Capítulo 25 Charity

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—Anne.—sonreía Charity al otro lado del río— ¡Anne!

Charity, ¿Estás bien?

Estoy en paz gracias a ustedes. —observé cómo depositaba su anillo en mi regalo de navidad— Se los agradezco.

Lamento todo lo que sufriste. 

No fue culpa de nadie.

El día comenzaba a nublarse rápidamente.

Escucha. Morirá de la misma manera.

¿De qué hablas?

El monarca. Caerá en manos de los sentimientos equivocados.

¿Qué dices, Charity?

El testamento. Revisen el testamento. —me saludó con su mano— Feliz navidad, princesa de las islas.

Abrí mis ojos debido al sonido de mi alarma. Suspiré, me encontraba sola en mi habitación. Me levanté, sentía mis párpados pesados, aún tenía algo de sueño. Caminé hacia el baño, hice lo de todas la mañanas y me vestí, puse en mi bolso un bikini enteriza porque Ingrid me había comentado que había una piscina. Mis planes se arruinaron cuando sentí que me bajaba la regla.

Santa mierda.

Tomé todos los regalos, bajé las escaleras y caminé hacia la sala, en donde se encontraba Adán esperándome.

—Buen día.

—Buenos días.

—¿Estás lista?

Asentí con la cabeza. Firmamos el libro de salida y nos subimos a su auto. Llevé mis pies a mi pecho, mis ovarios dolían.

—¿Estás bien?

—Tengo la regla. —respiré profundo— ¿Crees que podemos pasar por una farmacia antes?

—Claro. —arrancó— ¿Podrás cantar?

—Me temo que no. —hice una mueca.

—Bien, yo cantaré para ti.

Comienza a sonar Me & Ur Ghost de Balckbear

—I'm not alone

It's just me and your ghost
And this cripplin' depression
I thought I learned my lesson
But, I threw out my phone
And I burned all your clothes
And now I'm not alone
It's just me and your ghost

Lo observé con atención, podía ver perfectamente lo mucho que le gustaba cantar. Parecía estar en paz cuando lo hacía. Sonrió toda la canción.

Minutos después nos detuvimos en la farmacia.

—¿Quieres que vaya yo?

—No, puedo ir. No tardo. 

Bajé y gracias a las fuerzas divinas (o lo que sea) el lugar se encontraba vacío. Pedí pastillas para el dolor y la pastilla del día después, la cual no tomaba hace meses. Volví al auto.

—Ahora sí.

Arrancó el carro.

—Eugennie, ¿Crees en la reencarnación?

—Puede ser. ¿Por qué preguntas?

—Pienso reencarnar en alguien de la realeza.

—¿Qué dices? —reí.

—Para estar a tu lado.

—Si mueres, te enterraré a mi lado en el palacio.

—¿Me lo juras?

—Te lo juro.

Estiró su meñique, lo entrelacé con mi dedo pequeño formando una promesa. Él moriría conmigo, o ¿Yo con él?

—Esta mañana soñé con mi hermana. —bostecé.

—¿Qué decía?

—Algo extraño. Hablaba de un testamento y de alguien, pero no sé exactamente qué quería.

—Leí una vez que pueden advertirnos de algo.

—Sea lo que sea, no lo entendí.

Minutos después llegamos al departamento de Trevor, el cual era bastante amplio. Tenía una gran terraza con piscina.

—Pasen.

—Muchas gracias. —agradecía Adán.

—¿Ya comenzaron?

—La verdad no, esperábamos al príncipe, ¿Sabes algo de él?

—No. —negué con la cabeza.

—Pues tendremos que esperar un poco más.

—Hola. —sonrió Ingrid al encontrarse con nosotros— ¿Son regalos?

—Sí. —sonreí.

—Déjame ponerlos en el árbol.

Los tomó.

—Estábamos viendo clásicos de navidad. ¿Te agradan, Adán?

—Nunca he visto uno.

Todos abrimos los ojos, sorprendidos. 

—Dime que estás bromeando. —dijo Ingrid.

—No solía estar en casa estas fechas.

—Vente entonces. 

Nos dirigimos al living y vimos la película, esperando a Arthur.


Outfit de Eugennie.

Outfit de Eugennie

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#𝟸 𝒜𝓃𝓃𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora