Capítulo 3

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•Connor•

Caminé a paso lento por los pasillos de aquella gran institución estudiantil de Green Hills, pase por salones, todos llenos de estudiantes escuchando a sus profesores dictar sus clases. Llegué a mi casillero, coloqué el código en la cerradura y lo abrí para sacar unos papeles y dejar dentro algunas cosas para no tener tanto peso en mi mochila.

Seca de allí estaba el salón del profesor Peterson. Me encantan sus clases, siempre han sido unas de las que mas me gustaron y, a pesar de que ya sabía todo lo que estaba pautado a realizar durante el año, me entretenía porque era el único que me tomaba de sorpresa con algunas preguntas que o no sabía como responder o no tenía idea de lo que estaba hablando, pero al final entendía a la perfección y terminaba formando un buen debate con él.

En el aula estaba mi hermana sentada casi al frente, esa cualidad siempre la compartimos, la de sentarnos en los asientos del medio. Nunca nos gustó estar muy atrás porque no entendíamos o escuchábamos mucho a los profesores por culpa de nuestros compañeros y no nos sentábamos muy adelante porque nos resulta incómodo ser el primero en la clase y estar bajo la mirada del resto.

Parecía distraída en algo y me percato de la pantalla iluminada de su teléfono bajo la mesa. A su lado estaba la chica más linda a mi parecer, la causante de mis nervios y manos sudorosas, Naomi. Parece que notó mi mirada porque giró su cabeza y me vio. Le sonreí rogando al cielo para que no crea que la estaba acosando con la mirada, me correspondió sacudiendo su mano con efusividad, el señor Peterson lo notó y le pidió que prestara atención a la clase. Levanté la mano para saludarlo cuando me vio y él hizo lo mismo asintiendo.

Seguí mi camino hasta encontrar mi puerta y toqué tres veces, entré después de escuchar un "adelante". Tomé asiento en el acolchado puesto frente al escritorio de la directora.

—Buenos días, joven Connor. —saludó ella con una gran sonrisa y extendió su mano.

Saqué aquel sobre y se lo entregué —Buenos días, Abuela.

—Te he dicho que no me digas así dentro del plantel, no está bien.

—Sólo quería aprovechar que no hay nadie. —me levanté y la abracé, hizo lo mismo dándome un sonoro beso en la mejilla.

Sí, la directora es mi querida abuela, la señora Valerie. Pero no crean que por tener de familiar a la autoridad de la institución tendrá compasión conmigo o con Tailor, no, mi abuela siempre a sido una mujer muy cariñosa y comprensiva pero también una estricta y justa.

—¿Estos son los trabajos que se te pidieron? —preguntó una vez nos separamos.

—Sí. Se supone que los entregaría antier pero hubo una reunión y hasta hoy los estoy trayendo.

—Perdona por eso, Connor, no te avisé por que estaba demasiado ocupada y, siendo sincera, a mí también me cayó de sorpresa esa reunión —reímos por su declaración—. Bien, eso es todo, puedes volver a clases. Entregaré esto en el departamento de evaluación para que confirmen tus calificaciones y puedan entregarte tus papeles de graduado —oprimió un botón en el micrófono de su escritorio—. Romina, ven a mi oficina por favor —a los segundos una mujer joven entró al lugar—. Lleva esto al departamento de evaluación. —asintió y se fue.

—Creo que ya debo de irme. —me levanté para irme pero la mayor me detuvo.

—Espera, una última cosa —le presté atención—; debido a que ya has presentado todas las evaluaciones de las clases avanzadas y ya no tienes mas nada que aplicar, se te adelantará la entrega de tus papeles y podrás culminar con este proceso lo antes posible.

Corazón de cristal © (La Búsqueda Del Imperio #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora