Final

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Para su suerte, Kouyou tenía las llaves del auto, así que una vez ya en el piso de abajo, se mezcló entre la gente y de una manera casi mágica desapareció.

Yuu se estaba terminando de acomodar la ropa mientras bajaba las escaleras al igual que Yutaka, la gente lo noto y su apariencia decía a gritos lo que habían estado haciendo, inmediatamente el rumor empezó a circular, estaban expuestos y posiblemente condenados, vieron luces encenderse y luego alejarse rápidamente.

—Carajo, se está yendo en el auto

— ¿¡Sabe manejar!?

— ¡Claro que sabe manejar idiota!

Ambos trataron de salir pero la gente les interrumpía el paso, como pudieron lograron llegar hasta la puerta de entrada. Yutaka subió a su auto y espero a Yuu a que entrara cuando lo hizo arranco, solo había un sendero así que no había pierde, lo malo sería cunado llegara a la carretera, si no lograban alcanzarlo en el sendero lo perdían.

— ¿A dónde pudo ir? —pregunto Yutaka conduciendo.

—A casa...

— ¿Por qué?

—Porque ahí esta Akira...

Yutaka entonces freno, haciendo que Yuu se golpeara la cabeza.

— ¿¡Que mierdas te pasa!?

— ¿¡Te volviste loco!? ¡¡ ¿Quieres acaso que ese maldito perro nos mate?!! ¿¡No te tomas enserio las amenazas que te hacen verdad!? ¡Si pones un pie en esa casa te matara!

— ¡Solo conduce por la puta madre! ¡Si se nos adelanta los dos terminamos muertos!

~

Kouyou ya había llegado a casa, con los ojos lloroso y la respiración agitada, dentro de poco amanecería, había sido arriesgado salir de ahí con el sol casi pisándole los talones, pero no importaba, no quería ver ni a Yuu ni a Yutaka de nuevo en su vida, él ya lo sabía, lo sospechaba y hasta ahora lo confirmo, pero entonces ¿Por qué dolía tanto? Ahora que lo analizaba algo dolía en su pecho, muy a su pesar de todo Yuu era su esposo y una infidelidad así lo había herido.

Akira fue quien abrió la puerta y no tardo en abrazarlo.

— ¿¡Que paso!? —dijo el lobo envolviéndolo en sus brazos.

—Los vi...los vi... Yuu me engaña con Yutaka, yo los vi...—dijo entre lágrimas, escondiéndose en el pecho de su amado lobo, las sirvientas se acercaron a escuchar y no se podían creer lo que oían, pero al verlo así, no pudieron hacer otra cosa más que creerle.

—Primero cálmate, respira—dijo tomándolo del rostro para que lo mirara y se calmara—Tenemos que sacarte de aquí...

—Si...—dijo ya un poco más tranquilo.

—Ve a empacar yo cuido la puerta, si vienen voy a matarlos a ambos...

Kouyou subió rápido y comenzó a empacar todas sus cosas mientras que una de las sirvientas bajaba a empacar las del lobo, ayudarían a su "joven amo" a escapar para evitar más penas a solo un mes del parto.

Kouyou bajo ya con sus maletas mientras una de las criadas llegaba con otras, la puerta de la entrada se abrió de golpe, dejando ver a Yuu y Yutaka cansados por correr desde el auto hasta la entrada de la casa.

Akira empezó a gruñir ocultando a Kouyou detrás de él, el vampiro se apoyó en su espalda, verlos juntos le hacía que le doliera el pecho sin saber porque, él amaba a Akira, pero Yuu era el padre de su hijo y aunque no quisiera admitirlo en voz alta su traición le había dolido.

Luna SangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora