Capítulo 26 Matrimonio por Corona

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Habíamos intercambiado los regalos. El príncipe no había aparecido en toda la mañana. Ahora mismo Ingrid y Trevor estaban en la piscina, Adán no quiso meterse y yo no tenía muchas ganas, además de que tenía mi período.

—Este es para ti. —hice entrega de mi obsequio.

Adán frunció el ceño y comenzó a romper el envoltorio.

—Princesa. —sonrió al ver el pequeño ukulele color amarillo.

—En mi país solemos regalar cosas de ese color para desear la felicidad.

—Tenía uno cuando era pequeño. —tocó algunos acordes— Mi turno.

Me entregó algo que era bastante rígido. Abrí la bolsa y me encontré con un tipo de diario.

—Quiero que escribas todo lo que sientes, tus logros, tu reinado. —suspiró.

—Muchas gracias. —sonreí.

—De nada. —devolvió la sonrisa.

Escuché el timbre del departamento. Me levanté, tomé el regalo de Arthur y abrí la puerta encontrándome con él y Taylor.

¿Qué carajos estaba pasando?

—Hey, una piscina. —la chica se adentró en el lugar y caminaba hacia el exterior a medida que se desnudaba poco a poco.

—¿Podemos hablar?

Caminamos hacia una de las habitaciones.

—¿Qué sucede, Philip? —me crucé de brazos, el chico me observó un momento— ¿Estás con ella? —un silencio se hizo presente— ¿¡Estás con ella!?

—Escucha, el concejo está tras de mí para apresurar la coronación.

—Te casarás con ella.

—Anne...

—Así que solo tuviste sexo conmigo para luego ir con ella y pedirle compromiso...

—Sabes que no fue solo sexo.

—Oh claro que lo fue, porque así te lo tomaste Arthur.

—Deja de poner palabras en mi boca, princesa...

—Eugennie, ¿Todo en orden? —Adán se encontraba en el umbral de la puerta.

—Disculpa, ¿Nos puedes dejar un minuto a solas? —contestó el príncipe.

—¿Quieres irte, Eugennie?

—Sí. Quiero irme. —Adán se retiró— Feliz navidad. —tomé su mano y dejé mi regalo en él— Y felicidades. —hice reverencia.

—Anne...

—Espera, ¿Sabes algo de Andreas?

El príncipe negó con la cabeza. Me retiré del lugar.

—¿Qué sucede?

—Estoy cansada de él. —suspiré.

—Sé a dónde ir.

Comenzó a conducir.

(...)

—No pensé que esas reglas existieran aún.

—Lo sé.

Nos encontrábamos en el Mount Ainslie, ambos con un refresco en la mano.

—¿Qué sucederá ahora?

—No tengo idea.

—Admito que fue muy valiente de su parte querer dejar la corona por ti.

Bajé la mirada.

—¿Quieres bajar? Hace un poco de calor aquí.

Asentí con la cabeza. Bajamos del lugar y caminamos hacia el auto.

—Eugennie.

—¿Sí?

—¿Te molestaría hacer una parada antes de volver?

—Mmm no, ¿A dónde iremos?

—Ven. —tomó mi mano y cruzamos la calle. Había una peluquería que se dividía en dos partes, sección femenina y masculina.

—¿Qué harás?

—Un cambio de look.

Entramos al lugar, no entendía porqué en un día festivo se encontraba abierto.

—Buenos días. —nos atendió una persona llena de maquillaje y parecía tener peluca. Tenía puesto tacones tan altos que mis pies dolían de tan solo pensar en ellos.

—Buenos días. —saludamos.

El lugar era precioso pero se encontraba vacío, no me extrañó pues era navidad.

—¿En qué los podemos ayudar?

—Quiero rapar mi cabeza.

Abrí los ojos y observé a Adán.

—Por aquí, por favor. —un muchacho se acercó a él y se lo llevó.

—¿Y tú, querida? —me tomó del brazo y me llevó al área "femenina".

—Yo...

—Mira ese cabello, ¿No crees que está bastante larguito ya?

Me miré en el espejo y era verdad, lo llevaba por la cintura. 

—¿Puedes hacerme un corte?

—El que quieras.

—Hasta aquí. —señalé mis hombros.

—Un completo cambio, ¡Me gusta!—tomó algunas tijeras.

—¿Tu nombre, belleza?

—E-Eugennie.

—¡Oigan chicas! —llamó la atención de todas las personas— Ella es Eugennie.

—Hola Eugennie. —saludaron todos.

—Hola. —sonreí.

—Mi nombre es Kiki.

—Un placer.

Me sentía algo extraña pues era un hombre vestido de mujer, es decir, nunca había visto a alguien así.

—Disculpa, ¿Por qué trabajan el día de hoy?

—Verás Eugennie, normalmente no atraemos muchos clientes. Tenemos la necesidad de abrir estos días.

—¿Por qué no tienen clientes? El lugar es precioso.

—Gracias querida, yo lo decoré. —habló una persona a mi lado igual que Kiki, extravagante.

—Siempre tan humilde tú, Celine.

—Disculpe, ¿Les ofende si pregunto su sexo?

Todas rieron.

—Somos lo que queremos ser, es lo que nos hace felices.

#𝟸 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora