• • • 『 C A P I T U L O 7 』 • • •

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EN LA MAÑANA, MI EQUIPO ME ESPERA CON UNA SONRISA ENORME, tan falsa que podría reírme de ellos, pero conozco a una de las tres personas que me preparan, Camrose, la chica que ya había trabajado conmigo años atrás - sus ojos violetas es lo más llamativo de ella, tomando en cuenta su cabello oscuro y piel modificada para verse en un tono lila para combinar, y unos labios gruesos que terminan de darle aquel toque superficial -, detrás de ella venía aquel peliblanco que tanto conocía y corro a sus brazos sin importarme nada, porque sé que puedo confiar en mi equipo y que no están autorizadas a hablar de lo que ocurra en esa habitación, porque todo es un secreto entre nosotros, así lo pide Zaphyr con su tono encantador de voz.

Zaphyr era uno de los estilistas más codiciados, junto a Cinna, quizás un poco menos que Cinna, pero tenerme a mí entre sus clientes y modelos le era bastante bueno para generar sus ventas. Tenía su cabello blanco, unos ojos azules electrizantes, una sonrisa torcida y su piel igual de pálida que su cabello, pero aquello no le quitaba el atractivo que rondaba en su anatomía, porque tenía un buen cuerpo trabajado, era encantador y sabía que su mayor atractivo eran sus ojos, que siempre destacaba con sombras o tonos vibrantes. Todo él era una pieza del Capitolio, sin embargo, yo le conocía lo suficiente.

— Selene Ravenscroft, mi Sirena favorita — Alabó con un ronroneo, uno que hizo delirar a mi equipo —. Estás espectacular como siempre, es una lástima que estés aquí nuevamente.

— Pero estarás tan maravillosa que todos se arrepentirán de haber hecho otro juego — Aseguró Camrose con una gran sonrisa —. Hemos trabajado muy duro en esto desde que nos enteramos, hemos dormido poco, pero te veras excepcional, Selene.

— Tenemos que trabajar ahora. Los demás tributos deben ver lo maravillosa que eres y lo que puedes hacer, Sirenita — Prosiguió Zaphyr moviendo sus manos para el resto del equipo, pero se acercó a mi oído —. He trabajado con Cinna para hacer esto. Tú no digas nada y si preguntan tú no sabes nada de lo que he hecho, tú lo usas solamente.

Asiento de acuerdo mientras dejo que el equipo se mueva a mi alrededor dejando que realicen su magia y me conviertan nuevamente en objeto de deseo de las figuras del Capitolio, tal como cada año, solo que esta vez deben hacerme ganar patrocinadores desde el minuto uno. Me sacan las cejas, las perfilan, me realizan un corte de cabello y lo arreglan de forma que adquiera una trenza, que a simple vista pareciera ser descuidada, pero lleva un gran trabajo y mucho producto para el cabello para que lo natural y despreocupado del peinado se vea en perfecto orden.

El maquillaje nuevamente va centrado en mis ojos con sombras azules para lograr énfasis en el tono celeste que poseía en mis orbes, mis labios adquieren un tono rosa claro que no tiene brillo alguno, mis mejillas toman cierto tono natural e iluminan ciertas áreas de mi rostro para entregar aquel aire frío y misterioso en mí. Mis uñas son alargadas y las realizan en un tono celeste y blanco brillante, con ciertas incrustaciones que le dan un enfoque perfecto.

— ¿Qué me harán usar hoy?

— No seas impaciente, Sirena, por favor — ronronea Zaphyr —. Te va a fascinar.

Todas mis preguntas quedan obsoletas en cuanto veo el traje que Zaphyr me muestra con una sonrisa, sabiendo el efecto que tuvo su traje en mí, y lo emocionada que estoy por usarlo pronto. Me dejan a solas con mi estilista y me dejo estar desnuda frente a sus ojos, porque me conoce perfectamente, y le ayudo a enfundarme en el traje que ha hecho para mí con tanto esmero, con tanta dedicación. Me repaso en el espejo viendo la persona en la que me ha convertido para dar énfasis a los Juegos del Hambre, me ha convertido en una especie de Sirena.

I. Revolución ━ Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora