sus ojos-

No puede ser que cuando el karma, el destino, Jehová o hasta Dios este de mi lado, todo se vuelva tan complicado.

Rosas • wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora