Segunda opción

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Todo el mundo conocía a Yaku Morisuke, el pequeño buscador de Slytherin, no solo lo conocían solo por sus increíbles atrapadas de la snitch, sino que también lo conocían por su mal humor y su poca paciencia con cierto altote de Hufflepuff.

Exacto, Lev y Yaku normalmente se escuchaban por los pasillos discutiendo por cualquier tontería y había dos formas de que las cosas acabaran:

La primera que la discusión fuera realmente una tontería, entonces cuando Lev se cansaba o se quedaba sin argumentos pasaba a hacer un comentario burlón sobre la altura de Yaku, entonces este le pegaba, estaban un par de horas sin hablarse y al final Lev rogaba por el perdón de su Yaku.

Pero esta vez no era este el caso, más bien era la segunda opción, donde la conversación era seria.

-Ya te lo he dicho, Lev, no puedes ir por allí gritando que me quieres como si no pasará nada- Volvió a recalcar Yaku.

-¿Pero por qué no? No entiendo que hay de malo, osea yo te amo y no entiendo porque no puedo decir nada- Lev lo miraba como si fuera un extraterrestre.

-Porque no y punto- sentenció el bajito.

-Si te avergüenzas de salir conmigo habérmelo dicho desde un principio-

Y tras esas palabras, Lev dejó atrás a Yaku, este soltó un largo suspiro.

- Yo creo que lo mejor es que le digas la verdad, Yaku- Kuroo salió de las sombras junto a Kenma.

- No es tan fácil- dijo abatido el chico- y seguramente volverá a estar como siempre en un par de horas.

- ¿Y si esta vez vas tú? Creo que esta vez Lev se lo merece- Comentó Kenma quien tenía la mano entrelazada con la de Kuroo.

- No lo entendéis, vosotros estáis bien pero yo, cuando salga de este castillo tengo las cosas ya planeadas.

El bajito soltó un suspiro y bajo la mirada de forma triste.

-¿En serio te vas a rendir? - Kuroo alzó una ceja- si no estás dispuesto a luchar por Lev y por ti, entonces creo que es mejor que lo dejes.

Las palabras de Kuroo habían sido muy duras, pero había mucha verdad en ellas.

- Piensa un poco, Lev se merece una explicación-

Tras esas palabras de Kenma la pareja se fué.

Yaku se sentía mareado y con unas ganas de llorar que casi no se las podía aguantar. Corrió hasta su habitación y se encerró en ella mientras dejaba escapar las lágrimas.

Ese día, ambos muchachos faltaron a sus respectivas clases, uno por tener el corazón destrozado y el otro por recapacitar lo que había hecho y dicho. Más tarde, ese mismo día, Yaku salio de su sala común con los ojos rojos e hinchados pero con una cosa muy clara en mente. No iba a dejar de lado a Lev, aunque normalmente era insoportable y no paraba de burlarse de su altura o molestarlo, lo amaba, era una de las pocas luces de su vida y no iba a dejar que se la arrebataran de una manera tan fácil, no iba a permitirlo, no sin antes haber luchado para evitarlo.

-¿Dónde está Lev?- Pregunto apresurado nada más ver a unos Hufflepuffs.

Suga sonrió de manera irónica.

-Cuantos problemas me dais, a mí y a mis pollitos- Dijo soltando un suspiro.

-Por favor, Sugawara, necesito hablar con él- Rogo Yaku.

-Sabes donde esta nuestra sala común, ¿Verdad?- Yaku asintió.

Suga sonrió ante tan estúpida pregunta, claro que sabia donde estaba la sala común de Hufflepuff, la cantidad de veces que se había topado con el buscador cuando salia de ella habían sido muchas.

Haikyuu!! en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora