Capítulo 19

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Pasaron un par de meses dejando al castaño con 6 en total, las cosas seguían igual, pero a la vez diferentes. Las infidelidades en ese matrimonio estaban a flor de piel, Kouyou ya no se preocupaba si quiera cuando Yuu llegaba tarde, o a veces cuando no llegaba, él estaba más concentrado en el desarrollo correcto de su bebé y en su amado Akira, el cual siempre estaba pendiente de él.

— ¿Lo sentiste? —dijo Kouyou estando sentado en su cama con Akira acostado a sus pies, su cabeza pegada al vientre, escuchando al bebé.

—Sí, lo sentí—dijo el lobo dejando un beso en el abultado vientre del vampiro. —Tenemos que ir a comprar lo necesario para él.

—Oh, es verdad...—se acomodó un poco en la cama para poder sentarse bien—Deberíamos de ir a la tienda y ver la cuna, y la sillita para auto, y los juguetes, la ropita...

—Si Cariño, todo eso—dijo dejando un suave beso en sus labios el cual el vampiro correspondió con gusto. —Es hora de que comas algo—dijo al ver el reloj.

—Siento que tú serias mejor padre que Yuu—dijo acariciando su vientre con la mirada baja.

—Cariño—se acercó de nuevo y alzo su rostro con suavidad—Yo soy mejor que el en todos los sentidos—sonrió y beso su nariz lo cual le saco una sonrisa a Kouyou.

Era verdad, Akira era mucho mejor que Yuu, mil veces, un millón, infinitamente mejor que su esposo. Espero paciente a Akira, no tardó mucho en traerle una botella completa y una copa, lo consentiría, dejaría que tomara más de la cuenta para dejar al bebé satisfecho.

En cuanto a Yuu, pues, él era feliz con lo que sea que estuviera teniendo, con Kouyou siempre se mostraba cariñoso y al pendiente, veía por su bebé en todo momento bueno...todo momento en que no estuviera trabajando o cogiendo con Yutaka, lo cual ya era bastante a menudo, al menos unas 4 veces a la semana Yuu no regresaba temprano a casa, a veces se pasaba 2 días seguidos con Yutaka lo cual tenía al pelinegro menor bastante contento, aunque aún en su conciencia se sentía mal, su mente era cruel y le recordaba que él estaba rompiendo un hogar, una pareja, a una futura familia.

Pero por otro lado no quería alejarse de Yuu, lo amaba, de eso ya estaba seguro, aunque el pelinegro no lo amara del todo a él. En ese momento ambos pelinegros se encontraban acostados en la cama, habían terminado de follar no hace mucho, Yuu aún estaba con la respiración agitada, él ya se había calmado.

—Te estás haciendo viejo—dijo de la nada y en ese tono burlón.

— ¿Qué? —lo miro ofendido.

—Solo lo hemos hecho 3 veces y mira que aún no te calmas—sonrió burlesco.

—Tú tienes muy poco respeto por tus mayores—se giró para mirarlo.

— ¿Debería? Eres un anciano.

—No lo negare—se rio—Soy unos pares de siglos más grande que tú. —dijo Yuu acariciando el rostro de Yutaka el cual se dejó gustoso.

—Pero aun así luces sexy.

—Lo sé. —Ambos se rieron.

— ¿Conoces la humildad Shiroyama? —sonrió.

—No es algo que este en mi vocabulario—él también sonrió.

—Se nota.

—Tengo hambre—dijo Yuu sentándose en la cama, dejando al descubierto su cuerpo, más específico, dejando al descubierto los rasguños en su espalda y brazos. — ¿Te traigo algo?

—Mujer adulta por favor...—Yutaka tenía un particular gusto por la sangre femenina, en especial si eran mujeres entre los 26 y 38 años.

—Bien—Yuu tomo sus boxers y se los coloco con algo de pesar, se sentía algo adolorido por lo que acababa de pasar. Ahora hablando enserio, no es que estuviera TAN viejo, pero sí que era verdad que tenía unos cuantos siglos más de edad que Yutaka, incluso más que Kouyou.

Luna SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora