Ya a pasado tiempo desde que desperté,tres meses para ser exactos. Este tiempo a sido muy duro, lleno de cambios, pero bueno en algunos sentidos.
Ahora vivo en la Torre Stark, junto a Tony, mi padre. Él me adoptó luego de la muerte de May. Fué realmente tierno y conmovedor como me lo propuso.- Pet...- lo miré. Estábamos en un hermoso restaurante, la primera vez que comía fuera del ala de medicina en un largo tiempo. Pedimos comida Italiana, mi favorita. Le sonreí.
- ¿Si? Señor Stark.- a estado raro hace unas semanas, me da ternura verlo así. Siempre suele estar firme, sin miedo, confiado. Pero últimamente a estado algo... Nervioso, ansioso y vergonzoso. Simplemente extraño. Me miró, en sus ojos se veía la incertidumbre y el amor.
- Yo... Sabes que te quiero demasiado y haría todo por ti ¿Verdad?.- me tomó por sorpresa, un pequeño rubor cubrió mis mejillas y una sonrisa sincera se apoderó de mis labios.
- Claro que si, Tony. Igual yo. ¿Ocurre algo?- moví mi cabeza hacia un costado, con gesto de confusión, pero sin borrar mi sonrisa.
- Yo quisiera...- se aclaró la garganta mientras sacaba unos papeles de su maletín.- Quisiera que seas mi hijo, legalmente... Solo si tú quieres, claro.- su mirada demostraba súplica y temor a una respuesta indeseada. Mis ojos picaron y en pocos segundos lágrimas caían por mis mejillas.- Lo siento, Pet. Yo... No quería incomodarte. Quizás aún no estás listo y...- lo callé rodeando la mesa y abrazándolo con todas mis fuerzas.
- Mil veces si, Tony.- él correspondió mi abrazo y sentí como su cuerpo temblaba levemente. El gran Tony Stark está llorando...
Al acordarme de esa escena un calorcito se hace presente en mi pecho.
En cuanto a Spiderman, a vuelto. Entreno con todos los vengadores aunque mi entrenador personal es el Capitán Rogers. Mi rutina es un poco diferente, aunque no me uní formalmente a Los Vengadores, participo en algunas misiones y, a veces, logro ganarme alguna en solitario.
En cuanto a mi secuestro, de a poco han venido recuerdos que antes eran un montón de manchas borrosas en mi memoria. Todas y cada una de las cosas que recuerdo se las digo a Karen para guardarla en mi base de datos personal. Para ir armando de a poco el rompecabezas de todo ese asunto.
Papá a estado buscando a ese tipo desde que volví a la torre. Incluso pidió ayuda a Fury, pero no hay ni un solo rastro de él.
Ahora me encontraba yendo a entrenar. Llevaba puestos unas mayas ajustadas, me hacían recordar a mi traje, una musculosa blanca pegada al cuerpo e iba descalzo. En mis manos tenía mi parlante junto a mi teléfono y en la otra una botella de agua. Una toalla descansaba en mi cuello.
Comencé con la bolsa, no sin antes preparar mis manos con las vendas para evitar lesiones innecesarias. Luego de una hora pegándole, pasé a hacer abdominales, mi rutina incluía mil quinientos, en tres series de quinientos cada una. Después de completarlas, decidí seguir con mis sentadillas, tomé firmemente los elásticos que colgaban del techo y les dí una vuelta en mi mano, afirmando mi agarre. Separé mi pierna a la altura de mis hombros y empecé. Hice dos mil sentadillas y mis piernas aún no se cansaban del todo.
La transpiración se notaba en todo mi cuerpo. Decidí esperar al capitán para practicar un poco de combate cuerpo a cuerpo, el cual llegó luego de media hora.
- Tarde, Rogers.- el tono burlón se hizo notorio en mi voz, él soltó una carcajada mostrando sus perfectos dientes mientras levantaba las manos en rendición.
- Lo siento, Pet. Me distraje un poco.- sonreí luego de darle un asentimiento.
- Bueno, yo ya hice toda mi rutina, solo falta mi práctica cuerpo a cuerpo.- levanté mis cejas burlón, Steve me imitó y luego ambos reímos.- Pero tú puedes hacer tu entrenamiento tranquilo, igualmente quiero repetir todo de nuevo.- me sequé el rostro con la toalla y tomé un poco de agua, soltando un suspiro ante la refrescante sensación.
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𝕃𝕚𝕥𝕥𝕝𝕖 𝕤𝕡𝕚𝕕𝕖𝕣•IronDad• 🍂
Ciencia FicciónSu arañita estaba en peligro y él haría hasta lo imposible para que esté sano y salvo.