–¿No te lo ha dicho? –pregunta ahora Vincenzo soltando una carcajada.
–¿Qué no me has dicho? –me interroga Alex, ahora está enfadado.
–Pues que ayer fuimos a una discoteca y Natalia ligo un montón con su nuevo look – dice Martina. Querida amiga, eso no ayuda, pienso. Alex me mira más enfadado.
–¿Qué te paso? –me vuelve a preguntar otra vez. Esta situación es muy incomoda con tanta gente presente –. No recuerdo haberlo hecho...
–¿No me digas que eres de esos que marcan territorio? – lo interrumpe Vincenzo –. La verdad que no me extraña, tienes una novia muy guapa y con carácter –Termina de decir y Alex le lanza un limón que había en la encimera de la barra y este lo esquiva. Esto se está poniendo peor –. No me lo creo, Alex celoso. Después de lo de anoche lo también cuidaría mucho a mi chica...
–Vincenzo, para. Alex está cabreado –le pide Martina –.Yo te explico lo que pasó.
–Sí, por favor. Al fin alguien dispuesto a explicarme por qué mi chica tiene esto –dice Alex mirándome y señalando mi cuello.
–No es un chupetón. Es un golpe de Paola. El otro día nos encontramos con ella, empezó a provocarnos, ya la conoces, se metió conmigo y Naty se fue contra ella y terminaron peleando en el suelo. Fue increíble. Yo fui contra su amiga. No sabes la que se lió, nadie nos separable.
–Si no llega a ser por mí creo que seguirían todavía a golpes –la interrumpe Lia –. El único que se metió para separarlas fue Vincenzo y eso fue porque le dije que era Martina y la otra chica tu novia –Miro a Alex y esta escuchando la historia sorprendido –. Hubo golpes por todos sitios. Hasta Vincenzo se llevó una bofetada de Natalia –Termina de decir mi amiga y Alex suelta una carcajada y a su primo no le hace gracia.
–Se la diste por mi, cariño. Me has ahorrado el trabajo, gracias –me dice poniéndose detrás de mí y abrazándome por la espalda.
–Ayer fuimos a la discoteca esa y un montón de chicos se le acercaron ha Naty, pero ellas los rechazo, primero porque estaba yo y segundo porque está enamorada del idiota de mi hermano –comenta Martina.
–Mi chica es la mejor –dice Alex dándome un beso en el hombro.
–Y mi novio un idiota –Suelto de mala leche. Estoy molesta con él. Se va una semana, no me llamada y viene a montarme esta escenita enfrente de esta gente.
–Eso ha dolido –Vincenzo está metiendo más leña al fuego.
–No tanto como la hostia que te dio –Alex se la devuelve.
–Venga, vamos a desayunar –ordena Martina que ha terminado de hacer las tortitas mientras teníamos esa conversación barra pelea entre todos. Después de desayunar, Martina, Lia y Vincenzo dicen de ir de compras, no tengo ganas, les digo que no me apetece, aceptan mi decisión y ellos se van. Alex se queda conmigo. Intenta besarme después de despedir a los chicos, pero giro la cara.
–¿Qué pasa? –pregunta como si nada.
–¿Qué qué pasa? –digo con la voz un poco más alta de lo normal –. Te vas casi una semana, no me llamas y cuando yo te llamo no me contestas, llegas aquí y me montas una escena por esto –le recrimino señalando mi cuello –. delante de tus amigos y tu hermana.
–Naty, lo siento. Soy un idiota. Pero al ver eso pensé cualquier cosa...Me puse celoso, vale. Y yo nunca me he puesto celoso por nadie. No sé como controlar esa sensación. Perdóname, por favor –dice rodeándome con sus brazos y poco a poco voy bajando la guardia–. Por cierto, si te llamé, pero no me cogiste el teléfono y llamé a mi hermana.
