Capítulo 37 Vida

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02:00 a.m. 

Desperté debido al sonido de mi celular que indicaba una llamada entrante. Era mi hermano.

—¿Hola? —atendí con tono soñoliento.

—Anne, acaban de decirnos que Dorothy tendrá un parto inducido.

Me senté en la cama, mi sueño se esfumó repentinamente.

—¿Qué? ¿Sucedió algo?

—No, tranquila. 

El príncipe encendió la luz de la lampara que se encontraba en su mesa de luz y me observó.

—¿Enviarás un avión?

—Acabo de hacerlo, mañana en la mañana estará allí.

—¿A qué hora?

—A las doce del medio día.

—Está bien.

—Anne...

—Dime.

—Lamento tu pérdida.

—Gracias...—suspiré— Nos vemos pronto.

Finalicé la llamada.

—¿Sucede algo?

—Le inducirán el parto a Dorothy.

—¿Está bien?

—Sí, no entendí muy bien.  

Me recosté nuevamente y Arthur me envolvió en sus brazos. 

—¿Vendrás conmigo?

—¿Quieres que te acompañe?

Asentí con la cabeza.

—Ahí estaré entonces.

Volví a dormir.

Un día después.

Nos encontrábamos en camino al palacio, Dorothy se encontraba en trabajo de parto en el mismo lugar.

Llegamos y recibimos reverencia de parte de todos los empleados.

—¡Hey, son los tíos!

Ambos niños corrían hacia nosotros emocionados, necesitaba la alegría de mis sobrinos después de todo.

—¿Cómo están?

—Bien, ¿Ya nació el bebé? —preguntó Isabella.

—No lo sé. —hice una mueca.

—Escuchen niño, ¿Por qué no vamos a jugar al jardín un momento? La princesa debe hablar con su hermano. —me guiñó el ojo, tomó la mano de los niños y se alejó con ellos.

Me dirigí hacia la habitación de mi hermano, toqué la puerta y esperé para que sea abierta.

—Anne...—se acercó a mí y me abrazó.

Comencé a llorar involuntariamente. Ya no era capaz de esconder mis sentimientos frente a mi hermano.

—Luego me cuentas, ¿Sí?

Asentí con la cabeza.

—¿Cómo está?

—Adolorida, aún no comienzan del todo.

—¿Puedo verla?

—Prefiere que no.

—Está bien, ¿Quieres que me quede aquí?

—¿En dónde están los niños?

—Con Philip en el jardín.

—Ve con ellos, los buscaré en cuanto tenga a mi bebé en brazos.

—Como desees.

Comencé a caminar en dirección al lugar verde.

—Anne.

—Dime.

—Bienvenida al palacio nuevamente.

—Gracias.

Se adentró en la habitación y yo continué con mi camino, hasta que fui interrumpida por una persona de seguridad.

—Princesa de las islas. —hizo reverencia— Encontramos algo en el avión, quería saber si le pertenecía.

Mostró el recipiente en el que se encontraban las cenizas de Adán. No podía haber sido tan inútil de olvidarlo en el avión, soy la peor amiga del mundo.

—S-Sí, es mío. Gracias. —tomé el recipiente.

—¿Tienen esos carritos de seguridad?

—Claro, ¿Quiere dar una vuelta por el palacio?

—Me gustaría ir a la tumba de la reina Charity. ¿Usted es capaz de llevarme hasta allí?

—Con todo placer lo haré, su alteza.

—Muchas gracias.

Cambié mi dirección para comenzar a seguir al hombre que me llevó a la tumba de mi hermana que se encontraba a quince minutos del castillo. Antes le pedí una pequeña pala de jardinería.

—¿Quiere que la acompañe?

—No hace falta. —sonreí— Espéreme aquí, por favor.

—Seguro, princesa de las islas.

Me dirigí hacia la tumba de Charity. Andreas luego de discutir en aquel momento dejó que su cuerpo esté en este palacio en donde creció, al lado de mis padres.

Logré acercarme a todas las tumbas, una al lado de la otra. Me puse de rodillas, dejé el recipiente con cenizas a mi lado y con la pala jadirnera comencé a cavar. Cuando terminé me puse de pie.

—Papá, mamá, Charity, les traigo compañía. —una lagrima resbaló por mi mejilla— Su nombre es Adán y lo conocí en la universidad, fue una especie de respiro para mí, me trató como a una persona normal. —suspiré— Hoy te voy a enterrar junto a mi familia porque te considero parte, y porque no quiero que termines como uno de los olvidados en un gran cementerio sin compañía. Sé que te agradarán porque de alguna u otra manera son como yo, lo que soy es gracias a ellos. Lamento, en verdad lamento no haber correspondido tus sentimientos. Fuiste un gran chico... tenías un gran futuro y lo sabes. —me arrodillé y tomé el recipiente, lo metí en el pequeño pozo que había hecho y comencé  a tirar tierra con mi mano— Tengo otro ángel conmigo. —sonreí— Por favor, quédate y cuidame... te amo para siempre, Adán.

Escuché unas aves volando en el cielo, allí estaba él.

—¡Anne! —escuché al príncipe a mis espaldas— Ya nació. —sonrió— Es una niña y por lo que sé, muy sana.

#𝟸 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora