La punta de mi pluma impacta suavemente la hoja blanca, se mueve buscando una forma, una frase quizá, algo que expresar. Ofrece su tinta, como una ofrenda para dotar de existencia física a alguna idea; pero que temo desilusionar porque hoy, hoy más que cualquier día no sé qué escribir. Hoy no sé qué decir, pero mi pluma se aferra a la palabra. Guiada por un deseo interno de sacar algo de mí, de salir de mí, de plasmarme sobre esta hoja.
Mi mano se mueve suavemente sujetando la pluma. Haciendo trazos con tinta sobre espacios en blanco mientras yo la observo con extrañeza. Se mueve mecánicamente frente a mis ojos. Le son ajenos. La ignoro. Le vuelvo a prestar atención. Caigo en la cuenta de que intenta describir lo que veo. De que se empeña en escribir aún sin saber qué, pero lo hace.
Hoy no sé qué escribir pero mi mano escribe. Dirigida por algo, por alguien, pero no por mí. Ignora que no hay un tema que tratar y si lo hay no quiero hablar de él. ¿Me habré olvidado acaso de ella cuando me abandoné a este hermetismo? Y que ahora qué más que escribir he optado por sentir, por contemplar, embelesado por la realidad que atraviesa mis ojos. ¿Me habré olvidado de decirle que prefiero la hoja en blanco?. Así, vacía.
Pues bien, ¡prefiero la hoja en blanco!. Abandonada a un infinito abismo de posibilidades, de formas y palabras. Abierta a todas las probabilidades y cerrada a éstas también. Mostrando que también puede expresarse aún sin palabras sobre ella, diciéndole a la escritura "NO" con su vacío. Desierta de palabras, inhabitada de ideas, dándole razón a su color fantasmal. Con una blancura a la que le da miedo ser marcada por la tinta, por las letras. Con miedo de significar algo eternamente pero más de ser tergiversada, sometida a la ambigüedad, a interpretaciones, a palabras que le quitan su esencia y le imponen la existencia, acabando con su dualidad de ser/no-ser.
Hoy no quiero escribir pero mi mano escribe. No comprende que las palabras me han abandonado y yo he renunciado a ellas. Que si aún hay tinta no hay inspiración ni aspiración por existir. No comprende que si no escribo es porque yo mismo estoy así, vacío, inexistente, como una hoja en blanco.