Adam:
—¿Por qué me haces esto?.—Pregunto con los dientes apretados.—¿Disfrutas haciéndolo? Joder.
—Lo disfruto, pero es la verdad.—Responde.—Violet no es tu hija.
—Deja.—Le apunto con el dedo.—Deja de decir eso. Ella es mi hija, lo es.
Tiene que serlo.
—Si deseas creer eso.
Aprieto los dientes.
—Pero lamento decepcionarte.—Sigue.—Hubieron otros hombres mientras estaba contigo, así que lo pensaría bien en tu lugar antes de obligarme llevarte a juicio.
No le respondo, no tengo ni fuerzas.
—Ahora te pregunto cómo hiciste conmigo .. ¿A quién crees que le dé la custodia de un hijo al padre?.—Sigue.—¿A la madre biológica o a un hombre que no tiene ningún lazo sanguíneo con ella?
—Eres..
—Cuidado con lo que dices.—Me interrumpe.—No te conviene verme molesta, es más.
Se acerca a mí.
—Quizás debas intentarlo conmigo .—Coloca las manos sobre mi pecho.—Ser una familia los tres y tal vez olvide lo del juicio.
Aparto sus manos de mí.
—¿Piensas que haré eso después de lo que me has soltado? ¿Qué volveré contigo después de decirme que me apartaras de mi hija?
Se aparta de mi molesta.
—Lo harás porque no creo que quieras perderla.
—Escúchame muy bien, aun si Violet no lleva mi sangre, ella es mi hija.—Le respondo, Jocelin me observa con una ceja alzada.—Sin importar que sea y sé que lo es, ella jamás dejara de ser mi hija.
—¿Vas a luchar conmigo?.—Me pregunta.—¿Te arriesgaras a perder a Violet por no volver conmigo?
Trago saliva y ella sonríe.
—Eso creí.
(*)
—Adam...—Kelzie me observa sorprendido.—¿Qué haces aquí? Es temprano...
Le pedí a nuestra vecina que cuidara a Violet como lo hace en las tardes cuando tengo que ir a enseñar, porque necesitaba esto, necesitaba estar con Kelzie y lejos de Violet, porque no podía permitir que mi hija me viera destrozado.
La rodeo con los brazos.
—¿Qué pasa, Adam?
Mi cuerpo tiembla.
—Adam...
Me aparto de el y le cojo el rostro, llevo los labios a los suyos.
Ella me para en medio del beso.—¿Qué sucede, Adam?
—Solo bésame..
—Adam...
—Bésame, Kelzie.
Reclamo sus labios y ella no me los niega, la levanto de la cintura y sus piernas rodean mi cintura de inmediato, no llegamos a su habitación porque según ella aún no ha terminado de colocar cada cosa de la mudanza en su lugar.
Así que la llevo al mueble, pero ella me empuja y deja caer mi cuerpo sobre este, se sienta en mi regazo y comenzamos a desnudarnos, Kelzie se baja las bragas y se sube encima de mi otra vez, sus manos se deslizan por mis vaqueros y me abre el cierre, sus manos liberan mi erección y sus ojos me ven llenos de deseos igual como deben estar los míos.
Cojo su rostro y pruebo de sus labios otra vez, Kelzie me monta y dejo que ella tenga el control, me acomodo sobre el mueble prácticamente echándome y apoyando mi espalda en el respaldar, mis manos se clavan en sus caderas y la guió de adelante hacia atrás mientras se frota contra mi erección.
Y cuando está a punto de llegar, mis labios solo lo dicen.
—Te quiero.
Kelzie se detiene y sus ojos me observan sorprendido.
—Te quiero, kelzie.—Confieso una vez más.—Y no te lo digo por todo lo que está pasando.
—Adam..
Trago saliva.—Lo hago porque lo siento y porque no puedo guardamelo más tiempo.
Sus ojos brillan, llevo mis manos de sus caderas a su rostro.
—Me volviste loco, Loquita.
Ella sonríe con lágrimas en los ojos, entonces me abraza y me responde en el oído.
—Y yo a ti.—Pronuncia en mi oído.—También te quiero, Adam.
Después de todo este complicado día, al menos he escuchado las palabras que me darán fuerza para afrontar lo que se viene.
(*)
—¿Ya vas a decirme que sucede, Adam?
Ella levanta la cabeza para mirarme, estamos sobre el mueble, echados de largo y desnudos.
—¿Adam?
Trago saliva y le retiro los cabellos de adelante hacia detrás de su oreja, entonces decido contárselo.
—¡Que perra!
Me rio del modo en el que lo dice aunque la situación me hace perder la sonrisa al fin y al cabo.
—Entonces.. ¿Qué vas a hacer?.—Me pregunta preocupada, sus ojos tiemblan.—¿Tu y ella?
—No.—Le aseguro.—Solo siento asco al estar con ella.
Se acurruca a mi lado.
Beso su cabello.—Menos ahora que te he acabado de decir que te quiero.
—Adam...
La miro.
—¿Qué harás con...?.—Se detiene.—¿Piensas hacer una prueba de paternidad?
Mis músculos se tensan.
—No lo necesito.
—Adam...
—No necesito hacerme una prueba de paternidad.
Sé que es mía y aunque no lo fuera, lo sigue siendo, una estúpida prueba no cambiara nada, no lo hará y no me lo haré porque no lo soportaría.
No podría soportar el dolor.
— Violet es mi hija, Kelzie.—Digo mirando sus ojos.—Sin importar que es.. es mi hija.
—Adam..
—Lo sé, sé que es mi hija. lo sé.
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Buscando a Mamá
Literatura KobiecaLa pequeña Violet esta desesperada por encontrar a su mama. ¿Qué es lo que un hombre como Adam Scott es capaz de hacer para no romper el corazón de su hija? Simple, contratar una mamá sustituta.