003? ♡Mike Wheleer y Tú♡

Capitulo 12

—____... -escuche a Hopper.

Puedo prometer que mi corazón paró de latir por varios segundos.

Hopper salio de no se donde y rápidamente fui a meterme a mi cuarto. Intente encerrarme, pero Hopper lo evito abriendo la puerta de un portazo.

—¿¡Acaso estás loca!? —pregunto.

—¡Solo necesitaba hablar con alguien! —grite.

—¿¡Te fuiste a buscarla!? —pregunto y me quedé callada.

—Si... —afirme arrepentida.

—¿O fuiste por Mike? —pregunto.

—¡Solo fui por Once! —le grite.

—Nos pusiste en peligro, ¿Lo sabes, no?

¿En peligro? ¿Solo porque fui por Once? De verdad no entendía de que clase de peligro nos estamos escondiendo, pero todo esto; esconderme en esta cabaña de mierda, no hablar con nadie, ni siquiera poder salir... Me estaba hartando.

—¡La primera semana que estuve en esta pocilga dijiste que iba a salir, hace meses también me dijiste que iba a salir y hace un mes me dijiste que iba a salir! ¡Y nunca salgo! —reclame.

—¡Y estás a salvó! —grito.

—¡No me vieron y tampoco me pasó nada!

—¡Nosotros no nos arriesgamos!¡Solo eran 3 malditas reglas y ni eso puedes hacer!.

—¡Entonces si no sirvo me hubieras dejado morir en ese maldito bosque! —grite y el se fue.

—¡Estas castigada! ¿Sabes que significa eso? —pregunto— sin Waffles y sin televisión por una semana —yo con mis poderes agarre el televisor. Que me encierre en mi cuarto, pero no iba a permitir que en quite el televisor

—Suéltala —negué con la cabeza.

—Okey, dos semanas —intento agarrarla pero no lo deje.

—¡Suéltala! —negué nuevamente.

—Un mes —dijo, pero aún así no iba a soltar el televisor.

—No —musite.

—Pues felicidades, pasaste de tener televisión por un mes, a no tenerla nunca -/—rompió el cable.

—¡No! —me acerque a ver si podía arreglarlo.

—Y con esto espero que al fin entiendas que tus acciones tienen consecuencias —dijo.

—¡Eres como Brenner! —le grite.

—¿En serio? ¿Soy como ese hijo de puta psicópata? —pregunto—. Bien.. ¿Quieres volver a el laboratorio? —yo negué— solo será una llamada, puedo hacerlo.

—Te odio —digo enojada.

—Si, bueno, tampoco eres mi persona favorita, ¿Sabes porque? Porque eres una malcriada.

—Hubiera querido que me maten al igual que mi mamá a estar atrapada contigo —por todo el enojo tire cosas y me encerré en mi cuarto.

—¡Abre la puerta!, ¡Abre la estúpida puerta! —gritaba del otro lado. Yo me apoye en la pared y me fui cayendo a el piso— ¿¡Quieres salir al mundo!? ¡Tienes que madurar!, ¡A si que madura por favor! —grite y escuché como se rompieron todas las ventanas.

Todo había sido un caos.

[...]

Me desperté toda adolorida ya que me dormí sentada, ni siquiera se como pude hacerlo.