Asistente personal •KOOKMIN•

11

Había pasado una media hora desde que Jungkook dejó de hablar. Jimin escuchó todas y cada una de las palabras de su mayor. Sus lágrimas aún no podían dejar de salir. Si bien es cierto que lo que pasó con Jungkook le asustó muchísimo, podía notar en su tono de voz cuanto estaba arrepentido. Si, lo perdonaría. No iba a dejarlo. No quería. También le gustaba mucho su compañía. Además, ¿Dónde iría? ¿De nuevo con su madre? ¿La cual no había ni siquiera intentado ponerse en contacto con él? No, definitivamente eso no era algo que haría. Quitando este último problema, la convivencia con él había sido muy buena. Y a decir verdad... ¿Se había desmayado por su cercanía en sí? Cuando vio su torso desnudo, sintió un escalofrío. Algo nuevo para él. Ver relamerse los labios fue... Demasiado... Excitante. Si quería que lo besara, pero sintió miedo en el momento en el que le dijo bonito. Casi usó el mismo tono que aquel hombre. Al cual odiaba por no dejar que hiciese su vida con normalidad.

Fue apartando la mano despacio, para no despertar a Jungkook. Quería consolarlo de la misma forma que él lo hizo aquella noche. Le dio suaves caricias en su cabeza, comprobando así lo suave que tenía el cabello. Parecía tan indefenso en este momento. Una sonrisa se implantó en la cara del menor. En realidad, Jungkook era una persona buena. Siempre lo fue con él. Algún motivo tendría para hacer lo que hizo hoy. Y se sentía muy mal por haberle gritado como lo hizo. Espera... ¿Le... Grité?. Pensó. Dejó de acariciar a Jungkook para sentarse algo más cómodo, cosa que hizo que el pelinegro se despertara.

-¿Jimin? -dijo frotándose los ojos- ¡Jimin! -le abrazó, pero cuando se dio cuenta de lo que había hecho se separó bruscamente- Lo siento, lo siento, lo siento... Perdóname por favor... -comenzó a llorar de nuevo. Jimin estaba enternecido con aquella imagen. Le acarició el rostro algo temeroso, cosa que hizo que Jungkook callara de golpe- ¿Podrás perdonarme? -Jimin le hizo señas para que le diera su teléfono, en su lugar le dio el suyo propio, pues pensó que lo necesitaría al despertar-

"Tranquilo"

-¿Cómo quieres que esté tranquilo? Te has desmayado por mi culpa... Lo siento...

"Estoy enfermo, lo que pasó fue solo la gota que colmó el vaso. No me encontraba bien desde hacía rato"

-¿Por que no me lo dijiste? -Dijo mientras se secaba las lágrimas-

"Estabas enfadado, yo no estaba haciendo mi trabajo, no quería importunarte más"

-No digas estupideces... No lo vuelvas a hacer, ¿me oyes? No me vuelvas a asustar de esa manera...

"Lo prometo"

-Lo siento...

"Si no dejas de decir eso, me voy a enfadar de verdad" -sonrió-

-Cuando me digas que me perdonas, dejaré de decirlo. Necesito saber que todo está bien entre nosotros...

"Abrázame"

-¿Estás seguro? -preguntó temeroso-

"No hagas que me arrepienta, Jeon"

El pelinegro se abalanzó hacia su menor y se fundieron en un tierno y largo abrazo. Jungkook lo apretaba con fuerza, con temor de que le dijese que se apartase de él para siempre. Jimin le daba suaves caricias en la espalda, diciéndole que todo estaba bien, que estaba perdonado. Ambos sonreían. Jimin fue el primero en separarse, pues había algo de lo que no habían hablado aún.

"¿De verdad te grite?"

-Si... Lo siento...