— ¡PEETA!
Veo a Katniss darle una bofetada a Peeta y sacudirlo mientras grita su nombre repetidas veces para despertarlo, por lo que Finnick deja a Mags apoyada en un árbol y quita a Katniss de un empujón, mientras yo me aparto por mi propia iniciativa, sabiendo que es el único que podría hacer algo con el chico muerto. Incluso si significa un acto de rebelión y nos tengan a todos en la mira.
— Déjame a mí — Sus dedos tocan unos puntos en el cuello de Peeta, le recorre los huesos de la costilla y la columna. Luego le tapa la nariz.
— ¡No! — Chilla Katniss. Se lanza sobre Finnick con brusquedad, lo que provoca que él le ponga una mano en el pecho y la empuje con tanta fuerza que le da contra un árbol.
Corro en ayuda de Katniss, que se ve atontada y yo comienzo a tomar su pulso y verificar que no se haya hecho daño, o al supuesto bebé que creen en el Capitolio que existe, además de que la veo demasiado temblorosa; pero aun así saca una flecha dispuesta a atacar a Finnick y comienzo a forcejear con ella para quitarle el arco sin dañarla, pero ambas quedamos quietas cuando vemos a Finnick besar a Peeta. Veo a Katniss fruncir el ceño confundida, pero mi sonrisa burlona le da una idea mejor de lo que el de cabello cobre hace.
Finnick lo está reanimando.
Vemos el pecho de Peeta subir y bajar cuando él sopla aire a los pulmones del chico en repetidas ocasiones, pero no hay reacción. Finnick baja la cremallera de Peeta, pone las manos en su pecho y comienza a presionar el área del corazón con un buen ritmo, uno al que está acostumbrado. La flecha de Katniss se clava en el suelo mientras veo la desesperación en su rostro y me doy cuenta: ella sí lo ama. Ella siente algo por él y le está doliendo en lo más profundo de su ser que Peeta no reaccione a la reanimación de Finnick, y quizás ella ni siquiera lo nota, porque es primera vez que le veo demostrar realmente sus sentimientos por él.
La abrazo con fuerza mediante los minutos pasan y no ocurre nada, a pesar de que el chico del distrito cuatro no se rinde y sigue haciendo maniobras de reanimación. Katniss se rinde y se deja abrazar por mí, sujetando mis manos, que están en sus hombros, como forma de apoyo. Cuando ya nos estamos dando por vencidos, seguros de que ha muerto y Finnick no lo pudo revivir, cuando ya me he preparado para aliviar la pena de Katniss, ocurre. Él tose un poco y Finnick se aleja para dejarlo respirar, y él también hacerlo, porque veo el alivio en su rostro.
— ¿Peeta? — Pregunta aturdida, dejando el arma en el suelo.
— Cuidado — Habla —. Ahí arriba hay un campo de fuerza — Ella ríe al igual que nosotros, pero sigue llorando —. Debe ser mucho más potente que el del tejado del Centro de Entrenamiento. Pero estoy bien, sólo un poco tembloroso.
— ¡Estabas muerto! ¡Se te ha parado el corazón! — Estalla y comienza a hacer sonidos de sollozo que no frenan.
— Bueno, parece que ya funciona — Intervengo, acercándome a Finnick. Peeta asiente en mi dirección —. No pasa nada, Katniss.
Los sonidos no paran y Peeta la mira preocupado. — ¿Katniss?
— No pasa nada, son sus hormonas — Dice Finnick. Me abraza de lado y besa mi cabeza, manteniéndose sobre sus rodillas —. Por el bebé.
— Sí, es normal — Insisto. Finnick está agotado por el esfuerzo y lo sostengo para que nadie lo note. Katniss me mira furiosa —. Tranquila, Katniss, en los primeros meses es común esa reacción, ¿no?
— ¿Cómo estás? — Pregunta Finnick a Peeta, está preocupado también, pero a sacudido su cabeza quitando alguna idea que tenía en mente. Al menos después de ver a Katniss y Peeta —. ¿Crees que puedes seguir avanzando?
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I. Revolución ━ Finnick Odair
FanfictionEn los 74° Juegos del Hambre todo cambió. Los tributos del distrito 12 usaron las Jaulas de Noche a su favor. Aquel acto, que para ellos fue una forma de mantenerse con el otro, para el resto de Panem se interpretó como un acto de rebelión en contra...