— ¿QUÉ HARÁS, SIRENA? ¿ALGUNA IDEA QUE PUEDA ROBAR? — Me pregunta Cashmere con su sonrisa implacable, aunque ninguna se lleva particularmente bien.
Nos encontrábamos esperando en una sala a que comenzaran las sesiones privadas, de las cuales nos darían quince minutos para iniciarlas. Hasta ese momento, todos bromean sobre qué espectáculo darán para impresionar a los vigilantes de este año, pero, por supuesto, no estoy dispuesta a dar mi gran idea para asegurarme el puntaje máximo para declarar mi muerte. Le sonrío de vuelta y me encojo de hombros sin saber qué responderle, pero nadie queda satisfecho con mi respuesta, ni siquiera Brutus, quien suele no prestarme atención.
— No sé, quizás les baile desnuda o algo similar — Intento bromear —. Ya saben, darles material para que vayan a sus casas y se queden encerrados con sus mujeres en una habitación.
— No le den esa imagen a Finnick, por favor — Johanna súplica —. Lo queremos concentrado en los juegos, no en el cuerpo de la Sirena, ¿a que sí, Finnick?
— Uff difícil elección: concentrarme en el cuerpo desnudo de Selene, al que podría hacerle lo que quisiera, dejar que me baile solo a mí y hacer otras cosas — Indica captando la atención de todos, usando su sonrisa coqueta e incluso muerde su labio inferior — o concentrarme en asesinarlos a todos. Difícil elección, Johanna, ¿qué dices tú, Peeta?
— Oh, no me quiero poner en aprietos, gracias — Responde entre risas nerviosas —. ¿Bailar es lo que mejor se te da, Selene?
Chaff me interrumpe. — No, no, esta chica es la favorita por una razón, doce. Sabe hacer de todo. Canta, baila, dibuja, es gimnasta, es buena en armas, es sexy... en serio, oro puro, muchacho, oro puro.
— Me estoy dando cuenta que les pongo a todos los que están aquí, ambos géneros, y no sé cómo sentirme al respecto — Bromeo mirando a los presentes. Varios ríen, incluso Brutus —. A que harían fila por un beso mío.
— Pues sí, pero hay uno que no hace fila nunca y nos deja muy por detrás — Blight apunta al de cabello cobre que ríe asintiendo —. Ustedes son como... ¿cómo lo dijiste, Johanna?
— Mi fantasía bisexual realizada — Admitió.
Las risas se extienden por toda la sala ante la seriedad de Johanna y su respuesta, incluso Katniss ríe de lo que ha dicho mi amiga. Al menos quitamos la tensión durante unos escasos segundos con las bromas que siguen surgiendo, pero la favorita se ha vuelto admitir que Finnick y yo les ponemos a varios, por no decir todos, e incluso hay unos minutos en los que le bailo a Chaff y Seeder, para terminar en el regazo de Finnick al ver que el mayor me ha querido besar, como cada año, lo que vuelve a causar risas. Al menos hasta que llaman a Gloss.
Vuelvo a mi puesto con seriedad, al igual que todos, de pronto las bromas dejan de ser cien por ciento graciosas y me centro en cruzar miradas con algunos de mis aliados, quienes siguen sin estar de acuerdo con lo que pretendo hacer por salvar a la Chica en llamas, quien ha intentado mantenerse concentrada mirando su propio regazo, sin saber qué hacer para impresionar, pero sé que no nos va a decepcionar, de otra forma yo no me habría arriesgado. O quizás sí.
Llaman finalmente mi nombre y me levanto con una gran sonrisa, lanzándoles besos a todos los presentes y le dejo uno a Brutus en la mejilla para molestarlo y causar la risa de los demás cuando ambos nos limpiamos con el puño la parte que estuvo en contacto con el otro. Entro sin una sonrisa, pensando rápidamente que tengo poco tiempo, así que avanzo rápido hasta el centro del lugar buscando el muñeco de entrenamiento. Tomo un poco de pintura entre mis dedos y en el cuerpo del muñeco voy escribiendo nombres, los nombres de todos los tributos que me vi obligada a entrenar y ver morir.
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I. Revolución ━ Finnick Odair
Fiksi PenggemarEn los 74° Juegos del Hambre todo cambió. Los tributos del distrito 12 usaron las Jaulas de Noche a su favor. Aquel acto, que para ellos fue una forma de mantenerse con el otro, para el resto de Panem se interpretó como un acto de rebelión en contra...