Capítulo 34 Pérdida

73 4 0
                                    

Un hombre con traje se sentó frente a nosotros.

Eran las diez y treinta. Vi que el doctor salía de la sala de operaciones.

—Disculpe, ¿Cómo fue la operación?

—Bien, el transplante ha sido exitoso.

Suspiré aliviada.

—¿Cuándo lo podré ver?

—El cuerpo será entregado en la noche.

—¿El cuerpo?

—Sí, el cuerpo del donante.

—Pero, hablo de Adán Medina, el paciente con cáncer de pulmón.

Revisó los papeles que tenía en mano.

—Adán Medina, donó sus órganos. Su hora de muerte fue a las... siete y cuarto.

Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente. No podía creer lo que estaba escuchando, simplemente era imposible que esto estuviese pasando. Mis ojos se cristalizaron.

—Muchas gracias, doctor. —habló el príncipe.

—De nada, su corazón ahora late en una maravillosa niña de diez años.

Me apoyé en Arthur.

—Anne...

—Dime que no es verdad, Philip. Dime que mis oídos oyeron mal.

—Lo lamento tanto.

Comencé a llorar desconsoladamente. Mis piernas eras incapaces de mantenerse por lo que me dejé caer. El príncipe me abrazaba. Simplemente no lo podía creer.

—Vamos Anne, debemos irnos.

Me levantó y caminamos hacia la que era la habitación de Adán.

—Disculpe, ¿Usted es la señorita Eugennie Anne Sinclair?

—S-Sí.

—Mi nombre es Federick Lawrence. Necesito hablar con usted, vengo de parte del joven Adán Medina.

—No quiero hablar.

Me adentré en la habitación y caminé hacia su camilla. Me recosté allí y continué con mi llanto, sentía mi alma vacía y todo mi cuerpo frío, temblaba. Lloré hasta quedarme sin lagrimas, aunque sabía que volvería a hacerlo.

06:00 p.m.

—Debemos irnos, Anne. La habitación será utilizada por otra persona.

Me levanté del lugar, sin darme cuenta Arthur había empacado todas las cosas, incluso las de Adán. Lo único que había en la habitación eran dos camillas vacías.

—Vamos.

Comencé a caminar, di un último vistazo a la habitación y comencé a llorar nuevamente, solo que esta vez, mi llanto sería silencioso.

Me subí al auto. Sentí el trayecto hacia el departamento muy rápido ya que de alguna u otra manera llegamos en un abrir y cerrar de ojos.

—Sube, llegaré en un momento.

Asentí con la cabeza y entré al edificio. Al llegar abrí la puerta, fui a la habitación y me recosté en la cama para dormir nuevamente.

—Anne...—abrí los ojos y me encontré al príncipe sosteniendo una bandeja.

—¿Fue un sueño?

—No, princesa.

Volví a cerrar los ojos.

—¿No quieres cenar?

Negué con la cabeza.

—Vamos, no comiste nada en todo el día. Al menos toma un poco de agua.

Me senté en la y tomé el vaso de la bandeja y absorbí todo el líquido que se encontraba en este. Volví a dejarlo donde estaba y me recosté. El príncipe apagó la luz y dejó la bandeja en el escritorio. Comencé a llorar fuertemente. Arthur se acercó y me abrazó por detrás, luego depositó un pequeño beso en mi hombro.

—Estoy aquí para ti, Anne. —susurró.

Apreté su mano que rodeaba mi cintura y me encogí. Llegó un momento en el que se me hacía imposible respirar. No sé cómo pero volví a quedarme dormida.

(...)

Me desperté y sorprendentemente eran mas doce del mediodía. Me levanté, me lavé los dientes, cambié mi pijama por unos leggins con una gran sudadera que encontré en el armario de Arthur y me dirigí a la cocina.

—Hey...—depositó un beso en mi mejilla.

—¿No tienes que trabajar?

—Ya no, mis clases eran en todo diciembre.

—Ahh.

—¿Quieres desayunar? Corté algo de fruta.

—Está bien.

Me senté en una de las sillas y sostuve mi cabeza con mi mano. Vi el plato lleno de frutas.

—Es demasiado.

—No comiste en todo el día de ayer. —dejó un tenedor a mi lado.



#𝟸 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora